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Juan y Manuela (Serie de TV) (1974)

Sinopsis
Serie escrita por Ana Diosdado y protagonizada por ella misma y Jaime Blanch, narra la historia de Manuela, una chica que abandona el altar poco antes de contraer matrimonio y en su huida se topa con el joven Juan, desde ese momento sus vidas se entrecruzan constantemente. La serie se emitió entre los meses de abril y julio de 1974. (FILMAFFINITY)
Género
Serie de TV Drama
Dirección
Reparto
Año / País:
/ España España
Título original:
Juan y Manuela
Duración
50 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
8
Esto es Juan y Manuela
Llegué a esta serie casi por azar. La he visto casi de un tirón. No sé si merece un siete, un ocho o un nueve, pero a mí me ha mantenido interesado por ella durante todo el maratón que he hecho.

Dicen que es la primera serie que hizo Ana Diosdado, que es su obra menos conocida y que supuso un punto de fractura entre lo que venía haciendo Televisión Española hasta la época (Estudio 1 y Novela). Yo no había visto nada de Ana hasta ese momento, pero ahora tengo mucho interés.

La serie es una comedia romántica como nos tienen acostumbrados los americanos, de personajes que juegan a acercarse y alejarse, con una trama muy bien diseñada, que siempre nos deja con ese punto de interés de seguir queriendo saber qué pasa después. De hecho, desde mi desconocimiento sobre el tema, me parece realmente moderna y efectiva, tanto por el argumento como por la forma en la que se lleva a cabo. Relativo a dicha trama, se utiliza un recurso —que seguro que tiene nombre, pero desconozco— que es comenzar una secuencia con una idea o palabra recuperada de la secuencia inmediatamente anterior. Se establecen así paralelismos muy ricos entre situaciones similares con distintos grupos de personajes. Es algo que ya he visto en otras obras muchas veces, pero creo que nunca había visto de forma tan recurrente como aquí. Creo que se usa en exceso, pero me parece curioso.

Hay otra cosa que no me gustó demasiado, y es la banda sonora. «Killing Me Softly» se utiliza, creo, al menos, en tres ocasiones. A mí me agota un poco. Pero lo que más me agota es el hilillo musical de ascensor que son una o dos melodías, siempre las mismas, y que se utiliza para crear ambiente. Podrían haberse grabado otras composiciones o usarse un poco menos. Pero estamos en 1974, televisión pública, España... Bueno.

Lo que más me ha gustado de la serie es el trabajo interpretativo. Todos están notables. No sé si Diosdado habla con esa cadencia tan monótona y chulapa en todas sus obras. Pero, si solo lo hace así aquí, me parece perfecto, porque interpreta su papel (que ella misma escribió) de una forma muy natural y fluida. Fernando Delgado haciendo de padre rico energúmeno me recordó al papel de padre energúmeno fascista que hacía en La prima Angélica y creo que está perfecto también. Amelia de la Torre, igualita de estirada y repelente que en Plácido, o sea, perfecta. Jaime Blanch me recuerda un poco en sus tics a los de José Sacristán en esa época, y creo que también está muy bien. A Carmen Maura tardé en reconocerla —por su juventud— y por culpa de esa moda de la época de cejas ultradepiladas y señores con camisas con cuellos como alas de aviones comerciales.

El guion me ha encantado. La forma tan eficaz en la que se retrata el mundo de dos familias con distinto nivel social, la profundidad de los personajes, los pequeños detalles, pequeñas cosas que quedan ligeramente deshilvanadas de la historia... Quizá sea por interés personal de la autora o porque previeran explotarla en otra temporada. La acción transcurre a lo largo de varios años y con ciertas elipsis y relaciones entre personajes que invitan al espectador a estar un pelín atento para no perderse en las subtramas. Lo que vengo a decir es que es una serie de consumo para el gran público, pero está hecha con inteligencia.

Por último, jugando con ese contraste de mundos entre familia rica / familia pobre, me ha recordado sutilmente a las motivaciones de los personajes propios del «Free Cinema» o los «Angry Young Men». Hay un personaje que refleja la figura del trepa, del cínico que se adapta a la «high society» porque valora el dinero y es ambicioso. Por otro lado, hay otro personaje que es el vivo retrato del joven furioso que odia a los ricos y, aunque se establece con ellos, en cualquier momento puede detonar y dar carpetazo con esa vida. Este último, quizá mi favorito, es el más ricamente explorado. También, el hermano de Juan, un niño muy chulesco y aplicado en los estudios, tiene un momento estelar cuando hace novillos con otros dos amigos y tienen una pequeña conversación sobre ser bueno, lo que se espera de nosotros como ciudadanos, sobre la rebelión..., etc**.

Por último, antes de destripar alguna cosa más en el spoiler diré algo que jamás pensé que diría: el sermón del cura, amigo de Jaime y Juan, me pareció muy bien hecho. Por un lado, muy bien escrito por Diosdado; por el otro, muy bien interpretado por el actor, que realmente absorbe la cadencia y el temple propio de un curilla joven que da lecciones de vida desde el altar. Un prior que sale en la serie se lo dice en un momento anterior. Le dice que él no soporta los sermones, pero que lo envidia por la cara que se le quedan a sus feligreses cuando escuchan a este curilla. Era una especie de prolepsis del sermón tan acertado y bien declamado que nos proporcionaría después.
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