Winter in Wartime (2008)

Basada en un libro de tintes autobiográficos de titulo homónimo escrito por el holandés Jan Terlouw en 1963 (al parecer todo una referencia en Holanda), nos cuenta la historia de Michiel, un chaval de 14 años, hijo del alcalde del pueblo (algún lugar de la Holanda ocupada por los nazis en invierno de 1945), sobrino de un estraperlista e intimo amigo de Dirk, un chaval de su edad que trabaja para la resistencia) y con una fuerte aversión por las fuerzas de ocupación, un cierto recelo ante la tibieza de su padre con los alemanes, ya que si bien es cierto que trata de interceder por el vecindario ante los invasores, también lo es que a sus ojos muestra complicidad y familiaridad con estos, y adoración por su tio al que ve como un adalid de la resistencia.
Todo esto a modo de presentación, a partir de aquí, tras la muerte de su amigo Dirk y un contacto de la resistencia llamado Bertus, a mano de los alemanes y como consecuencia de unas instrucciones que el difunto le había dejado para el caso de que le pasara algo y el contacto con un piloto aliado derribado y escondido en un zulo a orillas de un helado bosque, al que ayudado por su hermana y el tio contrabandista tratan de ayudar de ponerle a salvo, la trama nos mete en la piel de Michiel, vemos que la guerra no es la aventura que tenia idealizada y y se le muestra con crudeza el horror de la situación, haciéndole replantearse muy seriamente sus anteriores juicios de valor sobre su familia y entorno, a la par que abandonar a golpes de realidad la inocencia de la adolescencia.
Una recia y adecuada dirección por parte de Martin Koolhoven, tanto en las realistas y bien filmadas escenas de acción, como en los encuadres con los que hace al espectador adoptar el punto de vista del niño, una excelente ambientación y fotografía que te hace sentir el frio y la humedad de esos helados parajes, un guion adulto y sin fisuras con un absorbente, tenso y bien resuelto tramo final, una excelente y melódica música de Pino Donaggio y una soberbia actuación de Martijn Lakemeier como el chaval sobre el que gira la trama, así como del resto del casting, la hacen un buen y muy entretenido drama bélico (junto con la truculenta y absorbente “El libro negro, Paul Verhoeven 2006”, otra buena muestra de cine bélico ambientado en la II Guerra Mundial procedente de los Países Bajos).

Es bastante raro encontrar películas europeas sobre la Segunda Guerra Mundial y descubrir que impresiones tienen acerca de esa gran tragedia. Menos aún que la propuesta provenga de países pequeños como Holanda. Mi admirada Holanda sufrió la ocupación alemana y ésta película quiere presentarse como testimonio de ese hecho. Con mesura y un tono algo gélido para hacerle honor al ambiente invernal en que se desenvuelve la película, nos adentramos a las aciagas tensiones que se producen entre los miembros de la Resistencia, las fuerzas militares de ocupación alemana y los colaboracionistas. Me interesa sobretodo destacar esto último. Ya que el colaboracionismo no necesariamente significó el actuar como soplones o adoptar la esvástica nazi con sincero entusiasmo, hablo más bien de las miles de personas que siendo patriotas y repudiando la injerencia de una potencia extranjera en las narices de sus casas, tienen que aprender a sobrevivir sin dejarse arrebatar su dignidad. Figura paradigmática en la película es el heroísmo del Alcalde del pueblo, cuyo civismo y dotes humanas son puestos a prueba en unas circunstancias extremas que terminan por aplastarlo. Otro aspecto digno a resaltar es la no demonización del ocupante alemán, evitando con ello los desvaríos usuales en que éste tipo de película incurre. Lo cierto del caso, es que estamos en presencia de una película modesta pero bien contada acerca del recurrente tema de la guerra como expresión de la estupidez del hombre.