Mi sueño eres tú (1949)

Tras el éxito comercial alcanzado con, “Romance on the High Seas”, el director Michael Curtiz, se animó a trabajar de nuevo con la encantadora, Doris Day, y dándole esta vez el crédito principal, volvió a reunirla con, Jack Carson, y con, S. Z. Sakall, que también estuvieron en el filme anterior. Agregó también a la eficaz y divertida, Eve Arden, como la incondicional aliada del entusiasta representante de artistas; y consiguió que, Adolph Menjou, hiciera un corto papel como propietario de una emisora.

La historia de, <<MI SUEÑO ERES TÚ>>, escrita por, Harry Kurnitz y Dane Lussier, quienes se basaron en la historia, “Hot Air”, de Paul Finder Moss y Jerry Wald, es bastante sencilla: El manager, Doug Blake, acaba de ser abandonado por su estrella, el cantante Gary Mitchell, y ahora le queda un breve espacio de tiempo para buscar a su reemplazo en el programa, The Hour of Enchantment (La Hora del Encanto), so pena de perder los beneficios que obtiene con el señor Hofer, un austriaco bastante rascapulgas. Blake, se dedica entonces a recorrer toda clase de bares y clubes nocturnos… y por fin oye una bella, pero enigmática voz, cuya intérprete actúa a escondidas.

Pronto, surgirá entre ellos una significativa, dulce y ejemplar relación, donde brotan como manantiales, ejemplos de compromiso, lealtad, integridad y perseverancia contra todos los obstáculos. Martha Gibson, ejerce con la mayor altura su rol de madre, pero, sin sacrificar su derecho a realizarse como mujer. Es fiel al amor que surge en su corazón, pero, sabe cambiar al instante de sendero cuando presiente que, el que ahora recorre, no va a llevarla a buen puerto. Doug Blake, es un hombre de empuje, con un gran control emocional; sabe insistir, pero también sabe perder… aunque esto pueda incluir a lo que más ama.

El filme transcurre alegre, divertido, romántico y musical, aunque al comienzo nos suenen bastante cursis las canciones con las que, la aspirante a estrella, inicia su fogueo. Pero, también esto hace parte de un espectáculo que, además, incluye una grata coreografía -entre Day y Carson- donde entran en escena, Bugs Bunny y Piolín; y resulta muy grata la romántica melodía de esa sencilla canción que da título al filme, “My dream is yours”, que, Doris Day canta como si le saliera del alma.

Curtiz, quedaría tan encantado con su alegría, su figura rebosante de color, y con esa dulce voz que poseía, que por tercera vez la convocaría para, “I'll See You in my Dreams”. Además, los musicales fueron para, Michael Curtiz, uno de sus más efectivos filone$.

¡Se divertirán!

Doris Day resplandece en esta cálida y placentera comedia musical que, con el gran Michael Curtiz en la dirección, nos ofrece un entrañable paseo por las bambalinas de los estudios radiofónicos para contarnos lo que acontece tras los micrófonos apagados cuyas historias no son diferentes de las que también ocurren detrás de los telones de los teatros o del cine, y que también han merecido sus respectivas versiones en forma de grandes películas.
Así pues, se nos relatará el periplo que iniciará un agente musical (Jack Carson), cuando se vea plantado por la actual y fulgurante estrella de la canción (Lee Bowman), reconvertido en divo, y la lucha que emprenderá junto a la joven promesa (Doris Day) por alcanzar el éxito en el mundo de la canción.
Nacimiento y caída de los dioses de la canción. La historia nos resulta harto conocida pero Curtiz aquí se aleja de la amargura que supura en muchas de ellas y, decantándose más por la comedia, recrearnos con las magníficas canciones que escucharemos, obra y gracia de una Day que además de deleitarnos con su gran voz hace un magnífico papel.
Lo mismo podemos decir de Carson al que se le ve que dispone de gran química con la Day, pero no hay que olvidarse de los grandes secundarios que les acompañan en este film y añaden la nota de desenfado.
Un precioso technicolor aporta la luz suave y colores cálidos que precisa el film y unos números musicales, algunos realmente memorables (incluido uno sorprendente y, quizá, algo discordante pero bastante divertido) convierten a este musical en un film mucho más apreciable que, por lo que la mísera nota que le han adjudicado hasta ahora, podríamos deducir.
Los amantes de los musicales en general y de Doris Day en particular tienen una cita obligada aquí.