Albatross (2011)

La trama de Albatross recuerda un poco a la de American Beauty, salvando las distancias. Un cuarentón en crisis se enamora/en-lo-que-sea de una jovencita que además es la mejor amiga de su hija.
Lo que parece una mera anécdota es aprovechado por Niall MacCormick para dibujar un agradable, entretenido e interesante fresco de una familia bastante extraña y mal avenida que se pone aún más patas arriba con la llegada de ese torbellino que es el personaje de Emelia Conan Doyle (sí, tiene relación con el autor de Sherlock Holmes, como ella aclara cada vez que dice su apellido... o eso parece). Así, el viaje iniciático de las dos jóvenes protagonistas se entremezcla con relaciones amorosas y/o sexuales que la sociedad no acepta, la impotencia de una madre ante el desmoronamiento de su familia y las dudas existenciales de un hombre en la madurez que no logra superar el fracaso de una carrera literaria largamente atascada. El guión combina todas las capas de la historia con diálogos cuidados y medidos y las dosis justas de comedia y melodrama (la historia familiar de Emelia, por ejemplo), aportando además una bella oda a la creación artística y literaria.
Y vaya reparto reúne el realizador. Julia Ormond, injustamente olvidada por la profesión en las últimas dos décadas, borda a la excéntrica y digna de lástima Joa Fischer, mientras Sebastian Koch, con una perfecta dicción inglesa (no se entiende por qué el personaje es alemán, como el actor, si él habla perfectamente inglés), demuestra una vez más lo que quedó claro en El Libro Negro y La vida de los otros: es no sólo un soberbio intérprete, sino también único a la hora de resultar adorable y encantador. Felicity Jones todavía mejoraría en Like Crazy, pero se marca un tour de force espectacular (¿tendrá techo esta chica? hay que seguirla muy de cerca). Jessica Brown-Findlay, por su parte, se come la pantalla cada vez que aparece. En un personaje que no tiene nada que ver con el que interpretó en Downton Abbey, la de Cookham derrocha naturalidad, simpatía y talento (atención al momento en que se entera de un fallecimiento), y con Jones forma una pareja que contagia las ganas de vivir y de ser libre de los personajes. Es el espíritu de la juventud en todo su esplendor, de cuerpo y de mente, muy presente en la película.
En definitiva, una película recomendable y llena de buenas intenciones y cierta mala baba que no le viene nada mal al conjunto final. Todo un acierto de MacCormick en su hasta el momento única producción para cine.

Lo mejor: Los actores, especialmente Brown-Findlay, el buen rollo que transmite y la mezcla de comedia y drama ligero. Deja un poso que no dejan otras películas similares, y eso ya es decir mucho (ver el final, con ese regusto de esperanza y a la vez amargo).
Lo peor: Los personajes son estereotipos (la chica rebelde, la chica buena que poco a poco empieza a vivir la vida loca, el padre acabado y en crisis, la madre irritante en medio de todos los conflictos) cuando perfectamente podrían no haberlo sido y tampoco es una obra maestra.

Maravilloso el pueblo y las vistas de la isla de Man donde se desarrolla este film.
Es una comedieta muy british, con personajes bien delimitados, tal vez la historia sea un poco flu pero se deja ver... El personaje de la hija de la pareja es realmente encantador y cuan grande se ve a la hace tiempo magnífica Julia Ormond... Parece un siglo que fuera presentada como alguien maravilloso en Leyendas de pasión!!!!! Está muy bien en un personaje sumamente antipático...
No pude enterarme si el guión sale de un libro, da la idea de que sí porque tiene momentos muy "literarios".
Se deja ver y el personaje fundamental es la isla.