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Victoria (2015)

Victoria
140 min.
6,9
6.570
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Tráiler (INGLÉS con subtítulos en ESPAÑOL)
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Sinopsis
Rodada en un único plano secuencia, el film tiene como escenario el famoso barrio berlinés de Kreuzberg. La cámara es testigo de todo lo que le pasa a la joven Victoria, una joven española de Berlín, durante dos horas de su vida: desde las cuatro de la mañana hasta las seis: desde que conoce a cuatro jóvenes para los que la noche acaba de empezar, y cómo en ese breve periodo de tiempo le suceden cosas que darán un giro total a su vida. (FILMAFFINITY)
Género
Thriller Drama Robos & Atracos
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Alemania Alemania
Título original:
Victoria
Duración
140 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Links
Premios
2015: Festival de Berlín: Contribución artística sobresaliente (ex-aequo)
2015: Premios del Cine Europeo: Nom. a Mejor película, director y actriz (Costa)
2015: Festival de Sitges: Sección oficial largometrajes
2014: 6 Premios Lola Cine Alemán, inc. mejor película, director, actor y actriz. 7 nom.
2015: Premios Gaudí: Mejor actriz (Laia Costa)
8
¡Qué más se le puede pedir!
Simplemente no lo entiendo.

Sé que llego tarde, pero ante las duras críticas hacia Victoria me he decidido a hacer pública también mi opinión. Oí hablar de Victoria por primera vez en los resúmenes del festival de Berlín. En general, la crítica alemana la dejaba muy bien, mirabas IMDB y también salían grandes alabanzas y una nota que no tenía nada que envidiar. Y como hago a menudo me la apunté en mi lista que nunca completo de "pelis que tengo que ver", compartiendo filas este año con Me & Earl & the Dying girl, Taxi, Las elegidas, Sicario, Youth, El abrazo de la serpiente y unas cuantas más… Pero como me acostumbra a pasar cuando me han contado o he leído demasiado de una película pensaba que sin remedio entraría al cine con prejuicios y estaba convencida que sería la típica película que me decepcionaría. Un único plano secuencia buscando un récord Guinness que consistía en seguir durante 2 horas la vida de una chica española en Berlín. ¿Qué argumento podría mantener mi atención contándome dos horas y 20 minutos de una chica? ¡Qué poco atrayente era esa foto en la vida de una persona, sin pasado ni futuro! Recordaba aquellos vídeos caseros eternos de los amigos de mi madre que tantas veces tuve que ver. Y que además, para alargar más la agonía, continuamente paraban, rebobinaban y nos hacían ver por tercera vez el momento en que Miguel a sus 7 años saltaba del trampolín. Con la desgracia de no poder devolvérsela porque nunca tuvimos cámara alguna para filmar 2 horas de estúpidos momentos sin sentido.
En fin, estaba totalmente predispuesta a aborrecerme y a agotarme de estar detrás de una misma cámara viendo la misma persona todo el rato. Y muy probablemente si hubiera escrito una crítica antes de ver la película creo que se parecería bastante a algunas de las que he leído por aquí.

Llegó el día. La proyectaban en el festival de Sitges y compré la entrada rápidamente. Y empezó.. y no sé porque el inicio ya me gustó, la cámara busca a Victoria, entre el humo y el ruido, para no despegarse ya de ella. Y empiezan a desarrollarse situaciones en las que muchos nos sentimos identificados, y rápidamente se me dibuja una media sonrisa en mi cara. Y sutilmente pero sin respiro la historia avanza, los personajes evolucionan y sorprenden, obligándote a dejar a un lado los prejuicios que ya te habías creado. Y se encadenan un conjunto de reacciones para mi muy humanas. Claro que se puede reaccionar de distintas formas, pero mientras veo la película tampoco me siento tan lejos de Victoria. Y me sorprende el momento en que me pensaba, como muchos otros, que saldrían los créditos, pero no… aún hay mucho más que contar. Y finalmente se acaba. Y tengo los ojos abiertos como dos naranjas. ¿Ya han pasado esas insufribles dos horas y 20 minutos?
No quiero entrar en el tema técnico, porque parece que aquí sí que hay un acuerdo unánime que en este aspecto la película es impecable. Yo simplemente aún no he podido asimilar el trabajo que hace el cámara.
Pero para mi el argumento le va como anillo al dedo. No soy muy fan de las películas de acción y tampoco me gusta que me vuelvan a contar lo mismo que ya se ha contado tantas veces. ¿O es que la película que ganó el Oscar el año pasado tenía algo especial que te hiciera reincorporar de la butaca del cine? ¿Algo nuevo que no te haya enseñado el cine durante sus más de 100 años de historia? Pues Victoria sí.

No señores, ni me aburrí ni me agoté. A pesar de lo poco predispuesta que iba Victoria me sorprendió y me hizo disfrutarla como una niña. Para mi más que suficiente para considerarla de lo mejor de este año.
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99 de 115 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Un mal personaje
Victoria es una chica que fácilmente puede representar a muchos jóvenes españoles que, por desgracia, han tenido que emigrar a Alemania para ganarse la vida con un trabajo que aquí no encuentran; que se hallan solos en una ciudad que no conocen y cuyo idioma no hablan. Victoria (que tiene una alarmante tolerancia a los chupitos de vodka) sale de una discoteca tecno y se encuentra con unos berlineses muy divertidos y muy ebrios con los que cuaja bastante bien. Victoria solo necesita compañía y diversión, necesita alejarse de su soledad, así que pasea un rato con ellos, en especial con Sonne, quién claramente lidera a su grupo de amigos. Se ríen, hacen el tonto sobre la bici de ella, hacen cualquier cosa que solamos hacer cuando andamos un poco tocados a las cuatro de la madrugada, y ambos actores se desarrollan con una naturalidad admirable.

Victoria sube a una azotea con los chicos y se asoma peligrosamente al bordillo, asustando un poco a Sonne. Al parecer, es una chica que necesita un poco de adrenalina, ¿no? Victoria comparte un momento íntimo con ellos, cuando entre susurros muy respetuosos hacia el sueño de los vecinos, uno de los amigos explica que estuvo en la cárcel. Luego, Victoria dice que tiene que marcharse a abrir la cafetería en la que trabaja, y Sonne la acompaña. Entre ellos dos hay una complicidad bellísima; se miran, se sonríen, se gastan bromas, y se sienten cómodos el uno con el otro en una escena que, de tan natural y fresca, asusta; una escena que culmina cuando, después de tocar el piano de la cafetería de forma magistral, Victoria le confiesa a Sonne su fracaso en el conservatorio de piano, mostrándonos su fragilidad y sus frustraciones.

Y cuando termina esta preciosa escena, también lo hace todo lo bueno de la película.
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69 de 87 usuarios han encontrado esta crítica útil
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