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Red Hill (2010)

Red Hill
110 min.
5,8
393
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Trailer (INGLÉS)
Sinopsis
Cuando un joven oficial de policía, el alguacil Shane Cooper, se traslada a la pequeña ciudad de Red Hill con su esposa embarazada, lo hace con la esperanza de comenzar una nueva familia. Pero cuando la noticia de un periodo de prisión en la ciudad envía a los oficiales de policía locales en un pánico, el primer día de Shane en servicio rápidamente va de mal en peor. Jimmy Conway, un asesino condenado a perpetuidad en la cárcel, regresa a la estación aislada en busca de venganza. Ahora, atrapado en medio de lo que se convierte rápidamente en un baño de sangre horripilante, Shane se verá obligado a tomar la ley en sus propias manos si es que quiere sobrevivir. (FILMAFFINITY)
Género
Western Thriller Acción
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Australia Australia
Título original:
Red Hill
Duración
110 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Links
8
Infierno en Red Hill
Fabuloso western actual dirigido, escrito, producido y editado por Patrick Hughes, quien firma de esta manera su primera película después del éxito conseguido con el cortometraje “Sings (Señales)”, estrenado en el año 2008. La esencia más pura del western, con su tensa intriga cargada de personajes misteriosos, tiroteos, situaciones copadas por miradas dignas de partida de póker y valores tan clásicos como el honor y el valor, se ha sabido encajar a la perfección dentro de la vida urbana y policial de una pequeña ciudad australiana. La condición del filme como ópera prima se deja ver en errores tales como artificios incluidos en el argumento con el fin de exagerar la historia, algunas secuencias con un resultado que se intuye, pequeños descuidos o leves incongruencias entre escenas, y un guión carente de contundencia y amigo de lo convencional. Son datos que fácilmente pueden omitirse al centrarnos en el notable desarrollo de la trama y lo sobresaliente de los apartados musical y fotográfico. La presentación inicial, tanto del pueblo como de sus personajes, es brillante. Contiene todo un recital de escenas poderosas, que radian calidad por los cuatro costados.

Con un fuerte aroma a “Infierno de cobardes” (1972), la trama se centra en una pequeña localidad australiana llamada Red Hill. Sobre ella aterriza el personaje principal, Shane Cooper (Ryan Kwanten), un agente de policía recién trasladado de la ciudad a ese pueblo con su mujer, Alice (Claire van der Boom), quien luce un avanzado estado de gestación. Cooper se enfrenta a su primer día de trabajo en su nuevo destino (en una comisaría local que guarda todas las similitudes con cualquier 'oficina del Sheriff' de Estados Unidos), teniendo todo en contra: ha perdido su arma reglamentaria y el ambiente laboral, marcado por la terquedad de algunos compañeros y la dureza del jefe, no hace más que presentar obstáculos para el protagonista. Teniendo que cabalgar cual vaquero a los lomos de un caballo por falta de vehículos patrulla, Cooper adelanta desde las primeras escenas el rumbo que va a llevar la cinta durante el resto de su metraje, con ese sello tan característico del western adaptado a los tiempos actuales. Ahora los agentes de la ley hablan de sanciones disciplinarias, y aunque siguen calzándose como antaño unas buenas botas, llevan walkie-talkie y disponen de centralita. Ya no se escupe al suelo tabaco de mascar o se dice aquello de “esta ciudad no es lo bastante grande para los dos”. Pero el resto, sigue igual: el jefe de policía, el “viejo Bill”, actúa como los sheriff de antaño. Nada se le escapa ante sus ojos y controla minuciosamente las visitas que llegan al pueblo. El estallido de western definitivo se produce cuando la televisión anuncia la fuga de prisión de Jimmy Conway (Tommy Lewis), un peligroso criminal estrechamente ligado a Red Hill, que estaba cumpliendo cadena perpetua.

(Sigue en el SPOILER sin desvelar detalles del argumento, por falta de espacio)
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15 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Apuntando a slasher con toques de western, acaba revelándose como un western en toda regla.
Rose Hill, un pequeño pueblo situado en medio de alguna parte de la inmensidad australiana, en el que vemos en su primer día de trabajo como agente policía a Shane Cooper (Ryan Kwanten, el Jason Stackhouse de "True Blood"), un joven agente que ha pedido el traslado a un sitio tranquilo para facilitar a su esposa embarazada el alumbramiento de su primer hijo, todo luce tranquilo mientras va conociendo a compañeros, a su jefe Old Bill (Steve Bisley), y la orografía del lugar, tranquilidad que se convierte en agitación y hombres del pueblo armados hasta los dientes, cuando se conoce la fuga de un antiguo miembro de la comunidad condenado por un crimen años atrás, que se ha escapado de una cárcel situada a 6 horas de camino.

Shane asiste pelín perplejo al fuerte operativo que policías y paisanos en comandita montan para enfrentarse a ese fugitivo del que no les cabe ninguna duda que se dirige a Rose Hill a desatar un infierno de venganza (hasta aquí solo sabemos algo de un enfrentamiento armado con Old Bill), toma posición en el sitio al que le han mandado, y comienza la función.

Primer largometraje dirigido por el australiano Patrick Hughes (también coproductor, guionista, y editor del mismo), con Greg Mclean, el muy interesante responsable de la puesta en marcha de algunas de las buenas y entretenidas producciones australianas vistas en los últimos años ("Wolf Creek 2005" y "El territorio de la bestia 2007") en tareas de producción, y una nomina de dignos actores de carácter dando vida a la, prácticamente en su totalidad masculina, galería de personajes unidos en ese enfrentamiento con el desfigurado y peligroso vengador de ascendencia aborigen (Tommy Lewis), estamos ante una entretenida función, que apuntando a slasher con toques de western, acaba revelándose como un western en toda regla, en el que desde esos nombres de los protagonistas homenajeando a míticas referencias del mismo (el justiciero Shane como el Alan Ladd de "Raíces Profundas 1953" y Old Bill recordando al también sheriff Little Bill de Gene Hackman en "Sin Perdón 1992"), un desarrollo de la trama que no tarda en situarse en lo más reconocible y canónico del genero, hasta un desenlace que ya no deja ningún lugar a dudas del respeto mostrado por su director por las claves del buen western, va ganándose poco a poco la atención y respeto del espectador, el cual una vez acabado su visionado, y habiéndola situado como la modesta opera prima de un tipo a todas luces voluntarioso y en absoluto pretencioso (ni inventa la pólvora ni lo pretende) da por buena la hora y media empleada en una película que te ha recordado algún que otro western mítico.
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4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
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