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La pasión ciega (1940)

La pasión ciega
95 min.
7,4
1.605
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Sinopsis
Joe y Paul Fabrini son dos hermanos que tratan de abrirse camino por su cuenta como camioneros. Tras unos duros comienzos, las cosas comienzan a ir bien, pero la ambición de Joe y la aparición de una mujer obsesionada con él hará que todo se complique. (FILMAFFINITY)
Género
Drama Cine negro Thriller Crimen
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Estados Unidos Estados Unidos
Título original:
They Drive by Night
Duración
95 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Links
9
Una más.
Una nueva obra maestra de Walsh. Es increíble la portentosa habilidad narrativa de este hombre, su capacidad de síntesis y concreción son pavorosas. Lo que más llama la atención a la gente que se acerca a este film es la cantidad de cosas que pasan, y eso que solo dura 90 minutos, pero uno se va con la impresión de que ha estado largo tiempo al lado de los personajes de la película, que los conoce de sobras. Estos personajes, hecho también remarcable, son numerosísimos, asistimos a todo un desfile de los mismos, lo que no impide llevarnos dicha sensación de conocerlos casi a la perfección. La trama, así mismo, avanza y evoluciona de manera notable, de tal forma que si uno ve la primera media hora y la última, apenas creería que forman parte de la misma historia (si no fuera porque los personajes sí que son los mismos). Y es que Walsh va al grano, quita todo lo accesorio y se deja de tonterías para ir a las entrañas de las cosas, a lo esencial. En manos de otro la película hubiese durado considerablemente más, cuando no es en absoluto necesario (me estoy imaginando ahora a Edward Zwick ("Leyendas de pasión", "El último samurai", "Diamante de Sangre") dirigiéndola). Porque hoy en día uno se acerca a las películas (que ya duran de media 120 minutos ¿Es que las historias DE VERDAD lo requieren?) con la impresión de que con unos cuantos tijeretazos mejorarían bastante. Eso con Walsh es imposible, no se puede ser más sintético. No es que prefiera las películas rápidas o cortas a las demás, pero cuando no hace falta más, no hace falta...

Las virtudes de la película son tantas que ni Walsh, con su capacidad de síntesis, podría enumerarlas. Los actores rayan a muy gran altura, especialmente Ida Lupino en el complejo y riquísimo papel de Lana Carlsen. El guión es de esos que tanto gustan a los críticos, a lo "perfecto engranaje de relojería". La fotografía de Edeson, toda una eminencia, está más que a la altura, con sus contrastes y su potencial dramático. Pero por encima de todo está el gran Walsh. Los encuadres son tan precisos y tan acertados que no es posible pensar en otros más idóneos en ningún momento. Los primeros planos de Ida Lupino son arrebatadores. Especialmente brillante es la secuencia del "acontecimiento" (no quiero desvelar nada) protagonizado por ésta (sabéis a lo que me refiero), pero en general todos los encuentros entre ésta y Raft (El actor con menos luces de la historia, que rechazó los papeles protagonistas de "El halcón maltés" y “High Sierra”, cuanto le debe su "hermano" Bogart) están maravillosamente filmados. A esto se le debe sumar el hecho de que sea del año 40. Y es que Walsh entre los años 39 y 42 (es decir, 3) filmó "The Roaring 20s", "High Sierra", "Murieron con las botas puestas", "Gentleman Jim" y ésta, ¡Entre otras!, todas ellas películas imprescindibles en la historia del cine americano (y mundial). Nada más que decir.
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68 de 69 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Un Walsh menos conocido pero igualmente magistral
Película dirigida en 1940 por Raoul Walsh, basada en parte en la novela de A. I. Bezzerides. El argumento nos sumerge en la vida de dos hermanos camioneros que sueñan con ascender y llegar a tener su propia compañía.
Indudable obra maestra en donde se dan cita nada menos que George Raft y Humphrey Bogart (los dos hermanos), Ann Sheridan (guapísima camarera, por ella suspiran todos) e Ida Lupino (impresioniante), esposa de Alan Hale, propietario de una flota de camiones.
Está estructurada claramente en dos partes bien diferenciadas. La primera se centra en la carrera profesional de los dos hermanos y la segunda va tomando forma de cine negro. Pasa del drama social al melodrama y al film noir con una desenvoltura admirable.
Denuncia las condiciones de trabajo de los transportistas (apenas duermen, no ven a sus familias durante semanas,...). Está llena de innumerables detalles. Por ejemplo, los títulos iniciales, con camión y semáforo incluído.
Es un ejemplo de concisión y de aprovechamiento del tiempo cinematográfico. Las secuencias de carretera son espectaculares, muy auténticas.

Los actores están en estado de gracia. Bogart, que aparece cuarto en los títulos de crédito, tiene un papel secundario. George Raft lleva el peso de la peli y desde luego, lo sabe hacer muy bien. Ann Sheridan tiene unos diálogos maravillosos, haciendo de camarera en un restaurante de carretera y su enfrentamiento con Ida Lupino es también magnífico.
Sin duda, sobresale Ida Lupino: maneja a su marido, lo esquiva y gasta cientos de dólares.
Realiza una actuación absolutamente antológica, de lo mejor que puede verse. Pasa de la más tierna dulzura a la exigencia en cuestión de segundos. Tiene una gran seguridad en su actuación. Walsh le regala unos primeros planos que para mí han entrado ya en la historia del cine. Con este film saltó a la primera plana.
Por poner alguna pega: el personaje del borrachín.

En definitiva, una desconocida y muy recomendable película que merece la pena ver.
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24 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
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