Ratter (2015)

Es un auténtico y soberano tostón que, aparte de no saber contar la historia para que mantengas un mínimo de interés, no aporta absolutamente NADA al género en particular ni al cine en general.
En serio, es muy aburrida y, no merece la pena. A medida que avanzaban los minutos, intentaba pensar que de repente habría un giro, un momentazo o ALGO que hiciera que este engendro mereciera la pena pero... no fue así. No ayuda que el 90% esté rodado desde el punto de vista de los ordenadores, teléfonos o cámaras que supuestamente controla el ser este... Incómoda de ver pero, no porque sea arriesgada o comprometida en escenas, diálogos o argumento... ¡¡ojalá!! Es incómoda por ser una pura bazofia. Siento ser tan dura pero, me ha enfadado semejante truño.

Me da la sensación de que, en los últimos años, se ha creado una tendencia en las películas de terror que no me agrada en absoluto. Si el nacimiento de la saga “Paranormal Activity” abrió la veda para que el estilo falso documental volviera a nuestras vidas, sin que nadie lo hubiera pedido ni echado en falta, esta última tanda de películas de terror “modernas” ha creado el estilo “veamos cuanto tiempo podemos extender la película sin que pase absolutamente nada antes de que el espectador se dé cuenta de que solo queremos sacarle el dinero”.

Si allá por el 2006 el remake de “Cuando llama un extraño” empezaba a mostrarnos este nuevo estilo, no fue hasta el 2014 que la primera película de esta escuela daría la campanada y el pistoletazo de salida para que sus hermanas tomaran las pantallas. “Ouija” y sus 45 minutos de nada absoluta hasta que la trama decide arrancar (52 si eres como yo y empiezas el contador cuando a muerto el primer insufrible protagonista) dieron paso a los 34 que “Unfriended” necesitaría para que su fantasma cibernético saliera a la luz (34 minutos que parecen 50 teniendo en cuenta que toda la película es ver a la protagonista entrar en facebook y chatear con su amorcito cual acosadora).

Ratter, la película que nos ocupa, necesita 53 minutos antes de que nuestra protagonista empiece a darse cuenta de que algo extraño está pasando ¡Pero cuidado! Este film ha decido romper con todas las reglas ya escritas y alargar hasta los 72 minutos el primer encuentro entre la protagonista y su “acosador” (y lo llamo acosador porque la película así quiere que lo haga)*. 72 minutazos llenos de:

Conversaciones por Skype con mamá. Jugar al Wii sports. Dormir. Cocinar y fregar el piso. Ir a la universidad. Tener un par de citas con un chico (del que ni me molesto en aprenderme el nombre) con el que se da tres besos tontos. Salir de fiesta. Más skype. Ducharse y depilarse las piernas… Ducharse y depilarse las piernas otra vez… ¿He dicho ya que se ducha y se depila las piernas? Porque lo hace muchas veces, demasiadas teniendo en cuenta que está soltera y es invierno. Aunque eso ya es apreciación personal.

Nunca he sido contraria a que se desarrollen los personajes antes de alcanzar su fatal destino o enfrentarse al asesino (todo dependerá de su rol dentro de la cinta), por eso de que me dé un poco de lastima si les pasa algo malo llegado el momento, pero lo de esta cinta es una burla al espectador. Si transcurridos 72 minutos todo lo que sé de esta chica es que se ha mudado a Nueva York, que ha roto con su novio hace poco y que le gusta bailar ¿No tengo derecho a enfadarme? Yo creo que sí.

Ratter es una película hecha de un modo barato, muy barato, para ganar dinero de forma fácil haciendo creer al público que va a ver algo que luego no encuentra. En su lugar dará con una película que, a pesar de su corta duración, se hace muy larga y extremadamente pesada ¡Es que ni para pasar el rato oiga! Evitar a toda costa, ni gratis vale la pena, esa es la mejor recomendación que puedo dar a aquellos que tienen la suerte de no haber dado el play todavía a esta cinta.

Corred insensatos, para mí ya es demasiado tarde.