Huidos (1993)

Increíble ingenio del señor Gracia sin ninguna gracia. Un desarrollo argumental pésimo sin avance alguno como un voy y vengo, voy y vengo... así todo el rato, que desorienta desde el minuto uno.

Los huidos están todo el rato en el pueblo, con la gente, bailando en la feria... A su aire. ¿Pero huyen o qué coño hacen? Si son huidos, yo quiero que huyan, pero sin parar. Es cierto que de vez en cuando se echan al monte, pero no hay credibilidad por mucho que se disfracen de curas o estén preparados para salir corriendo... Es de risa. Cuando va la Guardia Civil a por alguno, uno no deja de preguntarse qué les hace ir a por ellos en ese momento, si por lo visto llevan años y años huidos. Y bueno, es lamentable esa Guardia Civil yendo a por los huidos... Apáticos total... Como si fueran de paseo...

Todo es aleatorio...

Un argumento pobre, incongruente, absurdo, sin ninguna cronología; a pesar del esmerado trabajo por parte de Fernando Valverde, con desnudo integral en el río por exigencias del inconmensurable guión. Para mi que la película sufre el síndrome de Diógenes, acumulación de cosas... Y más cosas, sin valor, basurilla...

Yo también soy un huido. Esta noche pensaba huir un ratito, pero me da pereza... Mejor, huyo mañana por la tarde... a ver si para las ocho estoy ya en casa... Qué vida más puta la de los huidos. Y la del que ve este tipo de peliculillas igual.

Arranca con el inicio de la guerra civil española, mostrándonos cómo afecta este hecho a los habitantes de un pueblo gallego los nuevos tiempos que se avecinan y las posturas que toman ante el evento, las fuerzas vivas, malos, malísimos y el pueblo llano (obreros de una cantera y familia) rebelados y forzados (algunos, aunque predispuestos al principio, no dudan en echarse al monte ante el abuso de los caciques con sus mujeres) a la lucha clandestina.
No acaba de resultar redonda, ni como retrato de unas época y unos hechos, ni como película de acción (a mi juicio, esa parece la intención, un drama bélico de acción con atmosfera de western), a pesar de los bellamente fotografiados paisajes gallegos y la magnífica ambientación y de la nomina más o menos apañada de actores que ponen en marcha la función.
A mi juicio, el problema de esta película, es el tono trascendental con el que está rodada (expresiones de los actores, música y situaciones dramáticas), que en cierto modo recuerda a un episodio de Curro Jiménez (en cuanto a tratamiento de la acción, cámbiese franceses por guardia civiles y añádase un poco de cámara lenta en las escenas de acción), desprovisto de la carga lúdica que solían tener las aventuras del bueno de Curro, pese a lo cual tiene sus momentos entretenidos (escenas de acción).
La ideología que desprende tendrá sus incondicionales y sus detractores, pero vista bajo el punto de vista estrictamente cinematográfico, el único interés que tiene su visión, es como curiosidad o seguimiento del trabajo actoral de alguno de los implicados (por ejemplo, un joven Javier Bardem, sin mucho peso en la historia y con una dicción pelín inteligible), habiéndola venido bien sin duda alguna, unos cuantos minutos menos de metraje.