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Moana: Un mar de aventuras (2016)

Moana: Un mar de aventuras
113 min.
6,8
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Premios
2016: Premios Oscar: Nominada a mejor largometraje animado y canción
2016: Globos de Oro: Nominada a mejor filme de animación y canción original
2016: Premios BAFTA: Nominada a Mejor película de animación
2016: Premios Annie: Mejores efectos animados y doblaje
2016: Critics Choice Awards: Nominada a mejor película de animación y canción
8
Navegando lejos, más Lejos, más Allá
La eterna historia Disney.
Esa que cuenta el soñador esfuerzo de animadores voluntariosos creando mundos imposibles e historias memorables, que perduran de generación en generación, y la inmensa marea de espectadores que están hartos de ver "lo de siempre".
Sorpresa, no tienes que ir al cine a ver lo que no quieres. Querido espectador hastiado, sabemos que te gustan las historias blandas de contenido, los personajes monos y puros como la leche para adornar tu Tumblr con infinitos gifs, y el enésimo sabor de la semana que se conforma con escribir en letra pequeña en la historia de la animación; tan solo otra de dibujos para entretener a los críos.

Nada de eso vas a encontrar 'Vaiana'.
Esta historia es para los que todavía no han abandonado el sentido de maravilla. Los que disfrutan de un estudio que ha sabido reinventarse a paso firme, sin por ello tener que venderse demasiadas veces.
"Otra historia de princesas", sí, otra historia de princesas para los que no sepan ver que ni siquiera hay una princesa en ella (por mucho animalito que la acompañe, y muchos padres poderosos que tenga).
A los demás les espera una aventura de las que no se olvidan, forjada en un cariño notorio, ambientada en un paisaje de ensueño. No sólo eso, sino que además en 'Vaiana' hay alma, esfuerzo, valentía y la imprescindible pizca de autoparodia: ningún personaje pasará por la pantalla sin que lo recuerdes, ningún momento tiene por objetivo entretenerte sin más.

Es la clase de fantástico relato que da pie a una no menos fantástica heroína Disney: Vaiana puede enorgullecerse de ser la primera que, lejos de guiarse bajo la sombra de figuras paternas, decide hasta dónde la va a llevar su destino, y decide que será más allá.
Ella es la primera cuando de coger un barco para navegar se trata, pero también la que siempre está ahí para ayudar a su gente, y se prepara pacientemente para convertirse en su guía: aquí no existe la figura autoritaria que demanda que te quedes porque debes obedecer a tu padre, si no el papá que pacientemente te explica por qué deberías querer donde estás.
Vaiana aprende temprano que la línea entre obligaciones y tradiciones no es tan gruesa como parece, porque entre ambas cabe disfrutar del lugar al que perteneces. Pero tampoco puede dejar de ver a su abuela bailar en la orilla, y desear estar con ella lejos de las multitudes, en ese espacio tan íntimo que parece sagrado.

Tendrá que ser su abuela la que le diga "si lo sientes, así ha de ser", sin necesidad de ser una maestra pesada o insistente, sin que Vaiana llegue a entender hasta mucho después lo que realmente quiere decir (no conviene olvidar que sigue siendo una adolescente, en formas, gestos y mentalidad).
Y es que lo que ella siente es la necesidad de aventurarse más allá de los límites del coral para devolver el corazón de Te Fiti, una gema perteneciente a la diosa que antes daba vida a todas las islas, extinta cuando se despertó la furia volcánica del demonio Te Ka. Esa misión, encomendada por el mismo océano, choca frontalmente con donde ella también siente que la necesitan, pero aviva un corazón aventurero cansado de sentir por un horizonte lejano.
Será en ese momento cuando la historia nos brinde su momento más tierno y humano: el de una madre comprendiendo que su hija ya creció, y controlando el miedo a que ella encuentre el fracaso marino de su padre. Un agradecido y emotivo oasis de "lo acepto, porque te quiero" en una tradición de princesas que eran "desobedezco, porque te odio".

El océano será su guardián en el viaje hasta Maui, y hasta la saca de algún apuro, pero lejos de ser una fuente de soluciones convenientes, es la mejor manera de juntar una adolescente de 16 años, que todavía vemos inmadura, con un semidiós heroico descaradamente egocéntrico.
La historia sabe que ambos no durarían juntos mucho tiempo, y por eso se permite usar aguas mágicas hasta que descubran que no son tan distintos.
Porque una cosa que acaban compartiendo es estar en el camino por definirse: Vaiana a la búsqueda de la líder responsable que será, y Maui intentando reinventarse tras el valiente bravucón que todos creen que es. Dos que no encuentran una leyenda personal que les dé un motivo, porque se han visto obligados a escribirla, y se dan cuenta de que parece difícil encajar en la que otros ya les han escrito.

En sus mejores momentos, 'Vaiana' es un festín para los sentidos, una aventura inabarcable con monstruos marinos, islas de leyenda e impresionantes secretos milenarios escondidos a lo largo del océano.
Pero en sus mejores momentos de verdad, es la historia de una chica y un semidiós que deciden juntar la mezcla de inseguridades, miedos, deseos y señales que arrastraban para navegar más allá de lo que jamás habían imaginado, para finalmente convertirse en las personas que ellos mismos querían ser.

La leyenda personal no se enseña ni se cuenta.
Solo te llama, no puedes evitar que lo haga.
Y como a ti te define, también lo hace con todo lo demás, hasta el punto de romper las cadenas de la tradición, abrir las aguas del mar o reverdecer el corazón de otro que hace mucho que lo perdió.

Vaiana acaba siendo quien ella quería, sin dejar de ser quien los demás necesitaban.
Dejando una bella conclusión donde las leyendas morían, para nunca más navegar.
Empezando otro glorioso y esperanzador comienzo, en su cadena de historias sin final.
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78 de 104 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Aroma a los 90 de Disney
Después de los (leves) agridulces sabores de El Planeta del Tesoro y Tiana y el Sapo, John Musker y Ron Clements se acercan todo lo que pueden a la época dorada de los 90, con aromas a aquellas genialidades que eran La Sirenita, Hércules o Aladdín (que sigue siendo su mejor película).
Viana es una historia hawaiana con mucho encanto, visualmente espectacular, con una protagonista carismática e independiente, que quiere conocer el mar. Disney sigue sin hacer películas sosas y poco imaginativas como otros estudios de animación, pero, aunque la película funcione durante todo el tiempo, Vaiana no intenta sorprender, la historia es imaginativa y rica en colorido, pero no arriesga, y sigue la fórmula Disney. El guión no tiene esas sorpesas que podía tener por ejemplo Zootrópolis, y quizás al principio sea (sólo) un pelín lenta) si bien es cierto que Viana no es una princesa Disney. No es ñoña como Elsa y Ana y por eso no tiene ese toque tan azucarado que tenía Frozen, y eso le da muchos puntos.
Aparte del pollo, no hay tampoco ningún secundario graciosete, ni ningún amorío, y es más, no hay apenas personajes. Y es que eso da igual, porque Vaiana es una película muy disfrutable para los pequeños y para los adultos, técnicamente impresionante, con una animación muy cuidada, y con ese encanto que consigue que yo siga yendo al cine a ver las películas de Disney.
Lo mejor: Ese encanto que no tenían las dos últimas películas de Musker y Clements, la música, la animación y el personaje de Vaiana, con su mensaje.
Lo peor: la única pega es que no sorprende ni arriesga casi nada.

Disney demuestra que sigue muy cerca de Pixar
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48 de 55 usuarios han encontrado esta crítica útil
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