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Masacre (1934)

Masacre
70 min.
6,8
29
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Sinopsis
Joe Thunderhorse, un indio sioux que se convirtió en la estrella de un espectáculo del salvaje oeste, regresa a casa en la reserva después de años y descubre que su padre está muriendo y que funcionarios corruptos blancos abusan de su gente. (FILMAFFINITY)
Género
Drama Western
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Estados Unidos Estados Unidos
Título original:
Massacre
Duración
70 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
8
La naturaleza los acoge como a muy pocos ciudadanos, sin embargo…
Muchos piensan que fue a partir de la década de 1950, cuando el llamado, Cine Western, comenzó a reivindicar a las culturas indígenas con títulos como, “Devil’s Doorway” (Anthony Mann, 1950), “Broken Arrow” (Delmer Daves, 1950), “Apache” (Robert Aldrich,1954) y otras tantas, pero, la verdad es que, aunque un gran número de películas, de antes y después, solían asumir a los “indios” como los agresores y los que salvajemente, y por pura maldad, ponían en peligro a los viajeros que cruzaban por sus territorios, también ha habido siempre directores que, con mayor experiencia vivencial, una vasta cultura y una visión política liberal, se han propuesto hacer filmes consecuentes y clarificadores.

Prueba de esto es la película, <<MASACRE>>, un filme contestatario que con el título rememoraba un viejo corto de 30 minutos que hiciera, David W. Griffith (The Massacre, 1912), en el cual mostraba una sorpresiva masacre cometida por los exploradores del ejército en un caserío indígena al que toman por sorpresa… pero luego, Griffith dejará ver de qué lado está, mostrando a los “indios” cometiendo su venganza y ejecutando otra brutal masacre que, cual Little Big Horn, terminará “glorificada” por los sobrevivientes del ejército.

Lo que se propone, el director Alan Crosland (recordado realizador de las innovadoras “Don Juan” y “The Jazz Singer”), es un particular western ambientado en tiempo actual (años 30, siglo XX), donde señalará los malos tratos que continúan recibiendo las comunidades indígenas que ahora viven en las reservas.

El protagonista, es un indio Sioux llamado, Joseph Thunder horse, el cual tuvo espacio para formarse intelectualmente y habiendo salido de su comunidad desde muy chico, ahora es miembro de un espectáculo de acrobacias con el que recorre el país… hasta que es informado de que su padre, Black Pony, se encuentra gravemente enfermo. Joe decide entonces ir a visitarlo… y será cuando se entere de las difíciles condiciones en que viven su padre y sus hermanos.

Rodada principalmente en la Reserva de Spotted Eagle (Águila Manchada), la película toma partido por una visión objetiva de la realidad y dará cuenta de que, aunque la naturaleza acoge a las comunidades indígenas como a muy pocos ciudadanos, sin embargo el Estado no los considera como ciudadanos; mostrará cómo los médicos formados para salvar vidas, osan escoger cuales vidas merecen ser salvadas… y también podremos ver cómo la ley sirve a unos pocos, aunque la constitución habla de la igualdad de derechos.

Thunder Horse, lo dice con clara sabiduría: “Los indios no tienen derechos constitucionales. No pueden contratar un abogado sin el consentimiento de un agente del Estado y solo tienen derecho a vivir en tierras baldías. Tienen derecho a la oración, pero, si recuerdan que tienen una religión propia ¡les dan una paliza! Tienen derecho a amar, pero un hombre blanco tiene derecho a violar a una chica india y permanecer impune”.

Richard Barthelmess, actor que tuviera su gran momento en tiempos del cine mudo y en títulos como “Broken Blossoms”, “Way Down East”, “Tol’able David” y otras, tiene aquí el que probablemente fuera su último rol importante, luego de haberse venido a menos tras pelear con la Warner Bros. en defensa de los salarios de los actores. Junto a él, la bella y notable actriz, Ann Dvorak, logra otro interesante carácter como Lydia, la chica sioux que también ha conseguido entrar a “la civilización”, donde procurará defender los derechos de la gente de su raza; y Dudley Digges, es Elihu P. Quissenbery, el tipo racista que ejercerá una ley parcializada dispuesta a salirse con la suya contra toda la verdad.

