arrow

Mala mujer (1945)

Mala mujer
97 min.
8,2
14.585
Votar
Plugin no soportado
Añadir a listas
Disponible en:
Suscripción
free
Escena (Español)
Sinopsis
Nueva York, año 1934. Christopher Cross es un simple cajero, infelizmente casado, cuya única pasión es la pintura. Una noche conoce a Kitty March, una atractiva buscavidas de la que se enamora y le hace creer que es un pintor de éxito. La chica y su novio Johnny, un tipo sin escrúpulos, aprovechan la ocasión para intentar explotar al pobre hombre, pues creen que sus cuadros valen mucho dinero.
(FILMAFFINITY)
Género
Cine negro Drama Remake Pintura Años 30 Crimen
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Estados Unidos Estados Unidos
Título original:
Scarlet Street
Duración
97 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Links
9
QUISE REÍRME EN TU CARA DESDE EL MOMENTO EN QUE TE VÍ; ERES VIEJO, FEO Y ME PONES ENFERMA
Una de las muestras de la perversidad más cruel y despiadada que se hayan filmado nunca, a cargo del maestro del expresionismo alemán, el cineasta de origen austríaco Fritz Lang, quien repite el exitoso reparto coral de su celebrada "La mujer del cuadro" tres años antes, con Edward G. Robinson, Joan Bennett y Dan Duryea como protagonistas.

Basada en la novela del escritor y novelista francés Georges de La Fouchardière titulada "La Chienne(La Golfa)" que sirvió para que el cineasta galo Jean Renoir la llevara a la gran pantalla por primera vez en 1931 bajo el título original homónimo en francés de la novela, y traducida como "Isn't Life a Bitch?", es homenajeada a su vez por Lang en esta especie de remake del original francés sacando si cabe mayor tajada del trasunto, y con la colaboración en las lides de guionista de Dudley Nichols ("La Diligencia" 1939).

La fotografía en blanco y negro es un claro y digno ejemplo paradigmático de la escuela expresionista alemana a que antes aludía, con el fabuloso trabajo en blanco y negro del prestigioso Milton Krasner ("Eva al desnudo", "Los cuatro jinetes del Apocalipsis") quien repitiera también con Lang desde los tiempos de "La mujer del cuadro", describiendo perfectamente esa perversidad a que hace referencia el título a través de la inicial candidez y bonomía del personaje de Christopher Cross magistralmente interpretado por un brutal Edward G. Robinson y su descenso a los abismos arrastrado por ese maelstrom que sería la pérfida femme fatale de este paradigma del cine azabache sin detectives de por medio, la despiadada Katharine 'Kitty' March (Joan Bennett) en connivencia con su violento amante y despiadado también Johnny Prince (Dan Duryea)... )...¿Y ese Chris del final, cual protagonista de "El corazón delator" de Poe torturado por los recuerdos de la perversa y nefasta Kitty...?

La música sin embargo pasa desapercibida completamente en el conjunto primoroso de la obra, sin apenas protagonismo salvo por los énfasis finales en la demencia y mendicidad en que cae indefectiblemente el personaje de Chris Cross.

Una obra emblemática del film noir, imprescindible para cualquier aficionado al maestro Lang, y sobre todo al buen cine de siempre, con MAYÚSCULAS por supuesto.

F A S C I N A N T E
[Leer más +]
123 de 147 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Voces de muerte sonaron...
La historia en "Perversidad" no es relevante, ya que es una historia-modelo. Hay muchas historias semejantes. Lo que transforma a"Perversidad" en una obra de raro poder hipnótico reside en su ejecución y en la forma en que ésta ejecución es iniciada.

En la primera escena, el director de un banco preside una cena en honor a su empleado más leal, al que obsequia con un valiosísimo reloj de oro: acto seguido, abandona la mesa para reunirse con su joven amante que le espera en la calle. La cámara retorna al rostro de Christopher Cross, ese empleado ejemplar. Y entonces, se advierte que se ha abierto una grieta en donde antes parecía haber un terreno llano. ¿Y qué supura a través de la grieta? Añoranza, deseo, envidia, tristeza y conformismo.

A partir de este instante, no hay retorno. La historia se acaba de definir. El barco se dirige al arrecife y no queda más que rezar porque la agonía no se haga eterna. Poco importa si el faro se llama Kitty, Johnny o Adele: estaba escrito.

Hay que tener cuidado con lo que se desea. Puede cumplirse. Y no hay aquí, pese a toda evidencia, rastro de mujer fatal, sino presencia de hombre terriblemente fatalizado.

(En las últimas escenas, sucede algo extraño: acosado por sus fantasmas, Christopher Cross mira a cámara con el cuerpo y el rostro exacto del vampiro de Düsseldorf)
[Leer más +]
76 de 86 usuarios han encontrado esta crítica útil
Más información sobre Mala mujer
Fichas más visitadas