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Purgatorio (2014)

Purgatorio
85 min.
4,2
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Sinopsis
Cuenta la historia de una joven que se ve obligada a cuidar del hijo de su recién llegada vecina. El tiempo pasa y nadie aparece para recogerlo, pero lo peor es que la actitud del chaval empieza a ser cada vez más rara, llegando a afirmar que hay otro niño en la casa. (FILMAFFINITY)
Género
Intriga Terror Thriller Drama Sobrenatural
Dirección
Reparto
Año / País:
/ España España
Título original:
Purgatorio
Duración
85 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Premios
2014: Festival de Málaga: Sección oficial largometrajes a concurso
3
El desperdicio de la malicia.
Mujer joven, madre preferiblemente y un tanto asustadiza también, se queda sola en una enorme casa habitada por sonidos fantasmales. Seguro que les suena. A tan típico esquema vuelve a hacer referencia Purgatorio, el debut en el largometraje del antes director de segunda unidad Pau Teixidor. La referencia a los grandes hitos del género se enriquece además con la inclusión en su argumento de un segundo personaje, un niño casi adolescente que servirá al director de elemento catalizador de la odisea pesadillesca a la que nuestra traumatizada heroína deberá verse abocada. La fórmula es bien conocida. Y a Teixidor se le nota a lo largo del visionado de su ópera prima que conoce a la perfección los mecanismos del género y que sabe y tiene la capacidad para manejarlos en beneficio de la muy buscada y necesitada intriga que ha de poblar cualquier producto que se precie de pertenecer al mismo. Y, de hecho, Purgatorio aguanta muy bien (incluso hasta en las comparaciones) a lo largo de sus primeros compases, cuando Teixidor hace gala de poseer un cuidado sentido de la planificación, optando por dar a una criatura de tan bajo presupuesto un empaque técnico de exquisita factura y sacando un partido excelente a la limitada localización, un edificio de viviendas prácticamente vacío en el extrarradio de una gran ciudad.

A lo largo de esos primeros minutos, Purgatorio despliega de forma eficaz su entramado de misterio, generando desde su estética de Instagram o de anuncio de IKEA que se desprende de sus imágenes un suspense ciertamente austero, que posee valor precisamente por no resultar impostado. Sin embargo, Teixidor tarda poco en tirar por la borda los buenos augurios conseguidos en su planteamiento, precisamente con la entrada en escena del segundo personaje importante y el desperdicio al que pronto se ve sometida la oscuridad y malicia que se palpa en dicho personaje. En él se haya la clave para apreciar lo que podría haber sido Purgatorio, si sus artífices hubieran poseído verdadero instinto creador, porque las alusiones sexuales que se dejan entrever en contados momentos, unidas a la extraña condición de infante retorcido que se vislumbra tras los primeros diálogos que el niño entabla con la protagonista dan una idea bastante acertada de las posibilidades enfermizas del argumento, que más pronto que tarde deriva hacia el melodrama redentor.

La prueba del escaso efectismo que al final obtiene Purgatorio para con sus intereses la hayamos en la vana inclusión de un elemento, suponemos clave, para la creación del misterio. En Al final de la escalera (The Changeling) (1980), de Peter Medak, el sonido de una simple pelota rodando escaleras abajo lograba estremecer como nunca antes otro elemento narrativo lo había hecho en el cine. El mérito estaba en que, a pesar de haber narrado toda la película de un modo academicista, Medak también había sabido disponer las pistas previas de manera efectiva hasta llegar a tremenda escena cumbre de su cinta. En Purgatorio, podemos encontrar un conato de aquella maestría en el uso simbólico que se la da al sonido de un trompo al dar vueltas sobre sí mismo en un momento también cumbre de la película. Pero los resultados distan mucho de los obtenidos en Al final de la escalera. Porque Purgatorio, a lo largo de todo su recorrido previo, no ha sabido o no ha querido abogar abiertamente por dar miedo, por resultar realmente hiriente y prefiere contar en tono un tanto alegórico el calvario sanador que efectuará esa madre para superar la muerte de su hijo. Y ahí radica el gran problema de la película. El que se haya optado por el thriller psicológico para abordar una historia que evidencia pronto unos pesarosos tintes tan melodramáticos, lo que lleva al guión a manejar situaciones de manual (el sonido del trompo), a la vez que una serie de trampas y trucos de guión, para acercar la historia a los parámetros de un género que, por dicha vía, le es hostil.

Para terminar de hilar el rizo de los desaciertos, los pretendidos desvíos a lo sobrenatural no se ensamblan con naturalidad en una narración que hasta ese momento había podido presumir de resultar realmente orgánica y la proliferación de un efectismo técnico meramente decorativo (algunos usos con la cámara, la omnipresencia de una banda sonora repleta de golpes de efecto, la ya manida oscuridad como hábitat del mal), termina por acercar el misterio y el terror que tanto busca Purgatorio a una previsible acumulación de tópicos. La raíz de los defectos parte de un guión que se descubre a la postre realmente plano, que busca rellenar sus carencias con fuegos de artificio y sobre el que el novel director trata de imponer un estilo de reconocida influencia en el thriller comercial, demostrando oficio y temple, sí, pero al final, ni el suspense pedía a gritos tanta impostura narrativa, ni el drama interno del personaje principal se merecía tremendo calvario nocturno. Un personaje al que, eso sí, interpreta sólidamente Oona Chaplin, que cumple con convicción priorizando el componente dramático de su personaje, de intenso e indescriptible dolor, sin dejarse llevar ni caer en la comodidad que siempre suponen los tics tantas veces transitados por otras actrices en papeles del mismo corte, desplegando en su interpretación una elegancia minuciosa digna de mejores causas.

http://actoressinverguenza.wordpress.com
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9 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
2
Revenido(Correoso)
Qué pena me dá que la nieta de Charles Chaplin acepte hacer un papel tan tremendamente horrible en un film tan malo.
Es una película para olvidarla mientras la estas viendo y lo consigue ella solita. Y lo hace porque es mala con avaricia.
Te va dando pistas muy fuertes para que la quites, como por ejemplo esos silencios interminables, inexistente banda sonora. Ese comienzo para que veamos lo bien que conduce Oona como si nos importara algo, acompañado de un silencio desacertado.
¿Nos creemos que alguien en depresión con super empanamiento va a dejar entrar en su casa a unos desconocidos porque aseguren que son del piso de arriba?
¿Alguien me puede explicar a qué viene un poco de porno en mitad de éste truño?
Y el corte en el dedo...¿Qué quiere decir el director con ésto? porque nervios ..vale pero que le lleve el bocata con las manchas de sangre de verdad... que empanamiento.

Continúo en spoiler
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4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
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