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El extraño caso del Dr. Jekyll (1941)

El extraño caso del Dr. Jekyll
113 min.
7,0
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Sinopsis
Un prestigioso científico vive obsesionado con la idea de encontrar una fórmula que le permita aislar los impulsos malignos del ser humano. Cuando lo consigue, decide experimentar consigo mismo y se bebe la poción que ha inventado. A partir de ese momento, se convierte en un monstruo de maldad que deambula por las calles durante la noche cometiendo todo tipo de fechorías. Adaptación de la obra homónima de Robert Louis Stevenson. (FILMAFFINITY)
Género
Drama Terror Siglo XIX Remake
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Estados Unidos Estados Unidos
Título original:
Dr. Jekyll and Mr. Hyde
Duración
113 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Grupos
Adaptaciones de Robert Louis Stevenson
Links
Premios
1941: 3 nominaciones al Oscar: Fotografía B&N, montaje, bso (dramática)
8
Gran film de terror
Magnífica adaptación cinematográfica de la novela cumbre de Robert Louis Stevenson, que supone, sin lugar a dudas, la mejor película sobre el mito de "Jekyll y Hyde" hasta la fecha. El film funciona a las mil maravillas, en parte por la buena dirección de Victor Fleming, realizador de las famosas "Lo que el viento se llevó" y "El mago de Oz" y en parte por el lujoso trío de protagonistas. Ingrid Bergman está sencillamente brillante, con una interpretación digna de un Oscar sobre una alegre y espontánea camarera que ve cómo poco a poco su espíritu libre se va tornando en una mujer atormentada y sin ganas de vivir a causa de las contínuas vejaciones a las que se ve sometida por Mr. Hyde. El gran Spencer Tracy encarna la dualidad Jekyll/Hyde, a la que llega por ser un osado científico que intenta separar el bien y el mal de los hombres; su intención es buena, pues pretende curar la locura de la humanidad, pero los resultados son nefastos. El rol de Tracy es encomiable, pues las técnicas de maquillaje en 1941 son muy inferiores a las actuales, con lo que la gran diferencia entre Jekyll y Hyde se debe a su impresionante actuación, siendo la bondad personificada en un caso y el mal sin control en el otro, destacando su mirada asesina como rasgo más terrorífico de todo el relato. Una bellísima y joven Lana Turner es la prometida del doctor Jekyll, en un papel más bien pequeño, pero resplandeciente cada vez que aparece en pantalla. Hay auténticos momentos de tensión e incluso de miedo, gracias a un elaborado guión adaptado que define muy bien a los personajes y sabe crear una historia que explica convincentemente el por qué de los acontecimientos. Ahora que vivimos una era de películas de terror lamentables, los actuales directores del género harían muy bien en echar un vistazo a los estupendos relatos creados años atrás, para comprobar que el cine vive de guiones y buenas interpretaciones, los cuales nunca podrán ser sustituidos por sangrientos efectos especiales y jovencitas semidesnudas.
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39 de 44 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Qué sería del cine sin experimentos…
La película no es en absoluto fiel al relato de Stevenson, pero la idea esencial, que es lo que importa, está descrita con acierto.

El aspecto gótico de la película es especial, el primer detalle a destacar y para mi, muy meritorio. El laboratorio en el sótano nos introduce en el tétrico asunto que empieza, como pasos previos a la expectación, con la relación romántica del doctor Jekyll y su prometida.
A continuación aparece una camarera (Ingrid Bergman) que hará actuar la conciencia del doctor. Él la acompañará a su apartamento. Parte de la escena de la camarera con el doctor en su apartamento fue censurada en su momento. La verdad es que es muy fuerte ... (Es una broma, pero conlleva unas insinuaciones por parte de ella en la cama, que por entonces a alguno le puso los pelos de punta).

Con todo esto y por el avance de sus experimentos, el doctor decide probar sus brebajes consigo mismo y ahí empieza la lucha del bien y del mal. La atracción del mal.

Pero no sólo es el ambiente gótico, sino el tema policial que aparece con la figura de Hyde por medio lo que atrae de la película, claro está.
La interpretación de Tracy está encajada en los decorados con acierto pleno, para ello es fundamental la niebla que da el aire melancólico a la acción y sobre todo la chistera y el efecto de la capa en las huidas de Mr. Hyde, como si fuera dejando una estela de maldad.

La reincidencia en probar su pócima enseña la adicción del mal y la fascinación que ejerce en una conciencia aunque sea de lo más limpia y noble.
A continuación, cuando se divierte Mr. Hyde en el salón de espectáculos, la película parece más cómica que otra cosa pero pronto la actuación de Tracy nos mete de lleno en la crueldad con su actuación torturando a la cantante.

La obsesión sexual se desata en la metamorfosis con esas imágenes, totalmente rotundas, de los caballos desbocados, las dos mujeres al galope y él encima: impresionante.
La crueldad de Mr. Hyde sigue presente con detalles de calidad que podemos apreciar cuando está en su apartamento con la camarera, una crueldad de primera. El apartamento es una jaula de oro para la pobre mujer. Cuando él escupe una y otra vez o cuando ella, angustiada ya del todo, le sirve té y él lo rechaza tirando el contenido del vaso hacia un lado, como quien no quiere la cosa.

La lucha del bien y del mal; la dualidad que llevamos dentro. La crueldad. Una estupenda película que hay que ver y una novela más que recomendable.
Yo creo que hoy día somos más Mr. Hyde y que la buena conciencia la escondemos muy en nuestro interior. O sea, que somos al contrario del Dr. Jekyll.
Y bueno, muchos ni tenemos conciencia.
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24 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
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