Vampiros (Dark Shadows) (Serie de TV) (1991)

Los 12 capítulos son interesantes, es una muy buena recreación del terror gótico trasladado a la actualidad (1991), mansión del siglo XVIII iluminada por velas, noches de tormenta con relámpagos, criptas y todo lo que nos hace recordar a las producciones de la Hammer.
El reparto es destacable (Jean Simmons, Barbara Steele) y la química entre la pareja protagonista (Ben Cross y Joanna Going,) funciona a la perfección.
Una lástima que la serie fuera suspendida y la historia fuera cortada de forma abrupta.

Es un pequeño clásico de culto de la ficción televisiva de los 90. En esta serie con un estilo muy de telefilm, tenemos elementos de misterio e intrigas familiares en una gran casa, pero por supuesto también hay por ahí temas sobrenaturales, aunque no den ningún miedo.
La protagonista, Victoria (a la que encarna la actriz que saldría años después en “Phantoms”), llega a la casa a trabajar como institutriz de un niño muy repelente que, sorprendentemente, es un pequeño Joseph Gordon-Levitt.
La primera impresión es que esto va a ser un tostón malo y aburrido con mucho diálogo en plan “Falcon Crest”, pero para nada es así. Poco a poco, la serie va enganchando cada vez más, con un estilo y personajes que me recuerdan un poco a cierta etapa de la obra de Stephen King.
Los actores no son nada del otro mundo, pero la historia está muy bien. El personaje más llamativo es el siniestro Barnabas (Ben Cross), con su apariencia de buen tipo pero que tiene secretos que ocultar. Tiene muchas facetas y es el personaje más interesante, ni bueno ni malo del todo.
Aunque lo intentan, no da absolutamente ningún miedo para cualquier espectador ducho en el género. Aparte de que sus efectos especiales y puesta en escena han quedado muy desfasados, utilizan recursos que ya no funcionan hoy en día, como los truenos y las criptas mal decoradas con falsas telarañas y muchos candelabros. Es un diseño de producción que bebe de clásicos de serie B como los de la Hammer con Christopher Lee. Sencillamente, en ese sentido es una miniserie que ha envejecido bastante mal. Pero como, insisto, la historia está bien, se le puede perdonar su nula efectividad a la hora de asustar.
En el tema de los vampiros, es bastante clásica, aunque no haya ni sangre ni sustos. Las referencias al “Drácula” de Bram Stoker son clarísimas, aunque obviamente no le llega a la suela de los talones.
Pero en sus pocos episodios, tenemos un poco de todo, con el sabor de ciertas viejas series de nuestra infancia. Es curiosa y entretenida, si la vemos con benevolencia y buenos ojos. Muy mala no debe ser en su esencia, cuando digo sin tapujos que me ha gustado habiéndola vuelto a ver en pleno 2021.
Es una pena que tenga un final tan abierto, que parece como si pretendieran continuar con otra temporada que nunca llegó.
En cuanto al remake de Tim Burton con Johnny Depp hecho en plan de humor, mejor ni hablo, que para eso ya la puse a parir en mi crítica. Fue un desastre total que no respetaba para nada a esta miniserie.