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Padres a la medida (1934)

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Valientes a la fuerza
Hijo de padres actores, para George Stevens no fue difícil ingresar al mundo del espectáculo, pues, a los cinco años ya hacía correrías con la compañía teatral del sus progenitores. Cuando apenas cumplía 17 años, pudo ya hacer sus primeras labores en el cine como asistente de camarógrafo… y, en 1927, tuvo la fortuna de que, el productor Hal Roach, lo contratara como cinematografista de numerosos cortos de Laurel & Hardy, pudiendo contar entre ellos algunos de los mejores: “Two Tars”, “Liberty”, “Big Business”, “Wrong Again”…

Esta experiencia fue su escuela para aprender los trucos de la comedia, y en 1930, se le dio la ocasión de dirigir sus primeros cortos para la Universal y la RKO… hasta que, en 1933, logró hacer su primer largometraje, “The Cohens and Kellys in trouble”, al que seguiría, “Bachelor bait”… y, entonces, la RKO lo reuniría con los comediantes, Bert Wheeler y Robert Woolsey, y juntos harían <<KENTUCKY KERNELS>> (“Dos y medio”), la cual se convertiría en uno de los mejores logros cinematográficos de ese dúo. Como se necesitaba a un chico muy apto para hacerles el ‘medio’, Stevens solicitó al, Hal Roach Studio, que le prestara al pequeño, George ‘Spanky’ McFarland, miembro de la pandilla, Our Gang, con la que se venían realizando numerosos cortos de comedia.

El guion -escrito por Bert Kalmar, Harry Ruby y Fred L. Guiol, uno de los que dirigieran cortos de L&H-, nos cuenta la historia de, ‘Spanky’ Milford, un chico huérfano que se busca que sea adoptado por Jerry Bronson, con la esperanza de que así se le pasen sus ‘inspiraciones suicidas’. Pero, al reconciliarse con su novia, el plan se viene al piso y ‘Spanky’ queda en manos de, Elmer y Willie, sus pretendidos salvadores… y para bien de todos (¿?), el niño -obsesivo rompe vidrios- hereda una gran casa-finca y nuestros amigos resultan convertidos en padres sustitutos y herederos de ocasión.

Pero, lo que deviene será otra absurda guerra de feudos en la que, los Wakefield, quieren acaban con todo el que lleve el apellido Milford; y los Milford… bueno, eso hay que verlo porque promete algunos curiosos y simpáticos enredos, además de unas cuantas situaciones bastante divertidas. La trama nos remite enseguida a la maravillosa, “Our Hospitality” (Buster Keaton, John G. Blystone, 1923) y también, Stevens, se anima a homenajear un poco a sus viejos amigos, Laurel & Hardy.

El reparto lo complementan, Mary Carlisle, quien, como Gloria Wakefield, se opondrá a las rivalidades puesto que se ha enamorado de alguien del otro bando; y Noah Beery, es el coronel Wakefield, el hombre recio a quien el amor de la tía Hannah quizás consiga conmoverlo.

Además de que hay algunos momentos de calificado slapstick, la escena cumbre es impecable por su ingenio y realización… y hasta en los diálogos se pueden hallar frases frescas y mordaces:
-Enamorarse de Gloria Wakefield -dice Willie- me va a cambiar la vida.
-Sí -responde Elmer-, vas a pasar de vivo a muerto.

Título para Latinoamérica: PADRES A LA MEDIDA
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