Quinteto (1979)

La película se puede considerar aburrida... pero muchos momentos en los que uno pierde la capacidad de mantener la atención ante lo que se le ofrece, aparece algo nuevo, y se puede salvar una historia...

Realmente el frío congela los sentidos y los enigmas que el desarrollo nos muestra... Una música con demasiada potencia en los momentos de mediana tensión, que sólo hacen desmerecerlos, un frío que aumenta y disminuye el filtro de desenfoque de la imagen, que mitiga el sentido, que desvanece la comprensión, pero un sencillo juego de cinco puede mantener el hilo, y mostrarnos que permanecer a la espera de un desenlace no es una mala idea...

Cuando no existe esperanza, el juego y el alcohol son extraños compañeros... las palabras desdibujan sus significados, y las piezas están sobre el tablero, sólo queda moverlas bajo la estrategia personal elegida... pero jamás se debe infravalorar al adversario, cada uno juega su baza, y nunca puedes saber a ciencia cierta qué es lo que va a hacer el contrario... el azar encierra mucha traición y miseria, y a veces ganar sólo aporta soledad.

Hay demasiados picos en la historia, hay muchos momentos vacíos de significado, demasiado prolongados y pequeñas escenas que encierran toda la fuerza de la película, existe una gran descompensación pero la arritmia del resultado sin duda hace que merezca la pena esperar un final... un final blanco y largo, frío.

Mis cálculos han otorgado un seis, a un juego de cinco para siete cómplices...

Soporífera. Gafapástica. La ví hace 30 años y decidí darle otra oportunidad. Me acordaba de su escenografía, vestuario y ambientación, que era cuanto menos original. Creo que me dormí varias veces viéndola. La música espantosa no ayudaba mucho. La ambientación del filme me recordaba, vagamente, a "El nombre de la rosa". Un lugar aislado, frío, con gente rara y un aspecto neomedieval distópico. Pero hasta ahí.

Películas distópicas glaciales hay algunas como "Colonia V" o "Snowpiercer" y, aunque Quintet es anterior en décadas, no les llega a la suela de los zapatos de las mencionadas. Es curioso que fuese producida el mismo año que "Alien, el octavo pasajero" ¡Vaya diferencia en conceptos y puesta en escena! Su visión distópica se asemeja más a "La fuga de Logan" (1976) pero sin ser entretenida. Conociendo la obra del director y sus ínfulas de autor, es más fácil que hiciese una maratón de películas de ciencia-ficción soviéticas para parir semejante engendro.

Sosa. Aburridísima. Un guión confuso e incomprensible. Un juego, el quinteto, que ni siquiera sabemos de que va. Un forastero llega, junto a su mujer, a su antigua ciudad -dicen que tiene cinco millones de habitantes pero parece una aldea de Laponia - donde una serie de sucesos le arrastrarán a investigar un conjunto de asesinatos y verse inmerso en una extraña trama. ¿Suena bien? Pues olvídense. Está plasmado en celuloide de pena. Altman, lo tuyo eran las películas de arte y ensayo, no esto. Hasta Newman va más perdido que un pollo sin cabeza. El único que lo hace bien, por sus tablas, es Fernando Rey.

Altman emplea un flú en los bordes de la imagen, como si estuviera el objetivo entelado, efecto curioso pero cargante con los minutos. Otra veleidad más de artista gafapástico. Este efecto desaparecerá en el exterior.

Para ver un filme de aire soviético, prefiero al original. Tarkovski ese año estrenó "Stalker". Duelo de pedantes.