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La senda tentadora (1948)

La senda tentadora
86 min.
7,0
386
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Sinopsis
El agente de seguros John Forbes (Dick Powell) vive en Los Ángeles con su esposa (Jane Wyatt) y su hijo (Jimmy Hunt). Mientras tanto, un ex policía convertido en detective privado (Raymond Burr) se dedica a investigar los métodos de un estafador (Byron Barr) al que hace poco la compañía de Forbes pagó una indemnización. El detective descubre que le hizo diversos regalos a una atractiva modelo (Lizabeth Scott). (FILMAFFINITY)
Género
Cine negro Drama Drama psicológico Celos Crimen Melodrama
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Estados Unidos Estados Unidos
Título original:
Pitfall
Duración
86 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Links
7
Una cana al aire peligrosa
Allá por los años 30, Dick Powell era un galancito de sonrisa profidén, aspecto melifluo y cara de bofetada. Le recordamos, sobre todo, en La Calle 42. Una década más tarde se había convertido en uno pequeño pilar del noir, al encarnar a Philip Marlowe en la seminal Historia de un detective. Había perdido los mofletes y su mirada era dura y acerada, un punto peligrosa. A partir de entonces, encadenó un rol tras otro de dichas características, con películas tan notables como Venganza, Johnny O'Clock y Opio. Como afirma la leyenda, fue uno de tantos damnificados del film El conquistador de Mongolia, horroroso por lo demás, rodado en el desierto de Nevada tras diversas pruebas atómicas. La mayoría de los participantes en dicha cinta murieron de cáncer.
En Pitfall encarna a un agente de seguros hastiado de su trabajo, de su matrimonio y de la vida en general. Hasta que en el curso de una gestión rutinaria conoce a la hermosa Mona Stevens (la maravillosa Lizabeth Scott) y se extravía en sus brazos. Lo cual despierta los celos del psicótico MacDonald, un detective de tres al cuarto que trabaja en ocasiones para su compañía de seguros. Ese conflictivo trío, combinado con un tercer hombre que sale de la cárcel, el ex novio de Mona, dará pie a un final trágico para todos los implicados. La mirada final de ambos cónyuges al concluir la película no presagia precisamente un futuro demasiado halagüeño. Por lo demás, dejadme hablaros de Raymond Burr. Este hombre era inconmensurable. Sus papeles de villano en tantos films noirs de los 40 y los 50 tendrían que haberlo convertido en un mito (Hitchcock se lo sirvió en bandeja en La ventana indiscreta), pero en su camino se cruzó Perry mason y ahí terminó lo que habría podido ser una carrera gloriosa, para dar paso a otra tal vez mejor remunerada, pero mucho menos exquisita. Os aseguro que sólo por Burr vale la pena ver Pitfall, con independencia de sus demás virtudes. ¡Loor y gloria a Lizabeth Scott!
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20 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Una joya a descubrir
André de Toth es el realizador y coguionista de este modesto film que podemos circunscribir sin claramente dentro del género negro, y pese a ser un film de los llamados de "serie B", contiene ciertos matices que lo hacen valorable en sí mismo.

John Forbes (Dick Powell) es un agente de seguros que viene a representar el "american way of life": casado, con hijos vive en una apacible urbanización alejada de la urbe, y tiene un trabajo que le permite mantener ese estado de vida. Sin embargo, Forbes siente que su vida se ha convertido en una aburrida rutina. Así es presentado durante los primeros cinco minutos del metraje. Así, cuando conoce a Mona Stevens (Lizabeth Scott) una atractiva mujer cuya anterior pareja acabó en la cárcel por endeudarse en exceso para hacerle costosísimos regalos, sin pretenderlo ella, Forbes cae prendido puesto que ve en ella una salida a la monotonía en que se ha convertido su vida. El pero no son tanto los remordimientos, sino la presencia de un tercero, McDonal (Raymond Burr) un detective privado de métodos expeditivos que se ha obsesionado con Mona.

En film está planteado de forma que todas las acciones giran alrededor del personaje de Mona Stevens, pese a que el protagonista es Forbes. El detonante de todo son los regalos que Forbes debe recuperar porque su pareja, Bill Smiley (Byron Barr), se endeudó en exceso. Así acaban conociéndola McDonald y Forbes y ambos acaban prendados de ella. Mona Stevens es sin duda la "mujer fatal" del cine negro. Y ello sin proponérselo, ya que se ve arrastrada por las circunstancias, y por McDonald, el cual obsesionado con ella, maniobra para quitarse de en medio a quien considera un competidor, Forbes. Para ello recurrirá a cualquier método a su alcance, lo que acaba provocando una espiral de violencia de consecuencias trágicas.

En poco menos de 90 minutos el realizador teje una tupida red en la que se entremezclan el amor, el deseo, la obsesión, pero también la mentira y la traición. Todo ello tratado de forma muy ambigua. Es el caso de Forbes (excelentemente interpretado por Powell), el cual comete un desliz y vuelve al redil aunque no sabemos si porque se siente culpable o por la amenazante presencia de McDonald, o simplemente por miedo. En el fondo se trata de un personaje que se muestra siempre atado. Al principio a una vida monótona, luego por una mentira a la que se tiene que agarrar para no poner en peligro su matrimonio. O también es el caso de Mona (muy convincente Lizabeth Scott), aunque en su caso de forma involuntaria, ya que desconoce que Forbes está casado, y posteriormente tampoco es capaz de evitar las maquinaciones de McDonald cuya obsesión le lleva a retorcidas conspiraciones.

Lamentablemente, "Pitfall" es un film que ha quedado relegado a la sombra de otras obras. Pero es precisamente en las sombras donde mejor se disfruta esta pequeña gran obra cuya resolución es curiosamente realista.
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13 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
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