Si omitimos ciertas fallas en el maquillaje, por sus muchos aciertos, <<MASACRE>> es una película muy digna de recordar. Podría ser la primera gran producción 100% consecuente con la causa indígena.
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3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Los genocidios se dan de muchas maneras
Vaya descubrimiento me acaban de presentar con esta cinta norteamericana, de 1934, que no se corta un pelo en denunciar las infames condiciones de vida a las que estaban sometidos los indígenas, en las nauseabundas reservas que el " generoso" gobierno había dispuesto para ellos y el ominoso abandono al que sumieron a una parte de su población, los cuales, como si de bolsas de basura se tratasen, fueron convenientemente apilados en alejados vertederos, donde su hedor no pudiera molestar a la respetable civilización mientras, al mismo tiempo, los escasos recursos de que disponían eran vorazmente esquilmados por las corruptelas de los agentes carceleros encargados de su custodia.

Indudablemente, esta cinta pertenece todavía a la categoría precódigo, ya que no cabe duda de que se libró por los pelos de la censura que, ese mismo año, entraría en vigor, pero, aun así, no esperaba yo que alguien estuviera dispuesto a invertir dinero en producir una película que, por narices, tenía que irritar profundamente las conciencias de su bienpensante y orgullosa población tan llena de amor hacia sí misma y tan convencida de su supremacía moral y racial que enarbolaba ante el mundo entero los estandartes de su famosa Carta Magna y la estatua de la Libertad.
Así que, muy, muy adelantada a su época, la acción transcurre en la fecha de su realización, los años 30 del siglo XX.
Barthelmess es un indio que ha tenido la suerte de haber sido escolarizado y que ahora puede ganarse la vida pues ya está " integrado" en el mundo blanco. Su trabajo consiste en hacer cabriolas encima de su caballo convenientemente adornado con sus plumas, para deleite de un público extasiado y alguna que otra jovencita atrevida que se atreve a suspirar por obtener de él algo más que un autógrafo.
Le comunicarán que su padre se encuentra moribundo, por lo que obtendrá un par de semanas de permiso para visitarlo en la reserva donde vive.
Cuando llegue allí se topará con una realidad insospechada. Sus compatriotas viven en la miseria, sin asistencia médica, sin servicios adecuados y con sus patrimonios diezmados, aplastados bajo el yugo de los agentes federales corruptos encargados de su " custodia" que se reparten alegremente las comisiones de los fondos que el gobierno les ha designado.

En realidad, nada nuevo bajo el sol. El gobierno designa un presupuesto para una causa y podemos darnos con un canto en los dientes si el diez por ciento consigue llegar a su destino. Ahora eso sí. El gobierno proclamará a los cuatros vientos con voz sonora el generoso y astronómico presupuesto que afirma conceder y que, en realidad, nadie de abajo llega a percibir.
Pero es que, además, es insultante el omnímodo poder de que disponían estos tiranozuelos con respecto a sus custodios que se veían privados de los más elementales derechos y que obligarán a Barthelmess a tomar la justicia por su mano.

No voy a decir que esta cinta destaque precisamente por sus virtudes fílmicas o artísticas, aunque tiene algunas escenas buenas, su ritmo es muy precipitado para lo que a mí me gustaría en una película de denuncia como ésta. Y tampoco es que las actuaciones sean lo más relevante precisamente.
Pero su valor social, su valentía dada la fecha en la que fue rodada y su notable guion que, en realidad, no desperdicia ningún fotograma, unido a sus muchos diálogos que no tienen precio, incluso los más anodinos si la escuchan bien, me hacen lamentar que esta película no sea más conocida, dado su carácter reivindicativo.
Notable, sí señor.
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1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
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