Cicatrices (2005)

La película no es mala. La película es ridícula. Simplemente ridícula e intolerable. Está increiblemente mal hecha y está increiblemente mal actuada. Eso por descontado. Pero lo peor es que es intenta ser un vulgar panfleto cristianizante y evangelizador y ni a eso llega. No comprendo como se puede seguir frivolizando con temas como el maltrato. Es vergonzoso. Espero que los cristianos se sientan muy satisfechos de la estupidez de una planteamiento que convierte al matrimonio en una trampa y al maltrato en un simple problema que es muy fácil de ser resuelto, simplemente por el mero hecho de que un libro prohiba el divorcio.

La banda sonora, con unas canciones cristianas que dan vergüenza ajena, es también un punto a favor de un conjunto memorable.

“Maridos, abusad de vuestras mujeres, usad el cinto cuando lo merezcan, pues ellas aguantarán por la obediencia debida, así como Cristo abusó de Magdalena, pues merecido se lo tenía por puta. Haced ésto en conmemoración y a mayor gloria del Señor, que en su infinita sabiduría y sadismo, le encanta.” (Adefesios 6:66-66)

Películas como ésta y otras muchas explican porqué el cine latinoamericano y en especial el mejicano tiene tan poca presencia en Europa, y particularmente en España; quizá se salve algo del cine argentino, con algunos títulos dignos.
Digo yo que será por temor del incauto público a encontrarse cosas como ésta; mejor no arriesgarse, no te vayan a meter de rondón la diarrea mental de un monseñor, aquelarre de obispos, o tremebundas tradiciones de unos bárbaros del desierto, muy presentes aún por gracia de un infecto libro y sus sectarios a pesar de los siglos.

No debería sorprenderme ya, la buena acogida que tienen estos panfletos en latinoamérica; basta leerse las buenas críticas en esta página (casi todas de Venezuela), no ya por los méritos cinematográficos de la película, si no por su mensaje y moraleja, siendo su mensaje una basura.
(Valorar esta cosa, por mucho que comulguéis con ruedas de molino, con 9 y 10; por favor, un poquito de mesura que así salen esas medias absurdas y desvirtuadas).

A mi parecer religión y cultura están ligados indefectiblemente en una relación inversamente proporcional, y desde que es tan fácil comprobarlo con Internet lo tengo aún más claro.
Pudiera ser que la diferencia cultural a ambos lados del Atlántico es mayor de lo que en principio cabría esperar, porque mientras en Europa nos vamos liberando poco a poco de esta terrible lacra y plaga que es la superstición - "gracias a dios", en Iberoamérica y Estados Unidos parecen involucionar.

Películas así te recuerdan lo pernicioso de las sectas y religiones de iglesia, y es penoso que la católica se empeñe en retrotraer las naciones y los pueblos a la Edad Media, tal como los talibanes y otros integristas islámicos llevan siglos consiguiéndolo en gran parte del mundo musulmán.

Si nos abstraemos del drama primario de los personajes y profundizamos en el mensaje subyacente y finalmente la conclusión, deberíamos repudiar estos sermones que los curas cuelan en los cines y televisores, ya que parece que los cristianos no van suficientemente de motu propio a los púlpitos para escucharlos.
Repudiarlos por obscenos, por inmorales y repulsivos, por nauseabundos y pornográficos, por incivilizados, por apologías delictivas, por insanos; si se enseña una teta (o algo más) en público se escandalizan, pero si a una mujer la muelen a palos, su obligación es resignarse y aguantar como buena cristiana, que para eso lo ordena un libro que refleja las costumbres rancias y milenarias de un pueblo bárbaro y sin civilizar como dios manda, y las posteriores interpretaciones descontextualizadas e interesadas de sus necios gerifaltes sectarios.

Centrándonos en la película en sí, no vale nada, y en general cualquier aspecto queda eclipsado por lo anteriormente dicho, a mi modesto e indignado parecer.
En resumen, vaya mierda de doctrina, vaya mierda de moralina y vaya mierda de panfleto asqueroso.