The Witch Who Came from the Sea (1976)

Historia de gente perdida. Conflictos internos de consecuencias drásticas en el ecosistema más rancio y dominador de la sociedad.

Un ejercicio criticó que empuña a la psique herida. Venganza de desgarros que filias pedofilas causan en el alma. Personajes ausentes que se prestan a cargar en sus hombros el peso de una sentencia que los transformó en verdugos.

Matt Cimber saca de paseo a un desgarrador personaje creado a conciencia para Millie Perkins. Una mente atormentada con lagunas dibujadas en forma de elipsis.

Complicada puesta en marcha para un cuento macabro como éste. Una delicada sirena amputada de su más preciado tesoro. Desgarrada en el físico y la mente. Desangrada en un océano imposible de cruzar. Una mente atormentada que avanza adormilada por empacho de pastillas. El abanico de personajes se enriquecen de su estela y avanzan con el espectador.

Una disfrutable joya que escandaliza más allá de mutilaciones físicas. Es capaz de mirar a la obra de Polanski sin ruborizarse.