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Una vida sin alegría (1924)

Una vida sin alegría
82 min.
6,4
166
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Sinopsis
Melodrama mudo sobre el conflicto entre clases sociales a través de la vida de la desdichada Catherine Ferrand, una chica huérfana, que es víctima de los celos de las mujeres y la codicia de los hombres. Encuentra trabajo en casa de los Mallet, pero la señora desconfía de ella debido a las insidiosas habladurías de la gente del pueblo. Catherine acaba huyendo, pero, algún tiempo después, el amable señor Mallet, lleno de remordimientos, la busca e intenta rescatarla de la miseria. (FILMAFFINITY)
Género
Drama Cine mudo
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Francia Francia
Título original:
Une vie sans joie (Catherine)
Duración
82 min.
Guion
Fotografía
7
Catherine
Realizado por Jean Renoir y Albert Dieudonné, se basa en un guión de Jean renoir. Se rodó entre marzo y mayo de 1924 en exteriores de Cagnes-su-Mer, Saint-Paul-de-Vance y Niza (Francia) y en los Studios Gaumont. Producido por Jean Renoir con fondos de la herencia de su padre, fallecido en 1919, se estrenó en "première" el 9-XI-1927 (Paris).

La acción tiene lugar en Varance, ciudad del Midi francés, y en Niza, en 1923/24. Catherine Ferrand (Catherine Hessling) es una muchacha huérfana, que trabaja como doméstica en el hogar de Georges Mallet (Louis Gauthier), alcalde de la ciudad y diputado, que la conoce desde que era pequeña. Los celos y turbios intereses de la esposa (Maud Richard), causan su desgracia.

La película, ópera prima de Renoir, mezcla melodrama, romance, crítica social y suspense, en un conjunto rico en la descripción de sentimientos humanos. El relato combina elementos de realismo poético, expresionismo alemán, naturalismo y suspense. Ofrece un retrato de la burguesía de provincias, de la que destaca la hipocresía, la manipulación, la ausencia de buenos sentimientos, la deshonestidad, el culto a las apariencias y la explotación y burla del débil. Aborda, como en obras posteriores, el tema del destino, su influenica sobre la vida de los seres humanos y sus limitaciones, ya que las personas pueden determinarlo con ayuda del propio empeño y la colaboración de los que les rodean. Contrapone el orden y el desorden, uno de los temas favoritos de su filmografía. El desorden nace del egoismo, la vanidad y la codicia de los ricos, que alteran el curso natural de las cosas, basado en las relaciones humanas y de poder inspiradas en la solidaridad. La concepción del amor que profesa Renoir es eminentemente romántica: el amor no conoce fronteras, ni restricciones, ni limitaciones artificiosas, ni grupos sociales. Está dispuesto a sacrificarlo todo: ambiciones, relevancia social, poder y prestigio. Añade una referencia rápida a la delincuencia criminal de los bajos fondos de las grandes ciudades (el prestamista Adolphe). Son escenas destacadas la del beso en la penunbra mientras en el exterior brillan las fuegos artificiales del Carnaval y la larga secuencia de suspense.

La música del montaje que reproduce el DVD, compuesta e interpretada al acordeón por Marc Perrone, combina canciones tradicionales francesas, canciones populares recientes, juegos descriptivos de notas y cadencias, jazz, valses ("El vals de Catherine") y otros ritmos. La fotografía se centra con preferencia en escenarios nocturnos, oscuros y opresivos, acordes con el sentido del relato. Incluye un sorprendente flashback, de cuidada factura. La escasa aptitud interpretativa de Hessling (modelo del pintor y esposa del realizador) y las diferencias entre Renoir y Dieudonné, no impiden que el film sea una pieza de gran interés para los cinéfilos.
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13 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Qué bien sienta el cine mudo
Ver de vez en cuando una película de cine mudo sienta bien, después de estar saturado del barroquismo de tanto cine actual, sobre todo del que tiene pretensiones intelectualoides.
Si la película es de Renoir (su ópera prima, aunque junto con otro), mejor aún. De Renoir es el guión, perfecto, donde la historia de la pobre Catherine se cuenta con una inmediatez fantástica.
A valorar los intensos primeros planos, algún traveling, la iluminación de más sombras que luces, porque es una vida sin alegría.
Diría que la trama es lo de menos. Lo interesante es cómo se cuenta. Además de un testimonio de la vida en esa época, con los vicios y las virtudes de siempre: la hipocresía, la generosidad, el adulterio, la inocencia.
La actriz, entonces mujer de Renoir, no tiene demasiadas cualidades pero tampoco eso importa demasiado. Hay unos primeros planos de ella, mirando a cámara, que no tienen desperdicio.
Como se ha comentado aquí, hay un sencillo y eficaz flashback.
Y unos diez minutos finales que aún hoy admiran por cómo están rodados en exteriores. En su día debió ser impactante, aunque quizá el mérito también es de Dieudonné, que luego desarrollaría una carrera más bien como actor.
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