Hala (2019)

‘Hala’ es el nombre de una adolescente (Geraldine Viswanathan), protagonista de la segunda película como directora de Minhal Baig. Si en su opera prima ‘1 Night’ pisaba los terrenos de la comedia ligera, su segundo trabajo adquiere un tono más reivindicativo al asomarse al cine social. La cinta se acaba de estrenar en Apple TV+, nuevo servicio de vídeo en streaming del gigante americano.

Hala vive en Chicago, aunque sus orígenes son paquistaníes. Buena estudiante, brillante, responsable, sus progenitores apenas si pueden disimular el orgullo de tener una hija con tales condiciones. El deseo, en este caso el sexual, va a actuar como elemento distorsionador del multiculturalismo, sentando las bases de su derrota, de su naufragio. Comunidades cerradas en sí mismas, enrocadas en la continuación de viejas tradiciones, se enfrentan en occidente al mismo problema: la ansias de libertad.

En pleno despertar sexual, esta joven va a vivir sus primeros escarceos amorosos con un compañero de clase, con el que comparte afición por el skateboard y la poesía. Cuando Hala descubra la doble moral que impera en su propio entorno, formulará a su padre una pregunta retórica hacia los sentimientos que la unen a su madre: ”¿La amas?”. ”El matrimonio es algo más que eso”, responde el padre. Que ante tan nimio interrogante, la contestación no se canalice a través de un monosílabo, abre paso al núcleo gordiano de la historia: el matrimonio concertado. Costumbre familiar al que Hala parece destinada.

En su último tercio la película se viene abajo. Baig no logra finiquitarla con hondura. Cierta transformación padecida por algunos personajes, casi una metamorfosis, me resulta forzada. La veo poco creíble. Sí que llega el desamparo, el hundimiento anímico de una joven enfrentada a tesituras crueles. Los diálogos, pese a cierta petulancia en la búsqueda del lirismo, poseen fuerza expresiva.

En una escena de ‘Parque Jurásico’ (Steven Spielberg), mientras el multimillonario John Hammond explica cómo ha realizado su sueño, el científico que interpreta Jeff Goldblum le espeta: ”la vida se abre camino”. Lo mismo podríamos decir de la libertad. Aunque cueste.

La escritora y directora Minhal Baig, hija de inmigrantes paquistaníes, escribe un guion basándose en sus propias experiencias que ya Conto en su cortometraje de 2016 titulado igual "Hala". Para interpretar a la protagonista eligió a la australiana de 17 años Geraldine Viswanathan (Hala Masood), una estadounidense pakistaní de primera generación que vive en Chicago.

Unos padres estrictos musulmanes harán que choquen las ideas de libertad de su hija y comenzara a brotar en ella una rebeldía al enamorarse de un chico de su instituto, y negarse en rotundo a casarse en un matrimonio concertado por los padres. 

A ella le apasiona escribir y leer poesía, y es buenísima haciendo crucigramas, con su padre se lleva muy bien en cambio a su madre no acaba de comprenderla. Algo que cambiara drásticamente en un buen giro que tiene la película. Pero Hala no es perfecta y comete errores, algunos muy gordos y no es porque este confundida  acerca de su fe musulmana, sino porque ella está confundida sobre muchas cosas como cualquier adolescente de hoy en día.

La directora nos presenta un retrato de una adolescente herida en silencio, muy inteligente y con mucha determinación, pero también con incertidumbre y confusión. Y a la vez sensible e implacable, una buena historia con el choque de culturas como fondo en una película muy bien llevada.
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