Un albergue en Tokio (1935)

'La petite Lise' del maestro Grémillon se siente honrada de tener un correlato mudo con este calibre poético.

¿Cómo se es capaz de concebir una obra de arte inmensa con estas premisas sin caer en melodramatismos más o menos correctos empero pretenciosos? Desde la grandeza del maestro humilde y culto, hoy en extinción sin solucion de continuidad salvo cataclismo necesario surgido por las contradicciones objetivas del sistema posmoderno. Ozu, de nuevo, es capaz de sublimar y transfigurar la condición idiográfica sobre la que se asienta narrativamente hasta alcanzar una densidad ontológico-general mundana exquisita, pocas veces habitada. La virtud reside en su poética sublime capaz de densificar el noúmeno histórico y filosófico profundo filmado.

Atento conocedor de los tejemanejes cotidianos diarios de los personajes, en su constante voluntad animada y desesperada, anclada en tortuosos dilemas objetivos con los que hay que saldar cuentas so pena de inanición.

Su belleza luminosa se halla exenta de aforismos esteticistas y retóricas grandilocuentes: la serendidad del hecho conceptualizado poéticamente rebasa las categorías inmanentes usualmente asociadas.

Esta pieza supone la oposición más firme a todo el pretencioso y cutre autodenominado cine social hodierno: su grandeza acaba con las patochas hodiernas porno-dramáticas culebroneras publicistas de la alienación en el formato videoclipero cutre.

Maestro de la mundanidad por saber entender y rebasar las situaciones institucionales ya objetivadas poética y estéticamente.
Metafísico en su intento fructífero de quebrar la mundanidad-mónada, ontologizándola y contradiciéndola en tanto realidad trémula per se.
Maestro del arte poético y la expresividad estética.


10

Ayer pude ver en la Filmoteca de València esta poco conocida obra de Yasujiro Ozu, quien junto a Akira Kurosawa y Kenji Mizoguchi constituye la Santísima Trinidad del cine japonés.

Un padre y sus dos hijos recorren pesadamente las calles de Tokio buscando trabajo en vano; con pocas posesiones, deben elegir entre comida y abrigo. Todo en plena depresión de los años treinta. En muchas formas Ozu se anticipa al neorrealismo de De Sica y su "Ladrón de bicicletas" con un majestuoso relato de cine silente.

Muy recomendable.