The Drug King (2018)

El ascenso y caída de un narcotraficante no es una novedad en el cine, se ha contado esta misma historia muchísimas veces, recuerda mucho su narrativa a "El precio del Poder", "Blow" o "Uno de los nuestros", pero resulta curiosa esta historia real ya que ocurre en Corea y Japón en la década de los 70. Lee Do Sam trapichea con relojes falsificados y con oro en Busan, pero es ambicioso y cuando ve la oportunidad empieza a elaborar un plan para vender droga a Japon "Made in Corea".
La película avanza rápidamente produciendo giros y situaciones inesperados, aunque la conclusión sea muy predecible.
El guión y la dirección es de Woo Min-Ho, que se mueve muy bien en el cine de acción siendo esta su cuarta película, después de "Inside men","Spy" y "Man of Vendetta". Un acierto también es la música con canciones bastante occidentales.
Pero cuando tienes al maestro Song Kang-ho como protagonista, más actores con mucho talento como Bae Doo-na, Jo Jung-suk y Lee Sung-min te dejas llevar completamente por esta vida de crimen y sobornos. También aparece el resentimiento que tiene Corea a Japón por su invasión por casi 40 años y se hace latente en el guión del film. 
No asombrará, pero estamos ante una película muy correcta y bien dirigida que podemos ver a través de Netflix.
Destino Arrakis.com

The Drug King está basada en la década de los 70 y en hechos reales. Lee Doo-Sam, un criminal de poca monta pero muy ambicioso que trabaja para otro capo mayor. Es vendido por su jefe como cabeza de turco y detenido y tras su detención decide crear de la nada su propio imperio de la droga.

The Drug King no cuenta nada nuevo ni inventa nada para el cine, es la típica historia al uso de un hombre corriente que comienza a conseguir poder y dinero hasta llegar a la cúspide y después comienza su declive. Es una American Gangster a la coreana pero con mucho menos nivel en todos los sentidos y no por ello es una mala película, pues resulta entretenida pero no más. No nos encontramos ante la típica película de gangsters en la que la investigación policial juega un papel claro y esclarecedor en la trama, más bien la película se centra en su protagonista y su toma de decisiones que le llevan a lo más alto y a lo más bajo. En el aspecto técnico la película está bien y las interpretaciones no pecan de ser exageradas, destacando sobre todo Doona Bae. A nivel de guión creo que la película tiene saltos que no ayudan a entender del todo bien al personaje interpretado por Song King-Ho, ya que al no estar basada en la trama policial hubiese estado bien indagar más en un personaje tan importante como él y no relegarle tan sólo al clásico niño mimado que todo lo compra con dinero, por real que fuese esta actitud.

Como digo, en sí misma la película no está mal aunque no quedará para el recuerdo, pero me agrada ver que el cine coreano se está convirtiendo en una alternativa y empiezan a asomar más películas con mayor presupuesto lo cual significa una apuesta de agradecer a plataformas como Netflix.