- Sinopsis
- Durante la Guerra de Secesión, un grupo de agitadores sudistas se dedican a enturbiar la paz de los soldados de la Unión con los Sioux, en Wyoming. Les ayuda un vendedor de caballos sin escrúpulos. (FILMAFFINITY)
- Género
- Western
- Dirección
- Reparto
- Año / País:
- 1953 / Estados Unidos
- Título original:
- The Great Sioux Uprising
- Duración
- 80 min.
- Guion
- Música
Entretenida, aunque Lloyd Bacon, buen realizador, aquí rueda con el piloto automático puesto
10 de junio de 2018
"- El hombre blanco tiene la lengua bífida"
Entretenido western menor, de serie B, con Jeff Chandler (con las sienes plateadas), estimable intérprete, de protagonista, y bonitos paisajes (Pendleton, Oregón, USA).
Más allá de esto no hay nada especialmente reseñable en esta cinta, aunque sí que es cierto que el ritmo es alto, con peleas a puñetazos, asesinatos a sangre fría donde brilla el acero de los fríos cuchillos y tiros, bastantes tiros.
Lo que sucede es que el argumento no da mucho de sí y Lloyd Bacon, el realizador, autor de algunos estimables productos, se limita a dirigir de forma algo rutinaria, con el piloto automático.
No hay ninguna escena personal y la impronta de su estilo no aparece por ninguna parte.
De todas formas se pasa el rato, no aburre y aunque se hace algo larga para lo que cuenta, sí que cumple con su función.
Regular nada más. Y olvidable también, no en vano hace muy poco comencé a verla pensando que no la había visto y luego me di cuenta de que sí. Y es por lo comentado antes, que la ves, pasas el rato distraído e inmediatamente fuera de la memoria.
Buenos característicos, eso sí.
https://filmsencajatonta.blogspot.com
Entretenido western menor, de serie B, con Jeff Chandler (con las sienes plateadas), estimable intérprete, de protagonista, y bonitos paisajes (Pendleton, Oregón, USA).
Más allá de esto no hay nada especialmente reseñable en esta cinta, aunque sí que es cierto que el ritmo es alto, con peleas a puñetazos, asesinatos a sangre fría donde brilla el acero de los fríos cuchillos y tiros, bastantes tiros.
Lo que sucede es que el argumento no da mucho de sí y Lloyd Bacon, el realizador, autor de algunos estimables productos, se limita a dirigir de forma algo rutinaria, con el piloto automático.
No hay ninguna escena personal y la impronta de su estilo no aparece por ninguna parte.
De todas formas se pasa el rato, no aburre y aunque se hace algo larga para lo que cuenta, sí que cumple con su función.
Regular nada más. Y olvidable también, no en vano hace muy poco comencé a verla pensando que no la había visto y luego me di cuenta de que sí. Y es por lo comentado antes, que la ves, pasas el rato distraído e inmediatamente fuera de la memoria.
Buenos característicos, eso sí.
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2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Equus
11 de mayo de 2023
El título ya es una jodida broma, esa redundancia esa joda, qué van a ser los sioux, yo me pregunto, tal vez panaderos, la carga de los panaderos sioux, además de que más que carga es farra, o tabarra.
Sigamos, destripando el cadáver, hermoso, deconstruyendo al hombre moderno que está hechos unos zorros, nos lo traen roto y no sabemos lo que hacemos, cirujano bueno, atroz oxímoron, y echa a correr, camino de perdición, en una película a la carrera loca llena de imposibles, disparates, idioteces, dislates, buenazos, malotes y toda la pesca, no le hacen ascos a nada, nos los quitan de las manos, tienen de todo un poco, todos los tópicos más uno.
Plúmbea y tontorrona hasta decir basta, superficial e inverosímil, un protagonista de aúpa, esos andares de vuelta de todo novillero, una novieta de entreguerras y un capitán ahab fordiano sin venir a cuento más unos dimes y diretes de coge sitio, haz tiempo, que luego hablamos y lo arreglamos que para eso estamos, para desfacer/desfallecer entuertos mientras fallecemos, directos al cielo.
Tiene el repertorio o catálogo completo de lo que se hacía en aquella época y en ese género, pero hecho o realizado de la forma más estándar y pueril, brusca y boba, simple y chusca, sin cuidar detalle ninguno, como si fuera una parodia.
Sigamos, destripando el cadáver, hermoso, deconstruyendo al hombre moderno que está hechos unos zorros, nos lo traen roto y no sabemos lo que hacemos, cirujano bueno, atroz oxímoron, y echa a correr, camino de perdición, en una película a la carrera loca llena de imposibles, disparates, idioteces, dislates, buenazos, malotes y toda la pesca, no le hacen ascos a nada, nos los quitan de las manos, tienen de todo un poco, todos los tópicos más uno.
Plúmbea y tontorrona hasta decir basta, superficial e inverosímil, un protagonista de aúpa, esos andares de vuelta de todo novillero, una novieta de entreguerras y un capitán ahab fordiano sin venir a cuento más unos dimes y diretes de coge sitio, haz tiempo, que luego hablamos y lo arreglamos que para eso estamos, para desfacer/desfallecer entuertos mientras fallecemos, directos al cielo.
Tiene el repertorio o catálogo completo de lo que se hacía en aquella época y en ese género, pero hecho o realizado de la forma más estándar y pueril, brusca y boba, simple y chusca, sin cuidar detalle ninguno, como si fuera una parodia.
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