Pacto secreto (2009)

Stewart Hendler (Whisper) dirige este remake de una película que en 1983 dirigió Mark Rosman, titulada Siete mujeres atrapadas. Aunque realmente, su mayor parecido reside en el título original, porque el argumento es una copia absurda y barata de Sé lo que hicisteis el último verano de Jim Gillespie.

Hermandad de sangre podría definirse como otra estúpida película de terror para adolescentes, ya que tiene todos sus elementos: cuerpos de escándalo semidesnudos, fiestas locas llenas de alcohol, drogas y música estridente, personajes tan planos como esquemáticos, diálogos ofensivos, golpes de efecto tan trillados que ya son más que previsibles, escenarios tan tópicos como solitarias duchas o lúgubres sótanos, ciertos toques de humor y, cómo no, el asesino de turno de rostro tapado y arma particular.

En el elenco elegido tenemos a Leah Pipes (Her best move) como fría y manipuladora líder del grupo, Margo Harshman (Rise: cazadora de sangre) una chica cuyos únicos intereses en la vida son alcohol y sexo desmedidos, Jamie Chung (Samurai girl) simplemente como belleza exótica y tonta, Briana Evigan (Huida a ninguna parte) encargada de soltar los clásicos sermones repletos de moralina y Rumer Willis, quien no ha heredado absolutamente ningún gen de sus padres (Bruce Willis y Demi Moore). Eso en cuanto al grupito protagonista. Del resto sólo haré mención a Carrie Fisher, ya que uno no entiende muy bien qué pinta la otrora carismática Princesa Leia en este desaguisado.

A pesar del uso y abuso de tópicos, la justita calidad de sus intérpretes y las incoherencias del mediocre guión, he de reconocer que, incomprensiblemente, el film no aburre. Por un lado la duración del metraje no es excesiva (poquito más de hora y media). Por otro, posee algún que otro momento de tensión, ciertas escapadas humorísticas y una simplicidad en la realización que se agradece, ya que otro realizador con el mismo poco talento que Hendler, podría haber intentado complicar la trama, de manera que se hubiera vuelto lenta e insufrible.

El cine slasher (término con el que se designa al subgénero de terror adolescente de psicópatas) funciona, así lo dicen sus números en taquilla. Por lo tanto, mientras sólo se demande sangre, sexo y pop (qué pena, ya ni se exige rock and roll) seguiremos padeciendo películas de este tipo.

Hace casi quince años el genio de Wes Craven revolucionó el género de terror adolescente con la primera parte de una saga que personalmente idolatro, "Scream", y cuya cuarta parte (Guauuuuu) se estrena el año que viene. Al año siguiente, 97, Jim Gillespie aprovecha las directrices de aquella y nos sorprende gratamente con la peorcilla pero decente "Sé lo que hicisteis el último verano", cuyas continuaciones son poco menos que infumables. A la sombra y amparo de estos hitos del género nos llega un remake estupendo, "Hermandad de sangre" que mejora la cinta del regulero Mark Rosman de allá por los ochenta, lo cual ya es de agradecer en una época en la que las revisitaciones, remakes y continuaciones además de carecer de personalidad e identidad propias suelen ser basura carne de videoclub. Como ya he dicho no es el caso de "Hermandad de sangre", que si bien ofrece poco de original, respeta las normas básicas y clásicas del buen slasher. Chicas estupendas con un secreto a sus espaldas, sexo inconsciente impúdico e hinchabraguetas, asesino inesperado con vuelta de tuerca más que tramposa y como viene siendo casi obligatorio, recuperación de estrella apagada, en este caso la Starwariana Carrie Fisher, sin ensaimadas en la cabeza y con unos estupendos kilitos de más.
Cualquier devoto del género sabrá disfrutar de las excelentes virtudes de la cinta y perdonará misericorde sus excelentes, también, fallitos.
Lo mejor: Videoclip intrigante de hora y media. Justo lo que promete. Las chicas, estupendísimas. La escena del asesinato me sobrecogió un poco, y mira que soy borrico...
Lo peor: Lo de siempre. Y es que hay que ser un genio para sorprender a estas alturas. Seguro que el tito Craven vueve a hacerlo este año...
Y nos llega "Elm St."... Dios, qué añito...