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Mientras somos jóvenes (2014)

Mientras somos jóvenes
97 min.
5,8
6.445
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Sinopsis
Josh Srebnick (Ben Stiller) es un veterano director de documentales que está pasando por una mala racha profesional mientras prepara su próxima película. Todo empieza a despejarse cuando él y su mujer (Naomi Watts) comienzan a salir con una joven pareja formada por Jamie (Adam Driver) y Darby (Amanda Seyfried). Gracias a ello, Josh comienza a recuperar su juventud perdida. (FILMAFFINITY)
Género
Comedia Drama Sátira Cine dentro del cine Comedia dramática Cine independiente USA
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Estados Unidos Estados Unidos
Título original:
While We're Young
Duración
97 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Links
Premios
2015: National Board of Review (NBR): Mejores películas independientes del año
2015: Premios Gotham: Nominada a Mejor guión
8
Tengo 44 años y hay cosas que ya nunca haré.
Hermoso documental el que ha rodado Baumbach. Porque aunque se disfrace de comedia dramática (o de drama divertido) toda la película es un magnífico documental que retrata una edad y unas condiciones de una forma despiadada.

Lo dice en un momento dado Ben Stiller y puede resumir toda la película y toda la situación vital de millones de personas por todo el mundo occidental: "Tengo 44 años y hay cosas que ya nunca haré". Madurar, envejecer, nunca fue fácil, pero menos que nunca en este caótico siglo XXI, que nos expone a nuestro propio declive exhibiéndolo en Instagram.

Si tienes una cierta edad es imposible no sentirse identificado con los personajes de Stiller y Watts, atrapados por la brillante promesa de una nueva juventud. La frescura, los vinilos, la ausencia de compromisos, las cintas de VHS, la paternidad, los bares cool, los horizontes infinitos, los juegos de mesa, la artritis, los sombreros, las gafas de cerca...

Baumbach refleja esas dudas, esos desencuentros de quienes no son chavales pero no quieren ser padres de familia. Y al mismo tiempo le da un ácido y divertido repaso a la cultura hipster y a todos y cada uno de sus totems. Y uno se deja llevar por esa pareja que está entrando desesperada en la mediana edad y baila hiphop y se compra una bici porque no quiere ir a clases de música para bebés.

Hay cosas que ya nunca haré, cosas que ya nunca tendré. Y puede que eso sea incluso bueno. O no. Quién lo sabe...
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47 de 54 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Lástima de ese final tan conservador...
Esta es la típica (o no tanto) película que surge cada cierto tiempo y que trata diversos temas muy específicos de nuestra sociedad. En este caso se trata de ese síndrome de Peter Pan que empieza a acecharte a esas edades en que empiezas a decir cosas como "ah, esta canción estaba muy de moda en mi época", y de pronto caes en que la vida no para de avanzar, y el tiempo que te queda para hacer todo aquello que deseabas empieza a no ser tan eterno como creías. En la película este mensaje cristaliza claramente cuando Ben Stiller expresa con resignación que a su edad hay cosas que ya no hará, y por parte de Jamie, el hipster veinteañero, cuando expresa que a veces siente, por absurdo que sea, que él nunca se va a hacer viejo y morir. Que levante la mano el que nunca haya sentido esto cuando ha tratado con un anciano.

Por otro lado queda el fantástico retrato de ese subtipo social llamado "hipster", que sutilmente ha comenzado a proliferar en las ciudades. Respecto a ellos, el director adopta un papel un tanto ambivalente, ya que si bien por un lado alaba su vitalidad, su entusiasmo, su entrega, etc., por otro lado se burla de su pretenciosidad, de su pose y de la absurdez de ciertos tics caracterísiticos, como el amor por lo analógico. (Y aquí lamento que la peli no haya incluido ningún diálogo sobre el eterno debate de vinilo versus CD; ese pobre y denostado formato que no tiene a su favor ni la practicidad total del mp3 ni el aura cool del vinilo, con lo que hay quedado en un triste limbo sin nadie para reivindicarlo; así que termino ya este largo paréntesis rompiendo una lanza en favor de él, por sus virtudes intermedias como objeto físico y por ello tangible y valioso, pero al mismo tiempo práctico y resistente). En fin, la película claramente está contada desde el punto de vista de los "cuarentones", así que gran parte del humor proviene de la perplejidad de estos ante ciertos comportamientos de sus nuevos amigos guays.

... Y todo esto conduce a un lamentable final que resta puntos a la peli. Hasta este momento la trama se movía en una interesante zona ambigua, en la que se exploraba cómo los personajes, al mismo tiempo que se sentían algo alienados tanto con sus amigos de su edad que habían sido padres como con sus nuevos amigos hipsters, sacaban sin embargo cosas positivas de esta nueva relación (la pasión renovada, nuevas aficiones y descubrimientos). Y quizás esto podría haber llevado a una reflexión sobre cómo uno a veces puede sentirse un poco en tierra de nadie, pero a partir de esa desorientación, construir su propio mundo. Pero no, nada de sutilezas. La moraleja final queda bien masticada y cómodamente conservadora. Sigo en la zona spoiler.
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31 de 37 usuarios han encontrado esta crítica útil
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