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La espía que me amó (1977)

La espía que me amó
125 min.
6,1
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The Spy Who Loved Me - Bond 77
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Sinopsis
La misteriosa desaparición de dos submarinos nucleares exige la colaboración de los mejores agentes de los servicios secretos británico y soviético: James Bond y la mayor Amasova. Detrás de todo se encuentra el magnate Stromberg, que se propone destruir a la humanidad para fundar una nueva civilización bajo el mar. (FILMAFFINITY)
Género
Aventuras Acción James Bond Espionaje Submarinos
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Reino Unido Reino Unido
Título original:
The Spy Who Loved Me
Duración
125 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Grupos
James Bond
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Premios
1977: Oscar: 3 nominaciones a Mejor bso, canción, dirección artística
1977: Globos de Oro: 2 Nominaciones a Mejor banda sonora y canción original
1977: Premios BAFTA: Nominada a Mejor diseño de producción
1977: Sindicato de Guionistas (WGA): Nominada a Mejor guión adaptado comedia
"Los habituales exotismos y lujos de la serie de James Bond, pero algo menos espectaculares."
[Diario El País]
5
2
Positiva
2
Neutra
1
Negativa
6
Bond contra Jaw
Décimo título de la serie Bond, tercero protagonizado por Moore. Fue realizado por Lewis Gilbert ("Sólo se vive dos veces", 1967), a partir de personajes de Ian Fleming. Se rodó en Egipto, Cerdeña (Italia), Escocia (RU), Suiza, Canadá, Okinawa (Japón), fondos marinos de Nassau (Bahamas) y en Pinewood Studios (RU), con un presupuesto de 13,3 M dólares. Obtuvo 3 nominaciones a los Oscar. El productor fue Broccoli y el estreno se celebró el 7-VII-1977 (RU).

La acción tiene lugar en Londres, Moscú, Egipto, en la plataforma Atlantis y en el buque "Liparus", durante 3 semanas. Narra una misión de James Bond (Moore), agente británico, y Anya Amosoja (Barbara Bach), agente soviética, que colaboran en la identificación y persecución del megalómano criminal Karl Stromberg (Curd Jürgens). Ella es fría, calculadora, disciplinada, guapa e inteligente. Él es sagaz, astuto, mujeriego, sibarita y desordenado.

La película, la primera que oficialmente produce Broccoli en solitario, trata de recuperar parte de la antigua imaginería de Bond al objeto de elevar el interés del personaje. Recupera la profusión de "gadgets" (telex en reloj pulsera, esquí fusil, etc.), un coche estrella anfibio, el ascensor con trampa ("Diamantes para la eternidad"), pelea en el tren ("Vive y deja morir"), una conspiración al estilo de Spectra. Incluye escenas espectaculares, como la lucha en el "Liparus", la explosión del "Atlantis" y otras. Incorpora la persecución del coche por una moto y un helicóptero, rodadas en Canadá. Son escenas singulares la lucha personal que tiene lugar en los templos de Luxor (Amun y Kranak), los planos de las pirámides de Giza, en especial la de Cheops (de 4.500 años de antigüedad), la Esfinge y otros monumentos. Eleva el tono autoparódico del humor (derrumbe de un andamiaje sobre Jaw, pelea con despiece de la furgoneta, su marcha por el desierto con música de "Lawrence de Arabia". El malvado se desglosa en dos personajes, Stromberg y Jaw. Éste se erige en protagonista destacado de numerosas escenas. El papel de chica Bond responde a una concepción revisada de la feminidad, pero sólo en parte puesta al día de la época.

La música, de 11 temas, es vistosa y colorista, pero inferior a las de John Barry, ausente del RU por problemas con la Hacienda pública. De aire descriptivo y factura orquestal, aporta composiciones tran gratas como "Anya", "The Pyramid" y 3 versiones del tema central. Añade fragmentos de Bach, Mozart y Chopin. La fotografía se fija en detalles (vibración tazas de café con leche), se recrea en la belleza de los paisajes alpinos (Saint Moritz) y de los parques de Canadá, refuerza la comicidad y no escatima pirotecnica. Los decorados, de Ken Adam, como siempre son excelentes. El guión, muy trabajado, explica una trama que se pone al servicio del espectáculo. La interpretación de Richard Kiel, como Jaw, es muy acertada. La dirección crea una obra discreta, taquillera y entretenida.
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27 de 34 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Las aspiraciones independentistas de Stromberg.
Ser espía tiene sus riesgos y ser Stromberg tiene el riesgo de encontrarse con Bond. Stromberg es un romántico, su sueño por cumplir es la primacía de los océanos sobre las energías contaminantes. Lo que ya ha hecho es oír música en el fondo del mar.

El riesgo para Roger Moore es el público. Es normal que para muchos las misiones de este agente puedan parecer simplezas, pero lo que cuenta no es eso, si no justo lo contrario, lo que cuenta es la gente que opina que sus aventuras están más que entretenidas y sobre todo, son vistosas. No renunciemos al Bond/Moore, no nos opongamos a su flema británica. Roger Moore fue un tío grande sirviendo a Su Majestad, la Reina Abuela, además, tiene la notable característica que entre tanto peligro, siempre encuentra el momento para beberse una botella de Dom Perignom. Y en compañía (femenina, por supuesto).

Si eres de ese público, encantado. Te encontrarás con la espía que le amó: Barbara Bach. Espectacular el duelo agente rusa contra Bond con ese rollito de piques. La seriedad por parte de ella mientras que él, como siempre (ya le conocemos), parece que se toma las cosas de cachondeo.


Y es que es así: Seriedad de la agente rusa, seriedad de Stromberg, seriedad de un sector del público… En cambio, Bond/Moore, al igual que Tiburón, su enemigo potencial, nunca niegan una sonrisa.
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20 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
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