Un amor extraordinario (2019)

El cáncer de mama es una enfermedad atroz para cualquier mujer. Aparte de poner en riesgo la vida, sin duda lo más importante, atenta contra un órgano característico de la feminidad. Hay algo estigmatizante en una dolencia que trastoca lo físico tanto como lo anímico. De cómo dos cónyuges se enfrentan a esta afección trata ‘Ordinary Love’, tercera colaboración de los directores irlandeses Glenn Leyburn y Lisa Barros D’Sa.

Liam Nesson y Lesley Manville dan vida a un matrimonio maduro que no ha tenido una andadura fácil, perdieron a su única hija en unas circunstancias que la cinta no aclara del todo. Sobrevivir como pareja a uno de los golpes más duros a los que se puede enfrentar una relación, deja una huella indeleble. Aporta una complicidad y empatía para con el otro que empapa todo el metraje. A diferencia de lo que me ha ocurrido con otras películas de temática similar, me creo lo que veo. No hay sensiblería, ni extravagancias forzadísimas en la gestión del drama al estilo de Julio Medem en ‘Ma Ma’ (2015), dónde la gran actuación de Penélope Cruz no era suficiente para reflotar un barco a la deriva.

‘Ordinary love’ dibuja un panorama realista. Los diálogos alternan el humor sarcástico en medio de la odisea que viven los protagonistas. Porque la vida es así: comedia y drama, alegrías y tristezas, ganancias y pérdidas. Como dice el personaje de Manville los grises prevalecen sobre los negros y blancos. A estas alturas de sus carreras Nesson y Manville tienen poco que demostrar. Dos artistas excelsos que además se compenetran a la perfección. Sus miradas y gestualidad transmiten amor, ternura, desesperanza, ilusión. También las tiranteces inherentes a una situación límite, que pone a prueba la estabilidad emocional de cualquiera. Todo ocurre en un tono ajustado, comedido, envuelto por un guión de rica finura, en el que los secundarios encuentran su razón de ser.

Escrito por Juan Pablo Martínez Corchano para https://rockandfilms.es

Liam Neeson cuelga sus armas de sus personajes del cine de acción para volver a Irlanda, su tierra natal a rodar esta pequeña película demostrando que no teme mostrar sus emociones en esta triste y desgarradora historia. Un gran actor que aquí interpreta a Tom, casado desde hace mucho tiempo con Joan (Lesley Manville) vista en "El hilo fantasma" juntos sufrieron la perdida de su hija asesinada años atrás y que nuevamente tendrán un golpe de mala suerte poniendo a prueba su relación cuando le diagnostican a Joan un cáncer de mama. 

La pareja intenta suavizar la gravedad de la enfermedad con bromas y haciendo todo lo posible para mantener el impacto emocional, eso no quita que en momentos se derrumben. El guion es de Owen McCafferty que consigue retratar con mucha realidad el miedo, la frustración y el dolor no exteriorizado por este solido matrimonio.

La cinematografía no brilla con un especial cuidado, pero narra muy bien todos los pasos que se van sometiendo a esta trágica experiencia. El papel de Leslie Manville da mucho más juego que el de Lian Neeson eclipsándolo un poco, ofreciéndonos Leslie a una Joan con un brillo y encanto especial.

Puede ser que la película no ofrezca mucho más que dos buenas interpretaciones, pero se sostiene muy bien la historia y consigue en momentos emocionarte.
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