El circo (1943)

Antes de la estrella de cine, fue la carpa. El fenómeno atípico que llevaba a críticos a viajar hasta allí para elogiar a un humorista singular, al inventor de una nueva forma de utilizar el castellano. "El circo" (1943) es un particular homenaje de Cantinflas a sus propios orígenes, utilizando, como en tantas otras ocasiones, una de las premisas de su admirado Chaplin para emplear a su entrañable peladito.

"El Gran Circo Estrella" sirve a Miguel M. Delgado para sumergir al actor con el que siempre colaboró en varios gags dignos de ser recordado, exprimiendo con habilidad el potencial cómico de su estrella. Estamos todavía en la etapa dorada de Mario Moreno, con un delicioso blanco y negro y cuando su personaje era menos didáctico o benigno, siendo más bien un busca-vidas que se embarca en la primera aventura que se presenta.

Gloria Lynch encarna al interés romántico del protagonista, quien se lanza a la búsqueda de esos artistas ambulantes, una realidad que el propio actor conocía muy bien.

En la amplia filmografía del mexicano, un curioso ejercicio metaficcional.

El circo es la historia de un zapatero muy hablador (Cantinflas,) el cual esta enamorado de una mujer hermosa que trabaja en el circo que se acaba de instalar en su pueblo, el quiere estar con ella así que consigue trabajo en el circo y se mete en divertidas ocurrencias y problemas al tratar de ayudar, resulto ser el mas aplaudido en la función.

El guion no es el mejor sin embargo los inconfundibles diálogos de Cantinflas y su carisma salvan de buena manera el hilo de la historia para terminar con un personaje que se devuelve a su anterior trabajo mientras el circo sigue su camino.

Un punto a favor son los shows del circo, provocan mucha tensión sobretodo los trapecistas del final.