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Sleepy Eyes of Death: The Chinese Jade (1963)

Sinopsis
Nemuri Kyoshiro, un joven ronin con gran técnica con la espada, pretende ser asesinado por el jefe del clan Kaga, para lo que envía a la bella espía Chisa. (FILMAFFINITY)
Género
Drama Acción Samuráis Japón feudal
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Japón Japón
Título original:
Nemuri Kyôshirô: Sappôchô
Duración
82 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
7
El samurái de la misa negra y el pergamino escondido
Unas flechas en llamas atraviesan la noche, y de repente un hombre es rodeado por ninjas enemigos, sin embargo su rostro se muestra más bien tranquilo, impasible.
"No me obliguéis a desenfundar mi espada. Os advierto, ¡no me obliguéis! Una vez que lo haga seréis hombres muertos...".

Y en efecto eso sucede, pues con su portentosa técnica nadie queda vivo a su alrededor. Excelente introducción para quien es uno de los personajes más populares dentro de las sagas de samuráis, ronin y guerreros varios de cuantos poblaron los años '60, década que se llenó de estos anti-héroes cuyos pasos seguían el sendero abierto por el mítico Sanjuro de Akira Kurosawa. Pero Kyoshiro Nemuri fue creado antes, en 1.956, por la pluma del autor y traductor experto en la épica y relatos históricos Renzaburo Shibata, y cuyas peripecias se iniciaron en la conocida revista de carácter nacionalista Shukan Shincho.
Éste añadía otro nombre a la lista de los malditos del "ken", un ronin de pasado trágico, hijo de una monja japonesa y un satanista portugués, nacido durante una misa negra, de ahí su carácter implacable y tremendamente desconfiado; si bien bebía de otras fuentes anteriores como el samurái nihilista Ryunosuke Tsukue o el rocambolesco Sazen Tange, es preciso considerarlo original por su descripción y habilidades únicas. Koji Tsuruta encarnó a Kyoshiro en las primeras adaptaciones, pero Raizo Ichikawa, un asiduo del género, protagonizaría las más recordadas, cuya saga se extenderá durante toda la década hasta su prematura muerte.

Ichikawa era uno de los más famosos de Daiei junto a Shintaro Katsu, con quien mantenía una fuerte rivalidad; en aquel momento éste había dado vida a su espadachín ciego Zatoichi, así que debía ponerse a su altura. Tokuzo Tanaka, artesano curtido en "chambaras" y cine épico, y habiendo trabajado ya con el actor, inicia la primera de las aventuras del interesante personaje, adaptada por otro colaborador del cineasta, Seiji Hoshikawa, quien debido a meras razones comerciales le brinda una muy vaga descripción, dejando siempre bajo incógnita su pasado, o a menudo sólo insinuándolo.
El déspota daimyo Nariyasu Maeda gobierna el clan Kaga, pero su suerte puede acabar si es descubierto un documento con el que poner fin a su feudo; otro poderoso señor que todos creen muerto, Zeniya Gohei, y sus hombres, van detrás de este documento. Tras esa genial escena de apertura que lo presenta como es debido, Kyoshiro, como le irá sucediendo en futuras entregas, se verá inmerso en una trama de claros indicativos novelescos, debatiéndose entre dos clanes que luchan por sus propios intereses (al igual que Sanjuro) y poniendo a prueba su fuerza e ingenio contra numerosos enemigos.

Tan vistosa y pintoresca es la trama como los personajes, sobresaliendo una bella espía de Maeda llamada Chisa, quien oculta sin saberlo un oscuro pasado, como Kyoshiro, al que deberá manipular en primera instancia, y un monje chino, Chen Sun, enemigo del daimyo y lanzando a una búsqueda frenética del documento, oculto (reafirmando la película su condición de aventura de manual) en el interior de la estatua de un Buda de jade. En su desarrollo, Tanaka maneja bien los códigos de la intriga, y atrapa en una salsa de traiciones e hipocresía a sus protagonistas.
El ronin actúa con audacia, nunca decantándose hacia una clara postura ("No estoy de parte de nadie [...], pero merecerá la pena observar la batalla"); Chisa obtiene mayor importancia, iniciando un trágico romance con el anterior. Curioso detalle pues en el futuro, y marcado por sus experiencias, Kyoshiro se mostrará mucho más severo, cínico, endurecido y misógino ante las mujeres; el violento mundo que le rodea, envilecido por la corrupción y la codicia de aquellos que moran en él (la clase privilegiada, retratada por Hoshikawa como cobardes repulsivos y traidores) será clave para poblar de tinieblas su camino. Sólo su katana, cuya unión corpórea roza lo sexual, le sirve de apoyo.

Tanaka practica una prudente distancia y en lugar de profundizar demasiado en el melodrama o la denuncia política decide deleitar a los fans del género con una aventura llena de suspense, un argumento con infinitos pliegues que se cruzan y se desenrollan a voluntad, humor negro y por supuesto buenas dosis de acción y escenas de pelea filmadas con la destreza habitual del nipón, a veces muy dadas a la espectacularidad. Pero aun siguiendo una línea de "chambara" más bien clásico, es capaz de sorprendernos con instantes donde saca a relucir su vena experimental y vanguardista.
Como ese cuasionírico "flashback" del samurái en la playa o esa poderosa secuencia donde Chisa se revela contra Maeda (rodada de tal forma, en plano inclinado, para reflejar la inestabilidad del personaje y de tan intenso momento en la trama); otro aspecto que se irá repitiendo será por supuesto el esperado duelo entre el protagonista y su némesis, aquí Chen Sun, interpretado por un genial Tomisaburo Wakayama. Tamao Nakamura sabe vencer la "precariedad" y plana descripción de su personaje, y el sr. Ichikawa, que ya había coincidido con ella en muchas ocasiones, dota de gran carisma a su ronin, pese a la evolución a la cual éste habría de someterse con el tiempo.

Otros títulos mejores irían llegando, y más satisfactorios que el que nos ocupa, de escasa acogida en el momento de su estreno y culpable de que los señores de Daiei casi echaran por tierra la posibilidad de más secuelas.
De todos modos Tanaka acomete esta carta de presentación con gran dignidad y oficio, y un sentido de la puesta en escena que casi ninguno de los futuros cineastas que se ocuparon de la saga lograrían igualar; fueron necesarios cinco años para volver a trabajar con el actor en su rol de Kyoshiro.
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