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La guerra ha terminado (1966)

La guerra ha terminado
117 min.
6,8
996
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Sinopsis
Durante la dictadura franquista, un destacado miembro del Partido Comunista de España afincado en París, viaja a menudo de forma clandestina a España para organizar las actividades de la resistencia contra la dictadura. Sin embargo, la inutilidad del esfuerzo y su progresiva decepción respecto a la ideología del Partido lo desalientan y va cayendo en el escepticismo. (FILMAFFINITY)
Género
Drama Política Posguerra española
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Francia Francia
Título original:
La guerre est finie
Duración
117 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Links
Premios
1967: Nominada al Oscar: Mejor guión original
1967: Círculo de Críticos de Nueva York: Mejor película extranjera. 2 nominaciones
7
PARÍS, 1965: ESPAÑA EN EL CORAZÓN
Esta vez, Resnais centra su relato en un protagonista masculino. Oímos a rachas su monólogo interior en 2ª persona, interpelándose. El guión, escrito por Jorge Semprún a partir de material autobiográfico, lo caracteriza como un revolucionario profesional que se mueve clandestinamente entre Madrid y París, usando documentos falsos y varias identidades. Se sobresalta si alguien le llama por su propio nombre, Diego Mora (Yves Montand).

En el control fronterizo de Behobia, para mantener la personalidad ficticia debe hablar por teléfono, en presencia de los policías, con una desconocida joven parisina, simulando que son padre e hija. A partir de entonces siente viva curiosidad por esa joven sin rostro. Al llegar a Paris, ante cada joven que vea por la calle se preguntará si es ella.
Con sus 40 años, entra en una crisis política y personal. Tiene una amante asidua, Marianne (Ingrid Thulin), que quiere asentarse, tener un hijo, vivir juntos, pero él siente la atracción de la aventura amorosa. A la vez, su disciplina militante se resquebraja, y duda seriamente que la Huelga General planificada por el comité central vaya a triunfar.
Sus frecuentes estancias en España le enseñan que la sociedad está evolucionando y, con el despegue económico de los 60, generando una masiva clase media que, cada vez más ajena a la guerra, empieza a pensar en progreso y futuro e ignora ese pasado de confrontación al que remite la Resistencia. La izquierda europea enarbola la bandera sentimental de la Guerra Española mientras, en realidad, la Dictadura se consolida.
La incertidumbre exacerba el melancólico autoanálisis de Diego, la voz íntima con que se interpela y se plantea el regreso.
Son décadas de vivir camuflado, en perpetua tensión, con minuciosas medidas de seguridad, rituales casi neuróticos para borrar huellas, despistar a sabuesos, prevenir las redadas, transmitir consignas y documentos, imprimir y transportar propaganda.
La encrucijada vital se condensa en tres intensos días parisinos, tras el cruce de la frontera.

El tratamiento narrativo es realista, síntesis entre documental tipo “Nuit et Brouillard”, y lirismo especulativo de “Marienbad” o “Hiroshima”. Las localizaciones son precisas; los detalles, exactos, y dramáticas las interpretaciones (y sobrias e intensas), todo ello subordinado a una tesis sobre la situación política española: la vanguardia revolucionaria no puede guiar a distancia a masas embarcadas en el inesperado desarrollo económico.
Resnais especula menos con las formas del Tiempo, aunque mantienen su fuerza recurrente: en el montaje juega con flashes anticipadores de expectativas, casi todas proyectadas hacia la chica del teléfono, una estudiante radical. Sin desequilibrar el tono realista dominante, aportan poesía.
Aunque enamorarse no está en la agenda de un revolucionario profesional, la acción se demora entre sábanas y susurros, tras el amor de lento orgasmo, las sombras bailando en la penumbra del techo.
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40 de 41 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Cuando el sentido del deber es más fuerte que la angustia
Cuarto largometraje de Alan Resnais. Escrito por Jorge Semprún, se basa en experiencias autobiográficas. Se rueda en exteriores y escenarios reales de Paris. Es nominado a un Oscar (guión). Producido por Anatole Dauman, Gisèle Rebillon y Catherine Winter, se estrena el 11-V-1966 (Francia).

La acción dramática tiene lugar en la frontera francoespañola, junto a Hendaya, y en Paris, a lo largo de 3 días de finales de abril de 1965. Diego Mora, alias René Sollanges (Montand), es un activista político español, de mediana edad, soltero, que vive exiliado en Paris. Tras cumplir una misión en España, regresa a París, donde se relaciona con la joven Nadine (Bujold) y convive con la divorciada Marianne (Thulin).

El film realiza una exploración sincera y honesta del estado de ánimo, las dudas, las inseguridades y los sentimientos de decepción y fatiga que embargan el ánimo de Diego, tras 25 años de esfuerzos, estrecheces y sacrificios sin cuento. Los resultados conseguidos le parecen insuficientes, irrelevantes e intrascendentes. Ha sacrificado la vida personal y profesional, percibe una asignación mensual insignificante (80.000 francos), ha renunciado al matrimonio y a la paternidad, incompatibles a su juicio con los riesgos que asume en sus misiones. Considera que las estrategias y tácticas del activismo político no se pueden dictar desde fuera de España en base a visiones retóricas y alejadas de la realidad del país. Sus planteamientos pragmáticos, sensatos y lúcidos chocan con los de sus superiores, empeñados en confundir los deseos con la realidad. Los errores se pagan a un altísimo precio: elevadas penas de privación de libertad de compañeros, amigos, colaboradores, familiares... Le irritan las propuestas violentas de un grupo de jóvenes exaltados e insensatos.

Hundido en su soledad, Diego es presa del miedo, la desesperación y la angustia. Necesita un tiempo de receso para recapitular, reflexionar y decidir. Antes deberá optar por Nadine, que alimenta su pasión y su afición al riesgo, o por Marianne, que le ofrece afecto, comprensión y equilibrio. Ha de tomar decisiones pronto. No podrá. Una misión inesperada le reclama... Y él es disciplinado, fiel, leal. Su sentido del deber es más fuerte que la angustia que le atenaza.

La música, de Giovanni Fusco, colaborador habitual de Antonioni, aporta una partitura de 13 cortes, de melodías intimistas, melancólicas y tristes, que se desgranan, alternativamente, a la manera barroca, clásica y contemporánea. Añade la emocionante canción coral "Seeing You Like This". La fotografía, de Sacha Vierney ("Belle de Jour", Buñuel, 1967), en B/N, busca el realismo y el verismo, evita artificios, usa sólo luz natural y se mueve siempre en escenarios reales. Combina flashbacks y flashforwards. Construye una escena onírica. Las interpretaciones de los tres protagonistas son notables. El relato es relativamente monótono. La tensión dramática es elevada.
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32 de 37 usuarios han encontrado esta crítica útil
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