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La segunda oportunidad (1984)

Trailer (INGLÉS)
6
El sibilante sonido de las tentaciones
El director Michael Anderson, realizador de películas que ya forman parte del imaginario cinematográfico colectivo con títulos como La vuelta al mundo en ochenta días (1956), Misterio en el barco perdido (1959) o, La fuga de Logan (1976), además de, entre otros interesantes títulos de contenido temático tan diferentes como el drama, la intriga, el thriller, o la comedia fantástica que nos ocupa Second Time Lucky (La segunda oportunidad) (1984), lleva a sus personajes a situaciones límites creando atmosfera y tensión en sus intervenciones en entornos apropiados, o escenarios futuros, en los que la aventura en cualquiera de sus formas es una constante en su filmografía.

Anderson nos propone presenciar, en clave de comedía fantástica, la apuesta entre el bien y el mal para dirimir quien dominará los designios de la humanidad en los siglos venideros. Dios (Robert Morley) y el ángel Gabriel (Jon Gadsby) la parte celestial, se medirán al codicioso e infernal Lucifer (Robert Helpmann) ayudado por su torpe ayudante Chuck (William Ewens). Dios, en su curiosidad, acepta por segunda vez el atrevido reto desde que creó el mundo.

Gabriel selecciona entre los mortales a los nuevos Adán (Roger Wilson) y Eva (Diane Franklin) además de ayudarlos ‘sin intervenir’, en lo que serán puestos a prueba por las diferentes tentaciones que encontrarán en sus caminos a lo largo de diferentes momentos en la historia de la humanidad. La evolución de los acontecimientos le lleva entre continuas elipsis temporales a los diferentes escenarios de la historia para poner a prueba las tentaciones del género humano.

En el Jardín del Edén, la fruta prohibida y el sibilante sonido de las tentaciones, se conjugan para cambiar el rumbo de la historia humana que, en su andadura, recaen en Roma entre generales vencedores de batallas, fiestas romanas y peligrosos circos repletos de sedientos gladiadores y feroces leones; Adameus (Adán) y Devia de Destruvia (Eva) superan las tentaciones del adulado César llamado ‘Bello Universo’(el Diablo disfrazado), avanzando la historia de las tentaciones hasta la Primera Guerra Mundial en la que un capitán (Adán) herido de guerra, en plena alucinación es cuidado por la atenta Enfermera (Eva) quien por presiones recibidas está obligada a ejercer de espía.

En su evolución histórica el realizador coloca a nuestros protagonistas en el peligroso escenario de la Ley seca, tiempo de gánsteres, prohibiciones, y locales ilegales donde el alcohol fluye como el agua, a lo que el incorrupto teniente de policía Adán Smith, pretende poner freno, conociendo en su camino a la bailarina Eva y un malvado gánster que todo lo domina: el Gran Nick, cambiando entre atronadores y sangrientos enfrentamientos sus destinos, llevando a nuestros protagonistas hasta la era del Glam Rock en los años 80.

El rockero Adán es presionado para que firme en exclusiva su contrato de compromiso con el Promotor (Lucifer disfrazado) para que cante solo sus canciones, Eva es componente de la banda como bailarina, que utiliza el diablo para persuadir a Adán en el contrato entre el bien y el mal parece que no termina de funcionar; pero antes de cerrar el ciclo, Adán y Eva se reencuentran en la fiesta inicial donde se conocieron, todo retoma la normalidad entre dos jóvenes y sus debilidades, exponiéndose a las tentaciones, que una vez más fueron superadas, aunque lo de la manzana…

La revisión de este más que curioso metraje, repleto de abundante y variado atrezzo, podría deparar sorpresas en la reubicación de un director politemático, y transparentemente atrevido en sus propuestas cinematográficas.
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