Una insólita aventura (1994)

Es una película extraña, y de hecho no me sorprende que no haya críticas sobre ella. ¿Qué decir de esta "insólita aventura"? Para empezar, no hay aventura... y si tuviéramos que calificar la anécdota, el evento o como se quiera llamar que se relata, más acertados resultan los adjetivos del título en inglés "awfull" "big" algo así como grande y terrible.
Es una película lenta, que tarda en entrar en tema. Los actores no se lucen. Yo soy fiel seguidora de Alan Rickman (por eso la ví) pero ni él lo hace demasiado bien.
Toda la morosidad del relato debería quedar justificada por la revelación del final. Pero a mí no me alcanzó.

Stella es una ingenua adolescente que consigue trabajo en una compañía de teatro en el sombrío Liverpool de posguerra. Allí, se enamora del arrogante director Meredith Potter (un atípico Hugh Grant) quien está, en realidad, más interesado en los hombres que en la joven Stella.

Cuando el extravagante y alicaído actor PL O’Hara (un estelar Alan Rickman) llega para interpretar al Capitán Garfio en una nueva producción de Peter Pan, su destino se enreda con el de Stella de forma imprevisible y catastrófica. La famosa obra de J. M. Barrie se convierte, entonces, en una metáfora de la juventud perdida.

Es una historia amarga, que esconde un relato devastador sobre la pérdida de la inocencia de una mujer joven en un mundo atroz. Con la triste y excéntrica vida de los actores itinerantes de los años 40 y 50 de fondo, se revela también la tragedia de un hombre que es percibido por los demás como un héroe, pero cuyo interior está herido y vacío.

La actuación de Rickman, llena de matices, es estremecedora. Ojo a la bofetada final (metafóricamente hablando).