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Apocalipsis 1999 (1974)

Sinopsis
Un científico japonés, tras un exhaustivo estudio sobre las profecías de Nostradamus, descubre que el fin del mundo está cerca. Nadie hace caso a sus advertencias, hasta que una serie de extraños fenómenos como un recalentamiento inusual de la atmósfera o varias mutaciones de animales ponen en alerta a la población. Pero quizá ya es demasiado tarde. (FILMAFFINITY)
Género
Acción Ciencia ficción Catástrofes
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Japón Japón
Título original:
Nosutoradamusu no daiyogen
Duración
90 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Links
8
La catástrofe definitiva en esta cinta japonesa perdida en el tiempo
En los 70 hubieron varias producciones por parte de la Toho que supusieron todo un esfuerzo por realizar cine de desastres serio y adulto apartándose de la infantilización que el Kaiju Eiga sufría en ese momento con Godzilla convertido en el superhéroe favorito de los niños (Gorgo y Superman se citan en Tokyo de 1973 es el ejemplo perfecto de ello). El hundimiento de Japón (1973) fue un loable esfuerzo en ese sentido por parte de Toho realizando uno de los films definitivos sobre catástrofes naturales con las placas tectónicas cercanas a Japón colapsando y llevándose consigue toda la isla en un despliegue de terremotos, maremotos y demás desastres que azotaban espectacularmente las maquetas de las ciudades japonesas. Apocalipsis 1999 (1974) o "The prophecies of Nostradamus" venía a incidir en ese despliegue catastrófico de El hundimiento de Japón sumándole además toda la preocupación en torno a la contaminación que estaba afectando a la naturaleza y al mundo utilizando las profecías de Nostradamus (bastante de moda en aquellos años) como base. Una fiebre ecologista que afectó al cine japonés de la época si recordamos Hedorah, la burbuja tóxica (1971), donde Godzilla, literalmente, destrozaba a puñetazos una masa informe de lodo contaminante. Apocalipsis 1999 congregó un despliegue de medios espectacular e inaudito contando con la co-producción de la americana UPA y la distribución asegurada de la Paramount Pictures en occidente aunque, como veremos a continuación, el film acabó siendo una pieza maldita para Toho, por desgracia.
En el film un científico japonés, tras un exhaustivo estudio sobre las profecías de Nostradamus, descubre que el fin del mundo está cerca. Nadie hace caso a sus advertencias, hasta que una serie de extraños fenómenos como un recalentamiento inusual de la atmósfera o varias mutaciones de animales ponen en alerta a la población. Pero quizás ya es demasiado tarde.

Apocalipsis 1999 es asombrosamente actual y deprime al ver que todas las alertas de la película en materia ecologista como son el calentamiento global, la contaminación del mar y de los alimentos o la superpoblación no han sido solucionados, al contrario, seguimos encallados en los mismos problemas. Pese a albergar numerosas escenas abundantes en diálogo científico, todos los argumentos del doctor Nishiyama (un Tetsuro Nanba soportando sobre sus hombros la tensión de la historia de manera muy emocional) me parecieron totalmente lógicos y plausibles en un film de estas características logrando un clima de tensión e inquietud muy palpable a lo largo del metraje.
Cinematográficamente el film está muy conseguido encargándose Toshio Masuda de la dirección. Ojo con este nombre ya que Masuda arrastra un currículum interesante siendo uno de los directores de la bélica Tora! Tora! Tora! (1970) o participando en el clásico anime Space Battleship Yamato (1974). El nivel de producción es excelente al igual que la composición de su banda sonora (de Isao Tomita) llena de pasajes entre terroríficos y dramáticos. El film nos presenta cómo diversos fenómenos extraños asolan Japón (y el resto del mundo) los cuales ya nos van poniendo en alerta como la aparición de unas babosas gigantes, los nacimientos de fetos deformes o grupos de niños con poderes varios (gran velocidad o saltos increíbles) derivados de la contaminación radiactiva del ambiente. Pronto estos fenómenos crecerán en intensidad encontrándonos pronto con deformidades grotescas, canibalismo y contaminación cada vez más peligrosa.

Todo resulta serio, adulto e inquietante en Apocalipsis 1999 (si nos olvidamos de algunas exageraciones típicas de la ciencia ficción japonesa y algún momento low-cost risible). Cuando el desastre masivo llega en forma de terremotos, maremotos y desastre nuclear el film no tiene contemplaciones habiendo masacres en masa inauditas en un film de estas características. Por ejemplo, esa explosión en cadena de una caravana de coches en la autopista con los inquilinos de los autos (incluidos niños) siendo pasto de las llamas es muy shocking. De entre los numerosos momentos de destrucción he podido detectar varios momentos como es la citada escena en la autopista que luego fueron reutilizados en Godzilla (1984). Es notorio porque los dos films se llevan 10 años y aún así cuela perfectamente en el film del saurio radiactivo.

El film también aprovecha para explorar las reacciones de la población al fin del mundo. Por un lado los jóvenes, quien en una visión bastante naif y algo ridícula se empeñan románticamente en suicidarse en masa (impagable ese momento de un grupo de moteros hippies despeñándose por un acantilado. En una de esas caídas se ve perfectamente como el stunt se da una leche tremenda contra las rocas, creo que involuntariamente, claro). La población de Tokyo, mientras, se niegan al racionamento alimenticio que les impone el gobierno y siembran el caos en las calles con saqueos y destrozos. Una visión amarga del futuro de la humanidad y que culmina con un auténtico apocalipsis nuclear. Resulta muy fuerte ver cómo, en una secuencia, la planta nuclear de Fukushima es destruída sembrando la radiactividad por el país. ¡En 1974! Increíble. El film presenta además mucha imagen de archivo para describir el deterioro del mundo siendo momentos crudos e incómodos por enseñar sin ningún problema hambruna en África, animales muertos, cadáveres, guerras y demás.

Por supuesto, Apocalipsis 1999 contiene momentos algo sonrojantes que la hacen apartar de su seriedad temática como es la aparición de esos murciélagos descomunales en Nueva Guinea siendo éstos bastante pobretones técnicamente (sujetos por una cuerda, directamente). La gran abundancia de diálogo frente a los peligros de la contaminación y el futuro del mundo puede ser un handicap de cara al espectador impaciente aunque yo logré entrar en ese tono sin ningún problema.
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