Amenaza incógnita (1944)

Durante un viaje a una isla de la Polinesia, un profesor universitario (Lon Chaney Jr) se enamora de una muchacha blanca (Anne Gwynee) que ha sido criada desde pequeña en una tribu de indígenas, asumiendo su religión y ritos mágicos, que para él son supersticiones. Y vuelve casado con ella a su pequeña comunidad universitaria, dejando frustrada a su antigua amante (Evelyn Ankers).

Esa es, en realidad, la sinopsis de este filme (la que figura en FA es algo engañosa) que, salvo por el desenlace, un tanto apresurado, tiene un nivel más que aceptable. Lo que se plantea en la cinta como asunto de fondo es si la frialdad de la razón y la ciencia pueden alcanzar a resolverlo todo o si hay cuestiones inefables que se les escapan. Además de lo nocivos y destructivos que pueden ser el desamor y los celos.

Realizado con la dignidad y buen hacer de todos estos filmes de intriga psicológica de algo más de una hora de la serie "Inner Sanctuarum" de la Universal, llama más la atención su ambientación en una pequeña y algo cerrada comunidad académica -todo lo relativo a la Polinesia aparece al principio en forma de flashback-, con sus mezquindades, pequeñeces y miserias. Un modo de vida y unas mentalidades que contrastarán con la ingenuidad, y autenticidad de la recién llegada.

La película es también probablemente, de las más literarias de las que he visto de la serie, teniendo gran importancia, como ya pasaba en la 'hitchcockiana' "Doctor Muerte" (Reginald Le Borg, 1943), la voz en off del protagonista y las dudas que comienzan a asaltarle, pese a que siempre se ha regido por la razón, ante lo que en principio considera "coincidencias". Además, no se trata de saber quién es el asesino, pues aquí se nos desvela la identidad del villano y su modo de operar guiado por el desamor, la frustración y los celos sin ocultamiento alguno. Lo que no obsta para que esta pequeña peli se siga con interés.