arrow

Kenji Mizoguchi, la vida de un director (1975)

Kenji Mizoguchi, la vida de un director
150 min.
6,7
80
Votar
Plugin no soportado
Añadir a listas
Créditos de inicio (JAPONÉS)
Ver 2 más
Sinopsis
Película que repasa la vida y obra del realizador japonés Kenji Mizoguchi, utilizando para ello fragmentos de sus películas, entrevistas y otro tipo de información. (FILMAFFINTY)
Género
Documental Biográfico Documental sobre cine
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Japón Japón
Título original:
Aru eiga-kantoku no shogai (Kenji Mizoguchi: The Life of a Film Director)
Duración
150 min.
Guion
Música
Compañías
Links
9
El hombre que nos relató los cuentos de la luna pálida
Nace en el año 30 de la era Meiji en el barrio de Shinhana, en un antiguo distrito de Tokyo llamado Yushima Hongo. Es hijo del carpintero Zentaro Mizoguchi.
55 años después será por todos considerado uno de los grandes maestros de la Historia del cine universal...

Resulta gratificante cuando un gran director decide dedicar una cantidad de tiempo y esmero en recoger la vida de un director aún más grande que evidentemente le influenció, a él y a toda una generación; se demuestra más que nunca el amor profesado hacia el cine y hacia aquellos que ejercen dicha profesión. En 1.985 Wim Wenders realiza "Tokyo-Ga", donde profundiza en el universo de Yasujiro Ozu además de en diferentes aspectos de la realidad social del momento.
Diez años antes el vanguardista escritor y realizador Kaneto Shindo, responsable de las inmensas "Onibaba", "La Isla Desnuda", "Kuroneko" o "Los Niños de Hiroshima", decide hacer lo propio con Kenji Mizoguchi, con quien trabajó y a quien personalmente conoció. Este documental es, por tanto, un sincera mirada a un hombre nacido casi en el momento en que la primera cámara pisa suelo nipón y cuya obra cuenta en sí misma una historia del cine, del mudo al sonoro, de las producciones en cadena a la política de los autores, del blanco y negro al color; un cineasta moderno que se convertirá en un clásico, creador de un universo que pertenece a su tiempo y que se volverá atemporal.

Shindo coge a su equipo y recorre incansable los escenarios por donde Mizoguchi pasó, desde su nacimiento en Tokyo hasta su muerte en un hospital de Kyoto, lugar donde se inicia la aventura. Más tarde Shindo nos cuenta, en presencia del guionista Masashige Narusawa, dónde residió la familia Mizoguchi hasta que, arruinada, se tuvieron que mudar a Asakusa, lugar famoso por sus teatros populares y barrios de prostitutas, que más tarde frecuentará el director de "Mujeres de la Noche"; el padre, empujado por la pobreza, vende a su hija Suzuko y este hecho marca al pequeño Mizoguchi.
Pero obviamente hablar de un director cuya trayectoria abarca más de tres décadas es también hacerlo de la evolución del cine en el país, y así lo hará Shindo, cronológicamente, desde que su mentor, que vive en un Japón azotado por la crisis, los conflictos socio-políticos y el comienzo de la Guerra Sino-Japonesa, deja de trabajar en el periódico de Kobe y entra en la industria del cine como asistente de dirección gracias a la ayuda de Osamu Wakayama. Toda la narración de esta carrera se fundamenta en profundos y concienzudos testimonios de todos aquellos que trabajaron con Mizoguchi, gente del equipo técnico y artístico que relatan momentos de su evolución e intimidades de su agitada vida privada.

Después del gran terremoto de Kanto, que destruye Tokyo, el joven director es acuchillado en la espalda por una prostituta de un barrio de Kyoto llamada Yuriko; en los periódicos se habla de crimen pasional y el hecho le marca para siempre, a él y a su trabajo. Todos y cada uno de sus colaboradores, desde el diseñador de escenarios Matsuji Ohno hasta sus actores habituales, recalcan aspectos de su personalidad y su manera de ser fuera y dentro del set de rodaje; se le describe como un cineasta despótico y estricto, difícil de tratar, que exprime física y mentalmente a sus actores y equipo en cada toma con tal de alcanzar la perfección escénica a cualquier precio.
Pero también es un hombre algo naïve, sincero, educado, amable y comprensivo cuando la situación lo requiere, y muy comprometido con todos los que están a su cargo; fuera del set le gusta beber sake, gastar bromas y pasearse por los barrios rojos y burdeles. Dos encuentros con dos mujeres también le dejan huella: la primera es una bailarina de Osaka llamada Chieko, con la que se casará; la segunda es la actriz Kinuyo Tanaka, con quien trabajará durante años, y su buena relación le lleva a enamorarse de ella, iniciándose así un polémico rumor que trascenderá a las venenosas revistas del corazón, pues este amor jamás será confesado.

Pero es el trastorno mental de Chieko, causado por la sífilis, lo que realmente cambia a Kenji, que a partir de ese momento vive atormentado por la culpa, aunque lejos de resentirse su trabajo se vuelve cada vez más perfeccionista sin renunciar a sus principios y obsesiones, cuya máxima es la defensa de la condición femenina. El cenit de su creación artística en su última etapa es inaugurado por "El Destino de la Señora Yuki" y lo remata "Cuentos de la Luna Pálida", la cual lleva su fama a nivel internacional; para entonces ya es un artista consumado y reconocido y sólo le quedará realizar una obra maestra tras otra hasta su triste y prematura muerte en 1.956 a causa de leucemia.
Los entrevistados hablan de su autoritaria figura con una enorme admiración y respeto, a veces incluso con miedo, y les tiembla la voz cuando mencionan los últimos días de su vida, en especial Narusawa. Shindo conversa con colegas de profesión, ejecutivos de estudios y gente de la calle que conocía bien al maestro, incluso con su propia esposa Nobuko Otowa; Yoshikata Yoda aporta muchas anécdotas mientras las actrices (algunas conservando aún su inmensa belleza) Takako Irie, Kyoko Kagawa, Kakuko Mori, Michiyo Kogure, Isuzu Yamada, Machiko Kyo, Ayako Wakao y Tanaka, incomodada por el rumor de ese falso romance, hablan con honestidad y cariño de su padre cinematográfico.

Es muy triste que el director nos dejara tan solo con 58 años, porque quién sabe hasta dónde habría llegado. No obstante su influencia es enorme y su legado inolvidable, la obra de todo un genio que se halla en el panteón de los dioses del cine y que todo amante del mismo (sobre todo del japonés) debería acercarse a descubrir.
Su último trabajo es "La Calle de la Vergüenza", con el que se despide desde sus lugares predilectos, la calle y el burdel. En la memoria queda su frase más significativa: "Nunca comprenderás de verdad a una mujer hasta que te acuchille como a mí".
[Leer más +]
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Más información sobre Kenji Mizoguchi, la vida de un director
Fichas más visitadas