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Las raíces del cielo (1958)

Las raíces del cielo
121 min.
5,7
395
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Trailer (INGLÉS)
Sinopsis
Morel es un aventurero que viaja a una colonia francesa en África para luchar contra el exterminio indiscriminado de elefantes. Cuenta para ello con la ayuda de una nativa, de un excombatiente y de un presentador de televisión que se encargará de realizar un reportaje; pero tendrá también que enfrentarse con personas, cuyos intereses son opuestos a los suyos. (FILMAFFINITY)
Género
Aventuras Drama África
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Estados Unidos Estados Unidos
Título original:
The Roots of Heaven
Duración
121 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Grupos
Adaptaciones de Romain Gary
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7
Los elefantes y el colonialismo francés
Esta película es muchísimo mejor de lo que la ponen. En primer lugar la fotografía es espectacular e insuperable, incluso para una película de hoy en día (la calidad de imagen es asombrosa), además de estar rodada en escenarios naturales, en segundo lugar está drigida por John Huston, en tercer lugar, Errol Flynn no es el protagonista, así que no hace falta recurrir al argumento de su decadencia y problemas con el acoholismo. En cuarto lugar, Trevor Howard (el capitán Bly en El motín de la bounty de 1963) hace un trabajo fantástico, gran actor, Juliette Gréco está estupenda y hace también lo que se le pide, el reparto en general es bastante bueno, Orson Wells incluído. En cuanto a la historia, típica película de John Huston, drama de aventuras, esta vez centrada en la defensa de los derechos de los elefantes, y de la naturaleza en general ambientada y entremezclada con toda la problemática política propia de los últimos tiempos del colonialismo francés en África. Quizás la manera en que lo resuelven o que, precisamente, no terminen de resolverlo del todo es donde reside la causa de la baja valoración de esta película, además de la consideración de Errol Flynn como actor principal del film. Me quedo con la frase: "¿no se os ha ocurrido pensar que a lo mejor le gustan los elefantes?" En referencia a que las personas en general siempre tratamos de buscar explicaciones complejas a las cosas, y muchas veces éstas son mucho más sencillas que todo eso.
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12 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
4
Una película fallida
En cada obra se esconden las vivencias del hombre que las hizo posible. A veces para escapar de su propia vida, otras para plasmar las vicisitudes de su biografía. De John Huston queda el retrato legendario que él mismo se obstinó en dibujar. Un tipo de acción, vitalista, un amante de los viajes exóticos, del riesgo, de la caza y la aventura. Una leyenda que Clint Eastwood en su “Cazador blanco, corazón negro” 1990, se encargó de desmitificar. Una vez más Huston volvía a África como había ocurrido con “La reina de África” siete años antes, pero en esta ocasión el film resultó fallido, a pesar de estar producida por la Fox en Cinemascope y un excelente fotografía en color de su operador habitual en esos años, Oswald Morris.

El propio Huston la detestaba por haber aceptado dirigirla cuando el guión no estaba bien pulido, así lo confesaba en una entrevista, aceptando algunas cosas positivas. El personaje de Morel (Trevor Howard), es tremendamente sugestivo e interesante, la fiesta donde aparece Morel con sus hombres para castigar a la anfitriona, la fisicidad del paisaje, etc. Realizador curtido en la era clásica, la aventura era un pretexto para abandonar la artificialidad de los Estudios de rodaje y arropar la puesta en escena de un naturalismo vigoroso. Pero Huston se muestra demasiado preocupado por la lección moral del film, descuidando la esencia de contar una buena historia. El film se sustenta sobre una voluntad crítica del panfleto bienintencionado.

El soporte literario lo proporcionó esta vez la novela de Romain Gary, ya en el papel, el argumento evidencia no pocos visos peligrosos. Pero el ridículo se completa con el visionado del film, donde a Trevor Howard le toca la pesada tarea de encarnar a un idealista, activista ecológico, que lucha por acabar con la caza de elefantes destinada al tráfico de marfil: “para fabricar bolas de billar y figuras de ajedrez”), se puede escuchar en un momento del film. Junto a él aparece un Errol Flynn que se pasea con un rifle en una mano y la botella de whisky en la otra en una última imitación de sí mismo, pues el actor moriría meses más tarde alcoholizado. Mientras que Juliette Gréco y Orson Welles parecen dos extraños que aparecen en el film, más por el incremento sustancial, más económico que artístico.

En cuanto al cineasta, era sobradamente conocida su afición a la caza de elefantes, a eso hay que añadirle un discurso que encaja con su poética cinematográfica. La fascinación por la aventura y el riesgo, la persecución de los sueños que pueden acabar convirtiéndose en pesadillas, la lucha por la existencia y el respeto por la naturaleza y el ecosistema. Todo ello en un país africano colonizado por una potencia extranjera, en este caso Francia y la resistencia indígena nacionalista que lucha por su independencia. El film forma parte del grosor prescindible en la larga carrera de Huston, en la que se sitúan proyectos fallidos y películas sólo alimenticias en trabajos sin rigor ni convicción.
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9 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
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