Johnny Reno (1966)

Interesante western de tono clásico, aunque con ciertos elementos crepusculares, revisitación de "Río Bravo", de Howard Hawks, que representa un muy claro precedente --junto al memorable y aludido "Río Bravo"-- del estupendo thriller de terror "Asalto a la comisaría del distrito 13", de John Carpenter. También, en muchos aspectos argumentales, la sombra de la maravillosa "Conspiración de silencio", de John Sturges, penetra en la trama de este film que aquí comentamos.

Un clima de extrañeza, desasosiego, claustrofobia, nostalgia sentimental y melancolía puebla "Johnny Reno", protagonizada por veteranos actores y actrices que encarnan a unos personajes en declive, pero que intentan mantener su dignidad y profesionalidad, cada uno en su terreno, ante un hecho que se les va escapando, irremediablemente, de las manos. El honor y el afán de poder son términos claves que definen este film que, aun manteniendo bastantes distintivos del género western, se acerca, con nitidez, a las constantes del thriller de investigación policial; incluso al negro.

Me es imposible bajar más la nota al señor Dana Andrews y más en inferioridad de condiciones, como sale aquí, así que ahí va, soy generoso por naturaleza, no como otros que se escudan en que la película es mala para satisfacer sus bajos instintos y catear sin piedad. Un respeto a las viejas glorias y más a quien fue un gran detective, recordémosle en "Laura" por favor. Aquí sale ya muy cascao en esta una de sus últimas apariciones como protagonista, el alcohol y la edad pasan facturas con un IVA por las nubes. No hay respeto. Yo le perdono incluso que salga con el sombrero de Tío Pepe, que por cierto, le dan con la culata de un revólver en la cabeza teniendo el sombrero y se desmaya, que pena, estaba flojito el pobre. Me da igual. También le perdono que cuando ha entrado en una habitación a ver a la simpática Jane Russell, la buenísima Jane Russell que viste y calza, que estaba sin vestir ni calzar porque se estaba dando un baño de espuma con sales minerales, pues le perdono que cuando ella se ha puesto de pie en el barreño para taparse, no la haya quitado la toalla de un tirón. Ay, Dana, Dana... Y sí, y eso no es machismo estúpido porque ella lo estaba deseando, que ahora todo el mundo va a tener miedo de expresar los deseos más bonitos y sexis que existen. Vaya mierda de tiempos que corren. Ni opinar en libertad se puede ya.