Escena (INGLÉS)
- Sinopsis
- Una artista sin trabajo consigue un empleo en una importante compañía de negocios, pero pronto descubre que la corrupción afecta a los principales ejecutivos de la empresa. (FILMAFFINITY)
- Género
- Comedia
- Dirección
- Reparto
- Año / País:
- 1956 / Estados Unidos
- Título original:
- The Solid Gold Cadillac
- Duración
- 99 min.
- Guion
- Música
-
- Fotografía
(B&W)- Compañías
- Links
Premios
La gestión empresarial no ha variado nada.
27 de agosto de 2008
En este caso de comedia norteamericana de los años 50 el argumento llega a lo fantástico por lo amable de las situaciones, pero este es estilo que marca, una relajación agradable, base de la comedia americana clásica, de siempre, sin estridencias, banal y complaciente. La propuesta es la de una humilde accionista que logra un cargo de responsabilidad en el consejo de administración de una importante empresa internacional debido a su quisquillosa manera de ser. Lo que se dice: Sacar de quicio al personal, en especial a uno.
Se ve con curiosidad, incluso el humor resulta muy acertado -muy buena la secuencia en la cual el cuñado del presidente echa el brazo por el hombro de uno de los jefes una y otra vez ante el mosqueo de éste-, y el método y funcionamiento directivo sigue siendo de la más rabiosa actualidad.
Curioso también el paso al color de la última escena.
Se ve con curiosidad, incluso el humor resulta muy acertado -muy buena la secuencia en la cual el cuñado del presidente echa el brazo por el hombro de uno de los jefes una y otra vez ante el mosqueo de éste-, y el método y funcionamiento directivo sigue siendo de la más rabiosa actualidad.
Curioso también el paso al color de la última escena.
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11 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Humor sencillo
16 de julio de 2008
Otra habilidosa comedia del realizador Richard Quine, habitual de este género. Con todo, no tiene el pulso narrativo ni el encanto de otros títulos suyos como: "Me enamoré de una bruja"; "La misteriosa dama de negro"; "La pícara soltera" o "Cómo matar a la propia esposa". El principal lastre puede ser su excesivo esquematismo -quizás debido a un irregular guión- donde las escenas y situaciones se repiten y agotan bien pronto cualquier posibilidad de sorpresa.
Pero como a las comedias clásicas -sobre todo a las norteamericanas- se les puede permitir casi todo por su mismo género de característica diversión y por las numerosas y exquisitas muestras que han ofrecido a la historia del cine, no desbanco a ésta de la calificación de, cuanto menos, agradable. Aún con sus altibajos y redundancias, es de agradecer su ligero tono de denuncia social, en este caso hacia los dirigentes de una agencia mercantil de Bolsa que engaña a sus accionistas (las mejores secuencias transcurren en la sala de reuniones) ante la absoluta complacencia de éstos. Discreta, para pasar un buen rato.
Pero como a las comedias clásicas -sobre todo a las norteamericanas- se les puede permitir casi todo por su mismo género de característica diversión y por las numerosas y exquisitas muestras que han ofrecido a la historia del cine, no desbanco a ésta de la calificación de, cuanto menos, agradable. Aún con sus altibajos y redundancias, es de agradecer su ligero tono de denuncia social, en este caso hacia los dirigentes de una agencia mercantil de Bolsa que engaña a sus accionistas (las mejores secuencias transcurren en la sala de reuniones) ante la absoluta complacencia de éstos. Discreta, para pasar un buen rato.
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