Tormenta de kung fu en el paraíso (1978)

China vs Japón

Segunda cinta, según creo, en la filmografía de los hermanos Liu, que tengo el honor de ser el primero en puntuar y criticar.

Dentro de la línea del cine hongkonés de los años 70, de temática habitual de exaltación de la cultura china frente a la occidental o la japonesa (en este caso la japonesa), con un argumento simple y un guión no muy allá, Liu Chia-Lang realiza otra película sobre Kung Fu repleta de combates, honor, y una pizca de comedia con la originalidad de profundizar en las artes marciales japonesas mucho más allá que la mayoría de films de Kung Fu de la época. Protagonizada por su hermano Gordon Liu que, una vez más, satisface a sus seguidores de sobra aunque esta vez con una horrible peluca (porque Gordon Liu siempre ha sido calvo, ¿no?).

Aunque no se trate de una producción virtuosa en su guión, dirección o interpretación, llegando incluso a decaer en algún punto, sí es una cinta muy interesante por la comentada profundización en las artes marciales japonesas, disfrutando durante el largometraje de muchos combates con varios estilos y armas diferentes pertenecientes a las culturas china y japonesa, si bien es cierto, desde un enfoque poco neutral. Además, quizá más de un practicante se sienta ofendido ya sea por el lugar en el que queda su arte marcial, o por la no del todo fiel representación de la misma.

En el spoiler dejo un resumen de los combates contra los maestros japoneses con los estilos y armas utilizados (cualquier parecido con la wikipedia es mera coincidencia…) así como un comentario sobre el argumento.

Hay que decir que es una de las mejores películas de artes marciales que he visto. Entretiene bastante y va de menos a más, con coreografías de alto nivel. El cómo llegué a saber de su existencia, no lo sabría decir ni yo, pero me alegro de haberla visto.

Tras un matrimonio de conveniencia entre un chino y una japonesa, el marido se da cuenta de un hecho catastrófico: le ha tocado la más chiflada de todo oriente. “Con razón me la encasquetaron a mí”, debió pensar bajo esa tupida peluca Gordon Liu. La tipa se chulea todo lo que puede y más, ordena hacer y deshacer a su antojo, destruye la casa del marido porque no tiene tablas que pueda romper, reniega de toda costumbre que no sean las suyas propias, etcétera, etcétera. Hasta que por fin llega el esperado día: la tipa se larga, para alivio de todos (no solo el marido). Pero tras una confusión tan absurda como adrede, la tipa regresa con un grupo de matones de diferentes estilos de lucha para darle de hostias al marido. El avispado marido tendrá que estudiar a cada oponente para encontrar la manera de vencerlos uno a uno (como en Dragon Ball Z, dos se hostian y los demás animan).

El caso es que, aunque el argumento es un mojón, como en cualquier película de kung-fu que se precie, y la imparcialidad no sea precisamente su fuerte, también es lo de menos, porque las peleas son muy buenas y muy abundantes, las astucias del protagonista también añaden interés y todo el conjunto va mejorando cada minuto, aunque el final decae al ser tan previsible. Bastante efectiva para matar el aburrimiento.