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Ver 2 más- Sinopsis
- Tres artistas de cabaret que viven en Sidney son contratadas para actuar durante cuatro semanas en un hotel de Alice Springs, en medio del desierto rojo de Australia. Les espera una gran aventura, pero una cosa es atravesar el país en autobús, dejando atrás todos sus problemas, y otra llegar a su destino sanas y salvas. Sobre todo si Felicia y Mitzi son reinas del drag y Benardette transexual. Inician así un periplo de dos semanas, con música sonando a toda pastilla y el autocar repleto de un llamativo vestuario y zapatos de plataforma. (FILMAFFINITY)
- Género
- Comedia Drama Comedia dramática Transexualidad / transgénero Road Movie Homosexualidad
- Dirección
- Reparto
- Año / País:
- 1994 / Australia
- Título original:
- The Adventures of Priscilla, Queen of the Desert
- Duración
- 102 min.
- Guion
- Música
Premios
1994: Premios Oscar: Mejor vestuario
1994: Globo de Oro: 2 noms: Mejor Película com/mus y Actor comedia (Stamp)
1994: BAFTA: Mejor maquillaje y Mejor vestuario. 7 nominaciones
1994: Festival de Cannes: Premio del Público
1994: Australian Film Institute - 2 premios: Mejor maquillaje, montaje. 9 nominaciones
"Divertida comedia"
Fernando Morales
[Diario El País]
8
5
Positiva
3
Neutra
0
Negativa
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Plumíferos en el desierto australiano
29 de octubre de 2008
La vi en el año 95, poco más o menos. Me gustó. La volví a ver un par de años más tarde y todavía me gustó más, quizás porque la entendí mejor. Pasaron unos tres años y la pillé una tarde perezosa mientras cambiaba de canales: volvió a engancharme y en esta ocasión, fue como un deslumbramiento súbito. De pronto, algunas piezas que antes me habían chirriado, encajaron a la perfección. Y desde entonces, soy admiradora devota de esta película.
Tres espléndidas reinonas -adorables Stamp, Weaving y Pearce- se lanzan de gira petarda por los rincones más inhóspitos del desierto australiano: con dos bien puestos. Durante el viaje compartirán, además de equipaje material y emocional, una serie de peripecias que van de lo trágico a lo cómico y que, como en toda road movie que se precie, servirán para estrechar lazos entre los/las protagonistas y conducirlas al lúcido camino de la autoconsciencia.
Peca de cierto convencionalismo en la estructura narrativa, pero lo compensa sobradamente con escenas tan maravillosas como el encuentro de los personajes con una comunidad maorí en medio de la nada y la manera tan sutil en que se expresa la instantánea identificación mutua de dos grupos socialmente marginados, cada uno a su manera. También hermosísima resulta la cabalgata de "Priscilla" (el autobús en el que viajan) por el desierto con Guy Pearce a lomos ataviado de Gaultier y a los compases de la señora Callas cantando el "È strano": belleza elevada al cubo.
Divertida, entrañable, razonablemente freak, con unos personajes que amarás al instante, unos diálogos espléndidos (el de ABBA, antológico) y una banda sonora que invita a ser feliz, ¿cómo no verla?
Tres espléndidas reinonas -adorables Stamp, Weaving y Pearce- se lanzan de gira petarda por los rincones más inhóspitos del desierto australiano: con dos bien puestos. Durante el viaje compartirán, además de equipaje material y emocional, una serie de peripecias que van de lo trágico a lo cómico y que, como en toda road movie que se precie, servirán para estrechar lazos entre los/las protagonistas y conducirlas al lúcido camino de la autoconsciencia.
Peca de cierto convencionalismo en la estructura narrativa, pero lo compensa sobradamente con escenas tan maravillosas como el encuentro de los personajes con una comunidad maorí en medio de la nada y la manera tan sutil en que se expresa la instantánea identificación mutua de dos grupos socialmente marginados, cada uno a su manera. También hermosísima resulta la cabalgata de "Priscilla" (el autobús en el que viajan) por el desierto con Guy Pearce a lomos ataviado de Gaultier y a los compases de la señora Callas cantando el "È strano": belleza elevada al cubo.
Divertida, entrañable, razonablemente freak, con unos personajes que amarás al instante, unos diálogos espléndidos (el de ABBA, antológico) y una banda sonora que invita a ser feliz, ¿cómo no verla?
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48 de 50 usuarios han encontrado esta crítica útil
¡Hay zorronas!
6 de mayo de 2009
Estoy todo alborotado al escribir esta crítica, y estoy alborotado pues las aventuras de estas tres buenas piezas perdidas en el desierto australiano es una de las sorpresas más gratas que me he llevado en los últimos tiempos.
Tres drag, que se dedican a hacer actuaciones mediante playback con una estética muy seductora, se embarcan en la aventura de llegar a un recóndito pueblo australiano subidos en su recién comprado autobús de segunda mano, al que le llaman Priscilla, para hacer una actuación en un hotel regentado por la mujer de uno de ellos.
El tema se mueve entre el desmadre más absoluto, la incomprensión y hasta la repulsa que causan a la mayoría de los personajes que se encuentran, el amor, y el tremendo cariño que se tienen entre si estos seres marginados.
Tres actuaciones dignas de mención, tremendos los actores principales, con un fantástico Terence Stamp en el papel de marujona mayor y enamoradiza, un desmadrantemente, haciendo de loca, Guy Pearce y exhibición absoluta de un actor que para mi de siempre ha sido solo el Smith de Matrix, Hugo Weaving, que verdaderamente lo borda.
No despedirme sin destacar el soberbio vestuario y la música, toda ella adoptada hoy en día por el mundo gay, que no tiene desperdicio.
Entretenida, brillante, amena, dramática, graciosa, un punto de peli de mariquitas.
Tres drag, que se dedican a hacer actuaciones mediante playback con una estética muy seductora, se embarcan en la aventura de llegar a un recóndito pueblo australiano subidos en su recién comprado autobús de segunda mano, al que le llaman Priscilla, para hacer una actuación en un hotel regentado por la mujer de uno de ellos.
El tema se mueve entre el desmadre más absoluto, la incomprensión y hasta la repulsa que causan a la mayoría de los personajes que se encuentran, el amor, y el tremendo cariño que se tienen entre si estos seres marginados.
Tres actuaciones dignas de mención, tremendos los actores principales, con un fantástico Terence Stamp en el papel de marujona mayor y enamoradiza, un desmadrantemente, haciendo de loca, Guy Pearce y exhibición absoluta de un actor que para mi de siempre ha sido solo el Smith de Matrix, Hugo Weaving, que verdaderamente lo borda.
No despedirme sin destacar el soberbio vestuario y la música, toda ella adoptada hoy en día por el mundo gay, que no tiene desperdicio.
Entretenida, brillante, amena, dramática, graciosa, un punto de peli de mariquitas.
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27 de 31 usuarios han encontrado esta crítica útil
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