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Anónimo (2011)

Anónimo
130 min.
6,2
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Trailer (ESPAÑOL)
Sinopsis
Inglaterra Isabelina, siglo XVI. El film plantea una cuestión que, durante siglos, han debatido académicos y grandes escritores desde Mark Twain y Charles Dickens hasta Henry James y Sigmund Freud: ¿quién fue el autor de las obras de teatro atribuidas tradicionalmente a William Shakespeare? Se han escrito muchos libros y se han barajado muchas hipótesis al respecto, entre ellas la que ofrece Anonymous. La Inglaterra Isabelina fue un época de intrigas, de amoríos cortesanos ilícitos, de conspiraciones promovidas por una nobleza ávida de poder; y todo ello quedaba reflejado en el lugar más inesperado: el teatro londinense. (FILMAFFINITY)
Género
Drama Intriga Siglo XVI Histórico Política Teatro
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Reino Unido Reino Unido
Título original:
Anonymous
Duración
130 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Coproducción Reino Unido-Alemania;
Grupos
Shakespeare: Biopics
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Premios
2011: 6 Premios del cine alemán: incluyendo mejor fotografía, montaje y vestuario
2011: Oscars: Nominada a Mejor vestuario
2011: Premios Satellite Awards: 2 nominaciones
8
Amor al verso en los tiempos que corren
Roland Emmerich cumple con "Anonymous" la que hasta la fecha es su mejor película (lo que no es mucho, teniendo en cuenta su peculiar curriculum).
En esta ocasión, el director nos trae una obra donde por encima de todo brilla el amor al teatro y a la poesía, lo cual, a pesar de las limitaciones actorales y de lo criticable de sus teorías, consigue el objetivo de cautivarnos.
La película comienza con Dereck Jacobi a punto de entrar en escena y se cierra en una estructura con el público, nosotros, abandonando la sala, siguiendo una estructura perfectamente cerrada. La obra se abre dentro del teatro, como debía ser. De este modo, Emmerich nos conduce de nuevo al teatro, hoy tan olvidado, y hace uso del teatro dentro del teatro. Recuérdese que nada hay más barroco que la ficción dentro de la ficción (Velazquez y las Meninas, los diversos planos del Quijote, el teatro dentro del teatro en Hamlet...). Con dichas premisas la película arranca bien.
Es entonces cuando el viaje empieza con sus altibajos. El nivel de la interpretación, el efectismo de ciertos pasajes y el clima de culebrón dan lugar a impresiones encontradas. Algo chirría entre la maravillosa puesta en escena y ni siquiera la fastuosidad de decorados o de planos cenitales, terminan de disfrazarlo.
Uno tiene la impresión de que hay algo bellísimo en el modo en que nos habla del autor anónimo, que accede a ser suplantado por el mediocre actor William Shakespeare para poder proseguir con su caudal incontenible de poesía, y de que toda esa belleza no acaba de atarse con verdadero amor al verbo o a la imagen.
Los personajes aparecen con excesivo simplismo y ni siquiera la aparición de la Redgrave le da mayor solidez.
Habrá quien critique con motivo la teoría de la que parte el film, a saber, que fue The Earl of Oxford, amante de la reina Isabel de Inglaterra, el verdadero autor, y que, usando al escritor Ben Johnson como portador y al actor William Shakespeare como marioneta, pudo estrenar sus obras sin poner en riesgo su situación social. Creo, sin embargo, que no son pertinentes en una obra de ficción como esta las tan esperables críticas históricas (que ya Ebert expone en la crítica que ofrece FA). Nadie, a estas alturas, le tira piedras a Milos Forman por hacer de Mozart un payaso, o le dice a Dumas que Richelieu no era el sumum de perversidad de "Los tres mosqueteros". Dejemos pues en la ficción lo que la ficción es, y valoremos ante todo en los tiempos que corren que alguien se atreva a hacer un film donde se hable de historia, literatura y amor a la palabra.
Con eso, yo simplemente me conformo. Sea quien fuera el autor de las obras atribuidas a Shakespeare, resulta emocionante que aún podamos vivir, en la escena, o en un rincón de casa, de la magia de la gran literatura. Hoy Emmerich nos trajo un poquito de esto. Solo por ello le doy un ocho.
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42 de 55 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Ser o no ser
La figura de William Shakespeare como el dramaturgo inglés más importante de la historia queda en entredicho si hacemos acaso a Anonymous, película que supone el salto al cine serio de Roland Emmerich. El director de 2012 hace aquí su particular apuesta a los Oscars con un film basado en esas teorías que cuestionan la maestría literaria del de Stratford-upon-Avon: una corriente crítica iniciada apenas siglo y medio después de su muerte y apoyada por nombres de la talla de Voltaire, Walt Whitman, Mark Twain, Charles Chaplin, Sigmund Freud o Derek Jacobi.

Los anti-Stratfordianos -que así se denoniman- alegan que un hombre de la extracción social baja y con una formación escasa como la de Shakespeare es imposible que hubiera podido producir una obra de tal calado y tan prolija en detalles intelectuales y refinados, más propios de alguien educado en clases altas y con un mayor acceso a la cultura o las artes. Pues bien, Emmerich hace suya esta propuesta y nos presenta a su verdadero Bardo Inglés: Edward De Vere -Rhys Ifans-, el 17º Conde de Oxford y autor en la sombra de obras maestras como Hamlet, Julio César o El Rey Lear. Un noble apasionado por la escritura pero que se vio obligado a esconder su vocación debido al puritanismo luterano de la época, que desdeñaba los escenarios como una simple distracción para la plebe. La narración nos conduce por las maniobras de De Vere para lograr ver sus obras estrenadas, como la de renunciar a su autoría en favor de terceros que se llevasen la gloria. Hombres como William Shakespeare -Rafe Spall- un actor de segunda y casi analfabeto que se aprovechará de las circunstancias para pasar a la posteridad usurpando el talento del Conde.
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31 de 35 usuarios han encontrado esta crítica útil
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