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Pickpocket (1959)

Pickpocket
75 min.
7,6
8.318
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Trailer (FRANCÉS con subtítulos en INGLÉS)
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Sinopsis
Michel es un carterista que no roba por necesidad como tampoco lo hace por vicio; no es cleptómano, roba para darse a sí mismo un valor, porque el robo es el medio de expresar sus sentimientos. (FILMAFFINITY)
Género
Drama Romance Robos & Atracos
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Francia Francia
Título original:
Pickpocket
Duración
75 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Links
Premios
1960: Festival de Berlín: Sección oficial de largometrajes
"Junto a 'Un condenado a muerte se ha escapado', dos de las cosas más hermosas que le han ocurrido al cine europeo."
[Diario El Mundo]
Título en Latinoamérica: "El carterista".
[FilmAffinity]
9
8
Positiva
1
Neutra
0
Negativa
7
"Haz visible aquello que sin ti jamás hubiera sido posible ver".
Las secuencias de los robos y los entrenamientos parecen un documental sobre los carteristas, rodadas con precisión y sin énfasis en los casi inexistentes movimientos de cámara. El estilo Bresson se desarrolla así: buscando la esencia, la transcendencia y la pureza tanto en la acción a mostrar como en el mensaje que se quiere hacer llegar (términos, todos estos, abstractos, poco precisos, casi molestos; pero que deben ir ineludiblemente unidos a cualquier acercamiento a la obra de Bresson).

La forma de llegar al espectador es fría y calculada, es una cinta que ha de vivirse de forma intensamente emocional. No tiene otro sentido, ya que narrativa o interpretativamente el afán del cineasta francés es el de reducir al máximo, sin reproducir "realidades" narrativas o suspender la incredulidad.

El uso de la elipsis encaja particularmente bien con la economía de este estilo, eliminando lo accesorio e, incluso, lo no tan accesorio. Bresson trató de alejarse de lo teatral empleando un montaje injerente, usando el fuera de campo, etc. Es decir, usando recursos puramente cinematográficos y rechazando de un cine clásico más explicativo y redundante. Con ello busca “completar” la realidad sin desvirtuarla, reducirla al autor, controlarla: mostrar lo eterno (como decía el propio Bresson) y transcender aquello que se muestra.

Más allá de su inspiración dostoyevskiana (esa “justificación” del crimen, la negación de la mediocridad...), la trama está reducida al mínimo, sin detalles en la investigación policial o en la descripción de personajes. Los personajes están, no actúan (actores no profesionales), fluyen en torno a miradas esquivas y gestos fatigados perfilando el archiconocido "modelo" actoral bressoniano (recurso que compartió con Dreyer, por ejemplo). Modelo que desasosegará a buena parte de los aficionados al cine, pero que constituye el gran hallazgo de su estilo.

El diálogo, según Bresson, podría privar a sus imágenes de autenticidad al despojarlas de “neutralidad”, y no lograr alcanzar la esencia que buscaba y que iba mucho más allá de una mera interpretación creíble o con la que el espectador pudiera conectar; el espectador debía tener una “revelación” más que una conexión. Por ello los actores debían ser “modelos” y no intérpretes, y el director ha de tratar de aprehender lo que esos modelos esconden y no trabajar un personaje (que es lo que normalmente se hace) inventándolo.

Pickpockett es uno de los films más accesibles de Bresson (y por ello seguramente uno de los más famosos, inevitable tarde o temprano en cualquier filmoteca que se precie). Una buena cinta para iniciarse en el particular estilo, o voz, de este cineasta. Como digo, uno de los estilos más personales de la historia del cine. Para el que se quiera interesar en ese tipo de cosas, que ya supongo que no será todo el mundo...
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149 de 164 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
EL LARGO Y TORTUOSO CAMINO
La película comienza con un aviso del director:
"Este no es un film policíaco. El autor quiere exprimir, a través de imágenes y sonidos, la pesadilla de un joven empujado por su debilidad a la aventura del hurto, para la cual no estaba hecho. Sólo esta aventura, atravesando caminos desconocidos, reunirá dos almas que, sin ella, probablemente nunca se habrían conocido".
Por la relación del protagonista con el delito, el argumento se emparenta con el de "Crimen y castigo", de Dostoievski: Michel, un joven intelectual nihilista, vive entre libros en una mugrienta buhardilla parisina, y no tiene intención de buscar empleo. Piensa que en toda sociedad hay individuos excepcionales, superiores, que no tienen por qué obedecer las normas generales. Incluso se lo discute a un comisario con quien suele coincidir en el bar.
Para comprobar si está por encima de la ley, se inicia en el carterismo, aplicándose a fondo, dispuesto a aprender, a perfeccionarse como un prestidigitador.
Al mismo tiempo, intenta mantener trato de apariencia normal con un amigo honrado, con la joven Jeanne (Marika Green, de belleza angélica) y con el policía.
Michel juega con fuego, apura la comprobación de su inmunidad, su presunta bula de individuo superior.

Con sobriedad imponente, "Pickpocket" trata del libre albedrío: la responsabilidad moral sobre los actos individuales, ante la sociedad y ante la propia conciencia.
El credo jansenista de su director influye en una óptica cinematográfica orientada a lo preciso y exacto antes que a lo bello. Nada de efusiones ni lirismos. Tampoco psicología ni símbolos. Ni teatralidad: para atajar cualquier sofisticación, Bresson trabajaba con actores no profesionales; amigos suyos o gente escogida por la calle.
Un montaje implacablemente dirigido a la máxima simplificación encaja con rigor cada pieza en su sitio, al milímetro. Algunas secuencias funcionan como un ballet, cronometrando cada movimiento, hasta los de manos y dedos, como ocurre en las descripciones-reportaje de las operaciones coordinadas de los carteristas.
La escenificación, austera hasta el límite, vuelve casi abstracto el relato, que en verdad no puede resultar más ajeno a lo policíaco o lo realista, aunque no por ello deja de ir ganando tensión en su desarrollo.
En el mundo de Bresson los lacónicos personajes se mueven hieráticamente, como si más que caminar se deslizaran. A menudo, sin terminar sus breves conversaciones callan y echan a andar hacia el fondo, muy derechos. Durante esos silencios la película se carga de enigma.
Es un mundo de severa y desnuda poesía, derivada del enfoque trascendente del autor.

Una propuesta, pues, muy seria (a veces rígida por lo demasiado seria), sin concesiones. Pero si el espectador se mantiene atento a la 'aventura' narrada, puede vivir una intensa y profunda experiencia, de un orden más espiritual que estético.
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118 de 124 usuarios han encontrado esta crítica útil
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