The Jade Mask (1945)

Como se clasifica en la ficha, esta película de Charlie Chan tiene los contenidos típicos de un filme detectivesco de intriga pero también tiene una buena dosis de ciencia-ficción, que resulta ciertamente extraño, a la vista de los filmes anteriores. Una fórmula de un gas misterioso, un laboratorio donde siempre salen chorros de gas, trampas mortales, resortes ocultos, extraños aparatos "modernos" a lo Julio Verne, asesinatos demasiado creativos y un toque final, en látex, que no hay quien se lo crea y que acerca este filme más a uno de euroespias que al típico filme de detectives. La mezcla no parece muy acertada, ya que el guión tampoco está muy allá, con personajes como el policía, del cual no se investigan los vínculos con una de las habitantes de la casa, por ejemplo. Unos cabos sueltos nada habituales en los anteriores filmes, que solían encajar como un reloj suizo.

En esta ocasión Chan se hace acompañar de su cuarto hijo, aún más torpe que el tercero, y del chófer negro Brown, para que ponga esas caras de susto -un microrracismo de la época - llegando hasta la parodia final, en la que corre más que el coche del alguacil como si fuese un corto de los Looney Tunes, escena completamente absurda, grotesca y fuera de lugar.

Se puede seguir, como todos los de Chan, aunque la franquicia empezaba a mostrar inequívocas señales de agotamiento.

Y curioso título, ya que no aparece máscara de jade alguna, sino un molde de yeso.