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El muchacho de los cabellos verdes (1948)

El muchacho de los cabellos verdes
82 min.
6,2
496
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Teaser (INGLÉS)
Sinopsis
En un pequeño pueblo inglés, la policía recoge a Peter (Dean Stockwell), un chaval con la cabeza afeitada que rehúsa hablar ante las preguntas de los agentes. El Dr. Evans, el psiquiatra que colabora con la policía, será con quién el chico cogerá confianza y será el elegido para escuchar su increíble historia: Peter vivía con sus abuelos, unos antiguos feriantes de circo. Un día, mientras ayudaba en el colmado donde trabajaba, se entera que una nueva guerra está a punto de estallar. Ahí es cuando se entera que sus padres murieron en un raid aéreo durante uno de los bombardeos sobre Londres. A la mañana siguiente, Peter se despertó con el cabello completamente verde. Todos los chavales se reían de él, por lo que Peter huye al bosque, lugar donde tendrá una visión: Él ha sido el elegido. Y él, el muchacho de los cabellos verdes, será el encargado de comunicar al resto del pueblo los horrores y los peligros de la guerra... (FILMAFFINITY)
Género
Drama
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Estados Unidos Estados Unidos
Título original:
The Boy with Green Hair
Duración
82 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Links
6
curiosa y simpática, pero fallida
Uno de los principales problemas de esta extraña película del irregular Joseph Losey reside en su elevado valor coyuntural, lo que sin duda no ha hecho más que mermar las (poquitas) cualidades que posee. Y es que si se quiere hablar de los horrores de la guerra en la actualidad se necesita algo más de crudeza y menos monsergas bobaliconas; la lección es la misma, pero para que conserve su fuerza en pleno siglo XXI hace falta poner más carne en el asador. Tampoco hay que ser negativos, la cosa podía haber sido peor, al menos eso se deduce de su desconcertante comienzo, en la línea de good-feel movies modernas como El secreto de los McCan (buff).

Efectivamente, el film arranca con la presentación del chaval protagonista (irreconocible Dean Stockwell) y su relación con su tutor-abuelo Gramps (Pat O'Brien, gran secundario americano, componiendo un personaje entrañable), lo cual deriva pronto hacia el terreno del didactismo amable, pues el joven es receloso y ha de aprender todavía mucho de la vida. Total, mucho dulce y buenas palabras que, ya con cierta edad, se hacen bastante cargantes. Pero pronto la narración deja a un lado la melaza infantil para centrar su atención en lo que conforma el núcleo argumental de la película: el estudio de la diferencia como metáfora cristalina (y tanto) del afán del hombre por enfrentarse a otros hombres. Todo plasmado, realmente, como si de una interpretación bíblica se tratase: un pequeño Moisés (el protagonista) recibe la visita de unos ángeles particulares (los niños de la guerra, en una escena cuestionable e incluso algo sonrojante) que le revelan su condición de sujeto elegido para llevar la verdad al pueblo (universal): la absoluta necesidad de un mundo en paz. Esto es lo más insatisfactorio del film, pues si simplemente se hubiera centrado en el rechazo social que sufre el chiquillo -que es donde se encuentran los mejores momentos de la función- podía haber dado algo más de sí. O tampoco, porque después de Freaks sólo unos pocos pueden contar algo nuevo sobre el tema sin caer en el tedio de la repetición (Tim Burton, pocos más...).

¿Y qué queda de bueno en El muchacho de los...? Pues el buen oficio de Losey, un narrador seguro y muy atento a los pequeños detalles, y un acertado uso del Technicolor. Podía haber sido una obra más importante, pero le pierde esa manía de contar el mensaje a voces y con insistencia, algo habitual en el cine de su director. Y le sobran, como a esa compañera fílmica que fue Jack (la peli rarita de Coppola, con la que comparte tanto -incluido un plano de niño marginado mirando desde el ventanal a niños felices jugando), moralejas y buenas intenciones. Muy útiles para proyectar en sesión de colegio, pero totalmente inadecuadas para mentes maduras que saben de qué va todo el asunto. Aún así, se deja ver.
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14 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Primer largo de Losey
Producción en color de RKO, realizada por Joseph Losey. Basada en un argumento de Betsy Beaton, se rodó en MacKinley Home For Boys (LA) y RKO Studios. El producor fue Stephen Ames y el estreno tuvo lugar el 16-XI-1948 (EEUU).

La acción tiene lugar en una localidad inglesa, donde un chico huraño y deprimido, Peter Frye (Dean Stockwell), de 10/12 años, con la cabeza rapada, recogido por la policía, es requerido por ésta para que facilite su identificación, sin obtener respuesta. El psicólogo Dr. Evans (Robert Ryan) consigue que le cuente su historia desde los 5 años, lo que le convierte en el narrador del relato, dividido en dos prolongados flashbacks.

La película explica una historia vista a través de los ojos de un niño. Se desarrolla como una fábula sencilla, no exenta de simpatía, sobre temas en relación a los que el autor desea mover a la reflexión. Le preocupa la carrera nuclear, los temores asociados a la Guerra Fría, los horrores de la guerra y la intolerancia social de la diferencia (raza, religión, enfermedad). Hace hincapié en tres lineas argumentales: los peligros de las armas nucleares, la tragedia de la guerra y la intolerancia contra las personas diferentes (pelirrojos, los que usan gafas gruesas, los huérfanos de guerra, etc.). En términos didácticos, defiende las actitudes antibelicistas y antinuclearistas y exalta el valor de la tolerancia social de la diferencia. El caudal argumental que hoy se tiene en relación a los temas indicados se halla en un nivel mucho más elevado que el disponible en 1948. Visto con ojos actuales, el film es ingenuo en sus fundamentos, pese a la vigencia de los cuestiones propuestas. El color verde, como símbolo del medio natural y de la vida, es hoy conocido, aceptado y respetado por todos. La sinrazón de la intolerancia contra los diferentes dispone de argumentos más potentes y sofisticados, como el desarrollo del Derecho Internacional Humanitario, el avance de la multiculturalidad, la realidad multiétnica de las sociedades desarrolladas, el avance científico y otros referentes, que señalan que la diferencia no justifica la desigualdad. Es enternecedora la descripción del personaje del abuelo de adopción y relación parternofilial entre éste y el niño.

La música aporta tonos alegres y optimistas, propios de una fábula. Se añaden 3 bonitas canciones: "Nature Boy" (Nat King Cole), "Trend On The Trail Of Me Coat" (popular) y "How Many Miles To Dublin Town?" (tradicional). La fotografía usa encuadres fijos y movimientos sobrios de cámara. Los colores apagados y grisáceos dejan los contrastes en manos de la luz. El guión, pensando para el público de finales de los 40, no se ha de descontextualizar ni enmarcar en la actualidad. La interpretación de O'Brian y la de Stockwell ("Levando anclas") son enternecedoras. La dirección crea una ópera prima casi olvidada, cuyo rescate en DVD constituye un motivo de satisfacción, pese a sus deficiencias técnicas.
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12 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
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