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La mujer invisible (1940)

La mujer invisible
72 min.
5,0
112
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Sinopsis
El profesor Gibbs inventa una máquina que puede hacer invisible a la gente, y la usa con Kitty Carroll, una atractiva y aventurera modelo. Pero unos gansters roban la máquina para su jefe, así que tendrán que enfrentarse a la mujer invisible. (FILMAFFINITY)
Género
Comedia Terror Fantástico Ciencia ficción Romance
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Estados Unidos Estados Unidos
Título original:
The Invisible Woman
Duración
72 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Grupos
El hombre invisible (Universal)
Links
Premios
1941: Nominada al Oscar: Mejores efectos especiales
4
Secuela bobalicona y mal envejecida
"El Hombre Invisible" (James Whale, 1933) sigue siendo un gran clasico y su primera secuela, "El Hombre Invisible Vuelve" (Joe May, 1940), siguiendo su misma estela, fue algo inferior. Pero en ambas pelis late un desasosiego y una incomodidad derivados de la soledad y desamparo del diferente ante la sociedad que está totalmente ausente de esta nueva cinta de la Universal para explotar el éxito de la primera. Y que ni siquiera termina de funcionar bien como comedia.

Lástima porque el inicio es prometedor, en un entorno de 'screwball' con mayordomo (Charles Ruggles), profesor chiflado (John Barrymore) y joven millonario ocioso (John Howard) que 'mutatis mutandis' me han recordado al Castillo de Moulinsart de Tintín, como si tras el fallecimiento del capitán Haddock, Tornasol y el jóven reportero, al que, mira por donde, le habrían empezado a gustar las chicas (!!), hubiesen heredado la mansión y decidido pasar dulcemente allí sus vidas, entre gatos y probetas, fiestas mundanas, mayordomos inefables y amas de llaves gruñonas (Margaret Hamilton, la Bruja del Este de "El Mago de Oz" [Victor Fleming,1939]) hasta que apareciese por allí, al iniciarse la peli, el típico administrador (Thurston Hall) para anunciarles que estaban arruinados.

No hubiese faltado más que la entrada por la puerta de la Castafiore, proponiéndoles un viaje para rescatar a algún amante suyo a cambio de una buena recompensa que les sacase de apuros, para que se hubiese iniciado la aventura. Pero, claro, quien entra por la puerta no es la Castafiore, sino una tal Kitty (Virginia Bruce), que quiere ser la mujer invisible para vengarse de su jefe (Charles Lane).

Y lo que sigue es una comedia bobalicona a más no poder, pese a que que uno de los guionistas sea Curt Siodmak. Y con la gracia de un pato cojo, aunque el diseño de producción sea notable y haya más de un gag, como el del cambio de voz de los malotes, que te arranque una sonrisa. Lo cierto es que se termina de ver a duras penas, aunque su metraje no llegue a los 75 minutos. Y aunque el cruce con la comedia de gangsters (los malotes son todos secundarios muy buenos) y esas idas y venidas a Mexico alivien un poco el trayecto.

Porque, y esa es la paradoja que a veces tiene el cine, encima está bien interpretada y bastante bien dirigida. Pero uno no puede evitar pensar que está viendo una mala de Abott y Costello. O un corto de "The Three Stooges" alargado (encima uno se encuentra luego, cuando indaga en la ficha de la peli, que uno de los gangsters, Shemp Howard, es uno de los "stooges").

Y es que el guión, jugando con que la invisibilizada sea una mujer y circunstancias como su desnudez, resulta totalmente desfasado y casposo a los ojos actuales, y es lo que seguramente ha hecho envejecer más a la cinta. Por no hablar de lo inane y mal construido de todo el asunto amoroso.
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2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
LA SONRISA VISIBLE
No puedo por menos que reírme por partida doble. Sana y amablemente por tan divertida película; y de forma estentórea y sarcástica ante tanta nota exigua y comentarios tan desafortunados como impostados. "La mujer invisible" aparte de ser una película francamente simpática, ahonda (ojalá lo hiciera más) en lo que uno o una sería capaz de divertirse si pudiera tornarse invisible. Siempre he pensado que esta faceta cómica de la invisibilidad debería haber sido más explotada por el cine. No hace falta ceñirse siempre a la solemne y oscura obra de H.G.Welles. Me atraen demasiado las posibilidades humorísticas del invento. ¿Se imaginan lo que se le ocurriría a Groucho como hombre invisible?
Dicho esto, además del humor, estamos ante una cinta desmitificadora y amable. El profesor y Kitty son ocurrentes y cachondos, ¡cómo se ríe el primero cuando se imagina los errores que puede cometer su máquina sin la inyección previa! Los maleantes, unos tarugos de cuidado tropezando con cualquier objeto que se les ponga delante. Y, finalmente, un espléndido Charles Ruggles interpretando a un mayordomo enloquecido por el devenir de los acontecimientos.
Parece que "La mujer invisible" no logra sacar ni media sonrisa a ciertos usuarios de humor invisible. ¡Si hasta H.G.Welles se hubiera reído, leñe!
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2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
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