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Colombo: Marco para un asesinato (TV) (1971)

Colombo: Marco para un asesinato (TV)
76 min.
6,7
447
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Episodio completo (ESPAÑOL)
Sinopsis
Como castigo, el multimillonario coleccionista de arte Randy Matthew ha decidido desheredar a su sobrino, un crítico de arte (Ross Martin). Antes de que los cambios sean efectuados en el testamento, el sobrino asesina a su tío e intenta hacer que la escena parezca un robo. Quinto episodio de Colombo.

Aunque Colombo tiende a ser definida o considerada como una serie de TV, nunca fue una serie propiamente dicha. Exceptuando la presencia recurrente del personaje principal, no presenta ninguna de las características de una serie tradicional (episodios semanales, de duración regular, con cast, dirección y equipo de producción fijo). Pensados como telefilms (de hora y media como promedio de duración), cada episodio cuenta con una historia independiente y con un director y un equipo de producción distinto. Los films tuvieron una transmisión irregular, pero con un mínimo de tres o cuatro producciones por año hasta 1978. Más de diez años después, Falk retomó su personaje por dos años (1989-1990). A partir de 1990, Columbo dejó de emitirse con regularidad, y los siguientes films fueron estrenados como especiales. Por estas razones, los 68 episodios de Colombo se dispersan irregularmente a lo largo de 35 años (1968-2003). (FILMAFFINITY)
Género
Intriga Comedia Crimen Serie [Colombo]
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Estados Unidos Estados Unidos
Título original:
Columbo: Suitable for Framing
Duración
76 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
8
Las oportunas huellas de Colombo
Suitable for Framing (Marco para un asesinato) (1971) trata de un tema siempre vivo: la ambición y el deseo de posesión con el agravante de haberse sentido repudiado frente a una herencia. Dirigida por Hy Averback, guión de Jackson Gillis, la música de Billy Goldenberg, la composición del tema principal a cargo de Henry Mancini y la interesante fotografía de Russell Metty, y cuarto telefilm de la primera temporada, nos lleva a introducirnos en la destacable historia donde lo que más cuenta es el arte, y lo que menos…también el arte para nuestro ambicioso protagonista. Así, al igual que en los telefilms de la serie, el director nos muestra los hechos que derivarán en la trama, su desarrollo y solución del caso, reunido en torno a un acertado elenco que lo borda.

Dale Kingston (Ross Martin) es un afamado crítico de arte capaz de llegar al asesinato para heredar la colección de su tío Rudy Matthews (Robert Shayne) quien es mostrado en el desarrollo de los hechos iniciales interpretando una deliciosa e intimista pieza al piano, propicia para la noche y el momento en el que la insensibilidad musical del crítico decide eliminar el único obstáculo posible para heredar. Los hechos se desarrollan entre grandes obras artísticas de incalculable valor que Hy Averback en unos generosos primeros planos, nos hace partícipe de ellas junto al angustioso momento de la violenta interrupción musical a la que se suma su cómplice y estudiante de arte Tracy O’Connor (Rosanna Huffman) dispuesta a cualquier cosa para conseguir la fama y el reconocimiento, así le parecía también a la indisimulada chismosa y Dueña (Mary Wickes) del apartamento, donde la aspirante a artista residía.

Frank Simpson (Don Ameche) encargado de hacer la lectura pública del testamento a los interesados entre los cuales el crítico de arte, su tía Edna Matthews (Kim Hunter), el matrimonio encargado del servicio el Sr. y la Sra. Evans, y Colombo, invitado por el notario a la lectura después de haberse desencadenado los hechos que la causaron de los que nuestro teniente se hizo cargo. El desarrollo posterior de los acontecimientos conduce a nuestros protagonistas a situaciones de verdadero compromiso y culpabilidad aparente según las pruebas que van apareciendo.

El estudio de un pintor en ciernes enfadado con el mundo, la modelo impasible, la inauguración en la galería con la singular Mitilda (Joan Shawlee)y los potenciales clientes en un animado ‘vernissage’ donde hablan de precios y gustos estéticos encajan en los intereses del crítico de arte, aprovechando la invitación al evento, no desaprovechando el momento para mostrar indiferencia por lo expuesto y preocupación por su reloj que al parecer no funciona demasiado bien, convirtiéndose posteriormente en elemento clave para el descubrimiento del robo, junto a las oportunas huellas de Colombo que desvelarán finalmente la identidad del asesino ladrón de las obras de arte.

Complemento genealógico. Colombo cita en una ocasión a su mujer y a su suegro.
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8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
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