Invasión (2014)

Lo que resta en el recuerdo; no busca lo que fue, como sucedió, sino las huellas que en cada uno y a su manera quedaron.
Entrando de lado, por las esquinas, sin el enfoque directo que caracteriza a muchos documentales, no busca el recorrido por todos los hechos, causas y circunstancias, y esa es precisamente su gran virtud.

La recreación en la calle con la gente, no solo le imprime un tono dulce y cómico, a la par que novedoso, sino que sirve para confrontar visiones, recuperar la memoria y abrir el debate, que pasa desde el agradecimiento a los americanos, el recuento de los muertos que cada uno perdió, hasta los reproches sobre lo inconveniente de remover el pasado.
Si el tiempo es como hojas de otoño que cubren el suelo y ocultan, el documental es viento de mañana; no puede haber lluvia, ni agua, no habrá limpieza de heridas hasta que no haya pasado el tiempo del viento, que remueve y desordena, que obliga a mirar lo que pisamos, lo que se encuentra debajo, que revela. Y es en esta función donde el documental destaca; reactiva la memoria, el debate desde dentro, da a los que no supimos o olvidamos toda esta historia, las ansias de investigar, siendo viento que despeja el camino. Dime sino para que sirve un documental.