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Roger y yo (1989)

Roger y yo
91 min.
7,0
2.365
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Trailer (INGLÉS)
Sinopsis
Aclamado documental que arremete contra el poder de las grandes corporaciones industriales, en las que el incorruptible Michael Moore trata de conseguir una entrevista con Roger B. Smith, presidente de General Motors, para poder preguntarle sobre las devastadoras consecuencias del cierre de una planta del gigante del automóvil. (FILMAFFINITY)
Género
Documental Comedia
Dirección
Reparto
Documental
Año / País:
/ Estados Unidos Estados Unidos
Título original:
Roger & Me (Roger and Me)
Duración
91 min.
Guion
Fotografía
Compañías
Premios
1989: Festival de Toronto: Mejor película (Premio del Público)
1989: Círculo de Críticos de Nueva York: Mejor documental
1989: Asociación de Críticos de Los Angeles: Mejor documental
8
Sobre el documentalista más influyente de la historia. 1ª Crítica. Título “Empieza la demolición industrial”
Esta película abrió un género que lleva casi veinte años ganando adeptos, el documental para el cine, convirtiendo al actor - director en estrella mediática (con decenas de imitadores) y a la herramienta en utensilio de uso corriente, sobre todo para jóvenes cineastas con problemas para la financiación de obras más costosas. Durante mucho tiempo, “Roger and me” fue el documental más visto de la historia y ahora sigue en los puestos más altos. Voy a intentar a explicar las razones (virtudes) para que esto sea así.

“Roger y yo” tiene un planteamiento muy sencillo: cineasta relata la caída económica de su ciudad natal, tras el traslado de los almacenes de la “General Motors” (la empresa más importante de la zona) a otros destinos del tercer mundo. Por esta razón, el desconocido cineasta quiere hablar con el presidente de la compañía, el mencionado Roger, para que le explique por qué una empresa que funciona bien, que da mucho dinero, se tiene que trasladar.
Es incuestionable que el tema nos debe ser muy cercano, ya que en cada país industrializado este proceso se lleva realizando las últimas dos décadas, con lo que se pierden multitud de puestos de trabajo y se concentra la pobreza en un punto determinado con extrema rapidez. En este asunto se percibe las consecuencias aceleradas del capitalismo extremo, la falta de sensibilidad de las grandes corporaciones y el mínimo control al que se ven sometidos por los gobiernos de turno, por no decir, la nula aparición de propuestas alternativas lógicas de trabajo.

Todo lo expresado en el párrafo anterior lo vemos en “Roger and me” a la perfección. Michael Moore rueda desahucios masivos, inmigraciones generales de los trabajadores (con la lógica pérdida de raíces), la introducción del pueblo en el engranaje del estado con carácter de parásitos, dada la imposibilidad de valerse por sí mismos. También vemos cómo a la General Motors se la trae al pairo todo esto, ellos siguen sumando dividendos y dándose palmadas en la espalda.
Hasta la llegada de Michael Moore, este fenómeno estaba minimizado por los medios, con la consecuente falta de interés de los ciudadanos. Tras este documental, más gente pudo acercarse a la crítica y concienciarse sobre la indefensión del pueblo ante las decisiones que más nos afectan, las relacionadas con el trabajo estable.
El mensaje no se podía difundir en bruto, demasiado triste, sino que se debía ornamentar la seriedad con momentos de humor, de ironía, un montaje ágil y, sobre todo, cierto positivismo para cimentar otra característica del cine de Moore: la esperanza. Y se siente y ayuda cuando se leen titulares como estos: "Nissan anuncia un recorte de 1.680 empleos en Barcelona", "La crisis de Nissan arrastra ya 1.400 empleos de sus proveedores", "General Motors cierra dos fábricas y deja en la calle a 2.700 personas". Habré buscado cuarenta segundos en Internet, las tres noticias no tienen ni tres semanas.
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22 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Tan ridículo que sólo puede ser real
El desconocimiento de la realidad de la época y del lugar impiden analizar hasta qué punto el documental está influido por un componente tendencioso, hasta qué punto se pueden relacionar directamente los despidos con el deterioro de la zona. En cualquier caso, la presencia de Michael Moore, el hombre-denuncia en pantalla, -que en esta ocasión se hace menos estruendosa que en sus posteriores obras- resulta necesaria para reparar en la falta de respuestas.

Denuncia laboral aparte, lo realmente fascinante de este documental es el retrato humano; la capacidad para desbrozar la decadencia, exhibir lo siniestro del lugar y lo ridículo de los discursos.

En algún punto entre lo grotesco y lo funesto está esa estampa de la ciudad de Flint. Lo más tétrico, sombrío y también cómico. Es la esencia propia de una ciudad levantada alrededor de fábricas de coches, alimentada de aceites y bujías. Y en ella desfilan los residuos humanos que genera la podredumbre estadounidense: el desahuciador, la mujer de los conejos, las viejas jugando al golf, la mujer trastornada por los colores otoñales, los famosos de postín, el show de la cárcel, el gobernador desfilando, las ratas, Ronald Reagan y las pizzas, el tío de la capa… en fin: la humanidad en derribos.
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27 de 39 usuarios han encontrado esta crítica útil
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